31.7.08

Viajes en el tiempo: las flechas no son reversibles

Albert Einstein junto a Arthur Eddington
Foto gentileza Royal Observatory Greenwich

La idea de la "asimetría del tiempo" (el futuro puede cambiar, pero el pasado es inmutable) se refleja claramente en el concepto "flecha del tiempo": el tiempo transcurre irreversible desde el pasado, por el presente y hacia el futuro tal como lo hace una flecha. No tiene sentido imaginar una "flecha reversible".

La flecha del tiempo por Jordi Cortés (artículo original)
"Flecha del tiempo" es un término creado inicialmente por el astrofísico Eddington (famoso por probar experimentalmente la Teoría de la Relatividad General) para señalar el carácter direccional del tiempo. Esta dirección muestra que los fenómenos suceden según un orden que va del pasado al futuro.

El sentido direccional del tiempo va unido a la concepción lineal de éste, y a su carácter unidimensional (a diferencia de la tridimensionalidad espacial) ; unido al espacio forma el continuo espacio-tiempo de 31 dimensiones. (La primera formulación de Eddington suponía la audaz posibilidad de una unidimensionalidad del tiempo solamente en las regiones del universo más cercanas a nosotros ) .

De hecho, históricamente la noción de una dirección irreversible del tiempo es relativamente reciente, ya que en la culturas antiguas predominaba una concepción circular del mismo, unida a la constatación del carácter cíclico de las mareas, los solsticios y las estaciones (como lo ha estudiado profusamente Mircea Eliade) . La experiencia biográfica del crecimiento, envejecimiento y muerte se situaba en el marco de un tiempo cíclico, de manera que se consideraba la posibilidad de un retorno.

Una de las formulaciones clásicas de esta concepción cíclica del tiempo es la noción de la ecpírosis de los estoicos. Pero la tradición judeo-cristiana, marcada por las tesis de una creación inicial y un fin de los tiempos o eschatón, juntamente con el carácter irreversible de la pasión, muerte y resurrección de Jesús (piénsese lo absurdo que resultaría para las tesis cristianas sostener que Dios muere repetidamente en un ciclo ininterrumpido de retornos) , condujeron a sostener una concepción lineal y orientada del tiempo, que se concibe fluyendo desde el pasado hacia el futuro. Dicha concepción lineal está en la base de los conceptos de progreso y de evolución.

En la Física todas las ecuaciones son reversibles respecto del tiempo. El tiempo puede ser entendido como una magnitud reversible, o lo que es lo mismo, todas las ecuaciones físicas son simétricas respecto al tiempo (a excepción del todavía poco claro caso de los mesones K, cuya desintegración no es ajena a la dirección del tiempo) . Sin embargo, el segundo principio de la termodinámica (al que Bergson llama la más metafísica de las leyes de la física) , al señalar que en los sistemas aislados la entropía aumenta, proporciona un criterio para decidir la orientación temporal.

Así, por ejemplo, si se rompe una estatua y estalla en una gran cantidad de fragmentos, ha aumentado la entropía (el sistema pasa a tener más «desorden») . Pues bien, la experiencia muestra que nunca de manera espontánea se vuelve a recomponer la escultura. Según la interpretación de Boltzmann, esto es así no porque sea absolutamente imposible (teóricamente no lo es ya que, como hemos dicho, todas las ecuaciones físicas -dentro de la tradición de la física clásica- son simétricas respecto al tiempo) , sino porque es altamente improbable. El aumento de la entropía nos permite distinguir entre el pasado y el futuro. Esta constatación se conoce como «flecha termodinámica del tiempo».

Recientemente se ha abordado la naturaleza del tiempo físico a partir de las ciencias físico-químicas, conduciendo a otras perspectivas que completan la concepción termodinámica clásica de la flecha del tiempo. Así, a partir del estudio de los sistemas alejados del equilibrio, algunos autores, como Prigogine, por ejemplo, han destacado el carácter esencialmente irreversible del tiempo, de forma que dicha irreversibilidad no depende solamente de la ínfima probabilidad de que un suceso que genera mayor entropía pueda darse a la inversa, sino que el carácter direccional del tiempo y su irreversibilidad le son inherentes. De hecho, la reflexión de Prigogine se efectúa más en el ámbito de la química y de los llamados sistemas alejados del equilibrio, más cercanos al paradigma de las ciencias de la vida que a los de la física que trata fundamentalmente con lo inerte.

Por ello, no es de extrañar que desde este punto de vista se haga más hincapié en los fenómenos de la irreversibilidad puesto que, aunque desde la perspectiva física predomine la noción de crecimiento de la entropía, desde la perspectiva biológica (evolución, paso a lo complejo, creación de la cultura, aumento de la información, etc.) predomina la noción de la irreversibilidad. En este contexto se sitúan también las investigaciones sobre el caos, que permiten explicar fenómenos de autoorganización a partir de sistemas sin estructura aparentemente definida (aunque siguen siendo modelos semi-deterministas, engendrando un concepto paradójico: el de "azar predecible", aunque no plenamente determinista en el sentido clásico) .
Psicológicamente la direccionalidad del tiempo se muestra señalando que hay recuerdos del pasado, pero no hay memoria del futuro. A esta constatación se la denomina «flecha psicológica del tiempo».

Por otra parte, la cosmología contemporánea, basada mayoritariamente en la hipótesis del Big Bang, sustenta que el universo está en expansión, lo que determina la llamada «flecha cosmológica del tiempo».

Según Stephen Hawking las tres flechas del tiempo van unidas, mantienen la misma dirección y se relacionan con el llamado principio antrópico aunque, según Roger Penrose, será la unificación de las teorías físicas de la relatividad y de la mecánica cuántica (una teoría cuántica de la gravedad) la que permitirá una auténtica comprensión de la flecha del tiempo.

La conexión de la(s) flecha(s) del tiempo con el principio antrópico que sustentan algunos teóricos actuales de la cosmología (entre ellos el propio Stephen Hawking) , hace pensar en formulaciones filosóficas clásicas, como la hipótesis de la evolución creadora de Bergson aunque, por supuesto, sin la carga mística inherente al pensamiento de dicho autor.

Fin del artículo

Viajes en el tiempo:

Continuando con el tema de la asimetría del tiempo, vemos que hasta el físico Paul Davies , que cree que viajar en el tiempo es posible -aunque nada sencillo- , considera que se lo podría hacer hacia el futuro. Sin embargo, mantiene sus reservas con respecto al pasado. Así lo revela en una entrevista publicada en "El escéptico digital":(cito - los destacados en negrita son míos-)

– Hablando de viajes al futuro, ¿qué dijo el propio Einstein al respecto?

– Hace cien años predijo que los viajes al futuro eran posibles. Si viajas a la velocidad de la luz, es posible «saltar» hacia el futuro. Hoy sabemos que esto es cierto. Se puede medir esta distorsión en el tiempo en naves espaciales, usando relojes atómicos. El efecto es muy pequeño, sólo de milmillonésimas de segundo, ya que estos vehículos van muy lentos en comparación con la luz. Pero si pudiéramos fabricar naves espaciales que fueran a un 99 por ciento de la velocidad de la luz, sería posible para los seres humanos saltar muchos años hacia el futuro.

– Parece algo muy exótico.

Las partículas subatómicas, que viajan casi a la velocidad de la luz en los aceleradores de partículas, sufren esta dilación del tiempo, es algo que podemos medir. Por tanto, podemos viajar hacia el futuro.

¿Y qué me dice del pasado?

– Este método no nos lo permite. Es un viaje sólo de ida. Desde que Einstein formulara su teoría de la relatividad en 1915 y la gravedad, mucha gente se ha preguntado si no sería posible retroceder en el tiempo. A Einstein no le gustaba esa idea. Pero su colega austríaco, Kurt Gödel, encontró una solución en las ecuaciones de campo gravitacional de Einstein que permitían viajar al pasado. Para ello, el Universo tendría que estar rotando. Y sabemos que no es cierto, el Universo se expande. Pero mucha gente ha encontrado otras soluciones extra que permitirían viajar al pasado.

– ¿Cuál es la más singular?

– Los agujeros de gusano. Son como un atajo que conecta dos puntos del espacio. Si tuviéramos un agujero de gusano aquí, lo usaríamos para saltar al otro extremo de la galaxia.".... (Fin de la cita)

Entusiastas seguidores de Gödel creen haber solucionado el problema del "universo en rotación" para los viajes en el tiempo, con herramientas derivadas de la "teoría de cuerdas" aunque reconocen la impractibilidad de sus elucubraciones.
Por otra parte, el grave problema con la "teoría de cuerdas" pareciera estar en el hecho de que sus hipótesis no son falsables. Se ha creado un gran debate al respecto, por ejemplo el físico Lee Smolin lo plantea en su libro The Trouble with Physics .
Para mí, aún es prematuro decidir si se trata de física teórica de alto vuelo o de una pseudociencia.

Estas ideas las vemos ejemplificadas en el documental "Viaje en el tiempo" del programa "Horizon" de la BBC , subtitulado en castellano.

http://www.youtube.com/watch?v=b8nu1nQzxYk
http://www.youtube.com/watch?v=PJcBX2jQjIM&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=t8bB5mukuGU&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=k1uWIjq-a3k&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=XCLQHdK3EIQ&feature=related


El final a lo "Matrix" de los físicos viajeros en el tiempo me hace pensar que probablemente el tiempo sea irreversible al fin de cuentas, ya que los más aventurados terminan siendo engullidos por sus propias especulaciones .

25.7.08


El arte de descubrir fraudes en la ciencia

Julie Clayton
(publicado en SciDev.net)

¿Cómo pueden los periodistas saber si lo que afirma un científico es verdad? Julie Clayton ayuda a los reporteros de ciencia a revisar la calidad de las aseveraciones científicas e, incluso, detectar a quienes cometen fraude.

La mayoría de los científicos son honestos, aunque algunos cometen fraude cuando engañan deliberadamente a sus colegas o al público con falsas aseveraciones. Pueden describir experimentos que nunca han tenido lugar, referir pacientes que no existen o distorsionar información e ilustraciones para parecer más convincentes.

El médico noruego Jon Sudbø inventó más de 900 pacientes en un estudio publicado en 2005 por The Lancet, donde afirmaba que analgésicos comunes ayudaban a proteger contra el cáncer oral [1]. El médico alemán Jan Hendrik Schön falsificó información en numerosos artículos, incluyendo 15 publicaciones en las revistas de más alto nivel en el escenario científico, Nature y Science. Más recientemente, el científico surcoreano Hwang Woo Suk inventó datos que se publicaron en Science, afirmando que había obtenido células madre a partir de embriones humanos [2,3]. En los tres casos, las retractaciones se hicieron una vez que los fraudes fueron publicados.

Es importante que los medios informen sobre los fraudes científicos de tal manera que pueda responsabilizarse a la comunidad científica por el mantenimiento de estándares en la investigación, la que suele financiarse con fondos públicos. La comunidad científica no sólo debiera actuar velozmente para castigar el fraude, sino también cuestionar la negligencia de los coautores por no conocer y comprender más sobre el trabajo que se va a publicar e impedir que ocurra un fraude.

Al informar sobre un fraude, los medios también pueden ayudar a proteger al público de los embaucadores que, por ejemplo, hacen que los pacientes tarden en recibir un tratamiento apropiado en beneficio de un medicamento no aprobado, como ocurrió recientemente con pacientes con SIDA en Sudáfrica [4]. Además, la reputación de los medios está en juego si una afirmación fraudulenta ha tenido publicidad en el pasado.

¿Por qué es tan difícil detectar el fraude?

Los científicos, por regla, siguen un código de conducta convenido. Comienzan con experimentos diseñados para responder a una pregunta científica o crear un nuevo producto. Presentan los resultados a sus colegas y luego los publican en una revista científica. Una revista de buena calidad requiere de expertos independientes que certifiquen que los resultados del artículo son válidos. Este proceso se conoce como revisión por pares.

El proceso de revisión por pares significa que los periodistas pueden habitualmente asumir que el trabajo publicado es de calidad y vale la pena cubrirlo. Y esto suele ser verdad. Pero la revisión por pares no está diseñada para detectar fraude, y tanto los pares que revisan, como los periodistas, pueden ser engañados por un fraude bien disfrazado.

Después de todo, los revisores no son testigos de los experimentos, por lo que deben confiar en que el estudio es honesto, y pueden pasar por alto si los datos han sido inventados o alterados. El fraude frecuentemente sólo sale a la luz cuando otros científicos son incapaces de replicar los resultados. Los periodistas no expertos tienen pocas posibilidades de descubrir tal farsa.

A veces, sin embargo, los embaucadores se burlan de manera tan obvia de los estándares normales de la conducta científica, que los periodistas bien informados son tan capaces como los científicos de dar la voz de alarma. Por ejemplo, cuando omiten completamente la evidencia científica y se basan en la observación anecdótica, incluso en un informe publicado. En estudios clínicos, pueden no registrar detalles de sus experimentos ante las autoridades reguladoras o negarse a que los resultados de los ensayos queden disponibles para análisis independientes.

¿Cómo se puede mejorar la detección de fraudes?

Los siguientes consejos apuntan a que los periodistas estén mejor preparados para juzgar la calidad de las aseveraciones científicas y para detectar el fraude:

Familiarizarse con un campo de investigación

Asistir a conferencias científicas o visitar institutos de investigación y conocer científicos en áreas de interés específicas para descubrir sus objetivos, métodos y progreso, además del tipo de críticas que podrían tener hacia el trabajo de otros.

Visitar bibliotecas universitarias o usar bases de datos en Internet, tales como PubMed, para encontrar publicaciones sobre un tema particular o de un autor específico, permite obtener una mayor comprensión de los estudios individuales. Aunque los artículos de investigación primarios podrían tener demasiada jerga y detalles técnicos para que los comprenda un lego, los artículos de revisión, que exploran ideas e hipótesis, podrían ser más fáciles de seguir y presentan una visión más general de un área en progreso.

Comprobar la calidad de la revisión por pares

Preguntar al científico si su afirmación está publicada en una revista con revisión por pares. Incluso si la respuesta es sí, no asumir que esto es una señal de calidad. Cada revista tiene distintos criterios y prácticas, y por tanto, la calidad de la revisión por pares varía. Si es posible, es importante averiguar la calidad de la revista en cuestión. Para hacerlo, se puede consultar directamente a los científicos o comprobar con bibliotecarios de universidades si la revista es reconocida. Las revistas de alta calidad tienden a ser ampliamente leídas y más frecuentemente citadas en artículos académicos.

Los periodistas también podrían probar el motor de búsqueda Google Scholar en Internet, un recurso gratuito que califica los resultados de acuerdo con el número de veces que un artículo es citado por otros, indicando por consiguiente la importancia relativa dentro de la comunidad científica.

Si no se está seguro sobre la calidad de una revista, es necesario averiguar las limitaciones del estudio. ¿Era demasiado preliminar, o el tamaño de la muestra era muy pequeño como para ser aceptado en una revista de mayor calidad? Un científico honesto reconocerá de inmediato la debilidad de un estudio y la necesidad de más investigación. En cambio, uno menos escrupuloso podría exagerar la importancia y trascendencia de los resultados y negar que falta alguna información.

Si se descubre que el artículo ha sido rechazado para su publicación, averiguar la razón. Puede que sea un trabajo honesto, pero pobremente diseñado o insuficiente en algún aspecto. Otra posibilidad es que haya sido enviado a una revista inapropiada y que, a pesar de considerarse buena ciencia, su ámbito sea muy reducido para una revista de interés más amplio, como Nature o Science, por ejemplo. Entonces, nuevamente, los autores podrían haberse negado a rediseñar o ampliar su estudio, por temor a que sus afirmaciones resulten ser equivocadas.

Cuestión de números

¿Son las cifras consideradas en un estudio apropiadas y suficientes para el tipo de investigación involucrada? Los ensayos clínicos, por ejemplo, avanzan a través de tres fases reconocidas, desde pruebas iniciales de seguridad con sólo unos pocos individuos, hasta pruebas más amplias de efectividad que involucran a cientos y luego a miles de personas. Esto revelará si un resultado ha surgido por casualidad o no (su significación estadística), permitiendo que se saquen conclusiones con mayor exactitud. Incluso si las estadísticas parecen respaldar la aseveración, es bueno chequearlas con un experto independiente, porque los errores pueden ocurrir y ocurren, incluso en las revistas más destacadas.

Ser crítico si la afirmación se hace en una declaración pública

Un periodista que durante una entrevista, conferencia de prensa o seminario escucha una afirmación no publicada, debiera investigar más sobre la manera como se condujo el estudio y responder las siguientes preguntas (que también pueden servir para un estudio publicado):

  • ¿Cuán confiable es el científico o científica entre sus pares? Preguntar directamente a otros científicos puede dar una rápida indicación. Otra posibilidad es que la revisión de una base de datos en Internet, como PubMed, podría mostrar con cuánta frecuencia el trabajo de esta persona es citado por otros.
  • ¿Pertenece el científico a una institución científica reconocida?
  • ¿Cómo fue financiado el estudio? El protocolo de un estudio financiado con fondos públicos, por ejemplo, ha sido escrutado por expertos para competir contra otros por el financiamiento.
  • ¿Es probable que el autor lucre con la venta de productos relacionados con su estudio? Aunque muchas revistas solicitan que los autores declaren cualquier interés financiero involucrado, algunos científicos no lo hacen.

Buscar expertos para que aconsejen y comenten

Encontrar a un experto independiente que comente es la forma más confiable de juzgar la validez de un estudio. Cuando se entrevista a los científicos, vale la pena preguntarles por los datos de contacto de otros científicos que estén haciendo un trabajo similar. Otra posibilidad es identificar a un experto relevante para que revise el comité editorial de una revista, en el caso de que sea una de buena reputación.

Usar la base de datos PubMed para ver quién ha publicado algo en la materia, o examinar la lista de expositores en una conferencia relevante, que se puede encontrar anunciada en una revista o en la página web de una sociedad científica. Universidades locales, centros de investigación, agencias de financiamiento o departamentos gubernamentales también podrían proporcionar una lista de académicos deseosos de hablar con los medios.

Revisar la aprobación ética y regulatoria

Si el estudio es un ensayo clínico y afirma proporcionar evidencia para el tratamiento, vacuna o cura de una enfermedad, revisar que tanto los detalles relacionados con la composición de la droga o vacuna, como cualquier efecto secundario tóxico, estén públicamente disponibles. Asegurarse de que los investigadores sean médicos oficialmente registrados y que el ensayo o producto haya tenido aprobación ética y regulatoria, ya sea para experimentar o para comercializarlo.

Actualmente hay bases de datos públicas, como la del servicio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, ClinicalTrials.gov, donde se pueden registrar los ensayos clínicos. Hoy todas las revistas de calidad más destacadas insisten en que éstas sean mencionadas en los artículos publicados.

Comprobar los hechos

Los periodistas deben tener certeza de su evidencia, pues una acusación de fraude podría arruinar la carrera de una persona. Deben chequear sus datos con más de una fuente y también anticipar que podría serles difícil persuadir a algunos investigadores de pronunciarse contra un colega. Un científico acusado podría amenazar con demandar por calumnias a un periodista o a su medio, en cuyo caso sería sabio pedir el consejo de un abogado antes de publicar.

En conclusión, vale la pena recordar que la mayor parte de la ciencia es honesta y que el fraude es difícil de detectar. Sin embargo, si se siguen los pasos antes descritos, un periodista ciertamente podrá fortalecer sus habilidades y reputación para cubrir estudios científicos precisos y de buena calidad y, tal vez, sorprender a un embaucador en el acto.

REFERENCIAS

[1] Sudbø, J., Lee, J.J., Lippman, S.M. et al. Non-steroidal anti-inflammatory drugs and the risk of oral cancer: a nested case-control study. The Lancet 366, 1359-1366 (2005)

[2] Hwang, W.S., Ryu, Y.J., Park, J.H. et al. Evidence of a pluripotent human embryonic stem cell line derived from a cloned blastocyst. Science 303, 1669-1674 (2004)

[3] Hwang, W.S., Roh, S., Lee, B.C. et al. Patient-specific embryonic stem cells derived from human SCNT blastocysts. Science 308, 1777-1783 (2005)

[4] Bolognesi, N. Bad Medicine. Nature Medicine 12, 723-724 (2006)

Pdta del creador de éste blog:
A continuación, un enlace a un documental doblado en español
(gracias a skizocangi) donde se explica como el ex- editor de "Nature" , John Maddox, logra desmontar la investigación fraudulenta de Jacques Benveniste sobre "la memoria del agua" que había sido publicada antes en "Nature". En el equipo formado por Maddox estaba James Randi.

22.7.08

De bacteria oportunista a bacteria letal

Por ESTHER SAMPER
Publicado en SOITU.es (bajo licencia CC)

La Acinetobacter baumanni, una bacteria presente en más del 90% de los hospitales españoles, ha pasado de ser una especie frecuente y poco peligrosa a convertirse en letal y rara gracias al tratamiento que la prensa le ha dado estos días.

Ya había pasado mucho tiempo desde la última noticia sanitaria "sobrecogedora" en nuestro país. Desde las dos muertes provocadas por el mal de las vacas locas no habíamos vuelto a oír ningún dato alarmantemente necio, hasta hoy, que los periodistas han descubierto la Acinetobacter baumannii.

El descubrimiento de la prensa me ha despertado una sensación similar a cuando he escuchado en Antena 3 un "novedoso y puntero" sistema para luchar contra el pulgón gracias a unas hormigas. ¡Enhorabuena, los periodistas acababan de descubrir la lucha integrada! Lástima que la realidad sea otra y se trate de una técnica agricultora que lleva décadas en nuestro país. Mi padre, sin ir más lejos, lleva más de diez años utilizándola.

Digo que me ha despertado la misma sensación porque en ambas noticias, los periodistas descubren la rueda y, encima, no saben muy bien cómo funciona por lo que te encuentras un montón de disparates acompañando la noticia.

Del caso 12 de Octubre se han dicho, sin duda, muchas burradas (burradas que pasaremos a discutir). Pero la que se lleva el premio, y bien merecido, es la de describir a la Acinetobacter Baumanii como una bacteria letal.

¡Miedo! ¡Pánico! Una bacteria que 1 de cada 4 lectores que está leyendo esto ahora mismo la tiene en su piel o en su faringe y que se encuentra frecuentemente en casi cualquier medio ha pasado a convertirse gracias a la prensa en una asesina. La Acinetobacter baumannii es lo que se considera una bacteria oportunista. En personas normales no es capaz de producir ninguna enfermedad. Es inofensiva, mansa, porque no tiene las "armas" suficientes para atacarnos. Pero la cosa cambia en personas que ya están muy mal físicamente, ya sea por cirugía, inmunodepresión y/o una cantidad variada de enfermedades. En esas personas, aprovecha la situación (de ahí lo de "oportunista") para lograr infectarlas y empeorar determinadas enfermedades.

Pero lo más llamativo de la realidad del Acinetobacter b. con respecto a las noticias que se han podido leer en la prensa, no está sólo en que sea oportunista, está el hecho de que en muchos estudios se discuta que contribuya a aumentar la mortalidad de los pacientes de UCI. ¿Cómo es eso posible? Muy sencillo, muchos de los pacientes que se encuentran en UCI tienen un precario estado de salud, unas enfermedades de fondo y unos déficits funcionales que les hacen estar muy cerca de las puertas de la muerte. En esos estudios de mortalidad en UCI se ha visto que no había una elevación apreciable de la mortalidad en aquellos que estaban infectados por el Acinetobacter b. porque aquellos que morían estaban tan mal que podrían haber muerto con o sin la mencionada bacteria.

A pesar de que no es especialmente peligrosa, hay una razón de peso por la que la Acinectobacter b. es una de las principales "moscas cojoneras" de los hospitales: Es resistente a gran cantidad de antibióticos. Esto hace muy difícil su tratamiento, siendo necesarios estudios de resistencia y antibióticos muy específicos. Y no sólo eso, la Acinetobacter b. se encuentra muy a gusto en casi cualquier medio (la piel de un enfermo, el aparato portátil de rayos X de la UCI, la superficie del broncoscopio...), por lo que es fácil que se distribuya alegremente por un hospital si no se toman medidas drásticas.

Para todo aquel que piense que sólo hay brotes de Acinectobacter b. en el Hospital 12 de Octubre que sepa que está profundamente equivocado. En más del 90% de hospitales españoles hay pacientes colonizados/infectados por esta bacteria. El 7% de las infecciones hospitalarias se produce por el Acinetobacter. Tres de cada 1.000 pacientes que se hospitalizan en España se infectan por esta bacteria y los brotes son frecuentes en los hospitales.

¿Por qué entonces todo ese escándalo? Ni la bacteria es letal, ni es rara, sino todo lo contrario. Es fácil encontrarla en prácticamente todos los hospitales y no contribuye apreciablemente a la mortalidad. ¿Que los responsables del 12 de Octubre tardaron demasiado tiempo en reaccionar para cortar el brote? Muy posiblemente y se van a tomar medidas para investigarlo. Pero el suceso no es, ni mucho menos, tan trágico como se ha informado.

Pero es que una servidora lee esta serie de datos...

"El diario 'El País' publica hoy que la bacteria Acinetobacter baumannii causó la muerte de 18 personas en el hospital madrileño y fue "factor contribuyente" en otros 83 fallecimientos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Además asegura que el brote, que se inició en febrero de 2006 y tardó 20 meses en ser controlado, afectó a 252 pacientes.

... y se queda traspuesta. Traspuesta porque el periodista no conoce que el 50% (ojo, el 50%) de los pacientes en la UCI que están colonizados con la bacteria (que no están infectados y que son muchísimos) pueden dar positivo a una infección por esta bacteria en los diagnósticos microbiológicos. Y que cuando se imponen criterios de infección ese porcentaje queda reducido en un 10-35%. Muchas veces es difícil saber distinguir si hay infección o hay colonización porque son pacientes que suelen tener casi de todo.

¿Qué es lo que él llama "factor contribuyente"? ¿Que estaban colonizados o que estaban infectados? Porque no es ni por asomo lo mismo. Y, después, asociar muertes con una bacteria de escasa virulencia como es el Acinetobacter en pacientes con múltiples y complicadas enfermedades es irse mucho a la aventura cuando en muchos estudios se refleja que no hay o apenas hay un aumento de la mortalidad.

Y así ha digievolucionado nuestra Acinetobacter gracias a la prensa. De ser una bacteria frecuente y poco peligrosa, se ha convertido en letal y rara. Aunque, podría haber sido peor. Podrían haber descubierto la Escherichia coli y entonces sí que la habríamos liado.

Pdta del autor del blog: Recomiendo muy especialmente no pasar por alto el enlace al artículo "El absurdo alarmismo de las vacas locas"

21.7.08

Un paseo por Ansbach, el lugar de Kaspar Hauser

Monumento en el Hofgarten cerca del lugar donde Kaspar fue apuñalado

Hubo un personaje de leyenda en la Alemania de la primera mitad del siglo XIX al que se le dio el nombre de Kaspar Hauser. Se dice que apareció súbitamente en Nürenberg como un niño lobo, pero a los pocos años se socializó muriendo apuñalado en la ciudad de Ansbach donde vivió la mayoría de su corta vida.

Se creó un gran misterio acerca de la verdadera identidad de este personaje (por ejemplo, corrió la voz de que era un miembro repudiado de la familia real, aunque pruebas modernas de ADN lo descartaron por completo) .

En la década del '70,el director alemán Werner Herzog dirigió una película inspirada en él :"El enigma de Kaspar Hauser", y fantaseó conque su secreto era que podía ver el futuro.

La pequeña ciudad de Ansbach desarrolló una importante industria basada en este personaje (en agosto se realiza un festival y se festeja el "día de Kaspar Hauser") .

El autor de éste pequeño artículo (Donald Cousins, Ph.D. de la universidad de Rhode Island) nos guía por la ciudad, mostrándonos lugares y monumentos relacionados con la leyenda.


Kaspar Hauser, Ansbach

por Donald Cousins, Ph.D

La pequeña ciudad de Ansbach queda a 25 millas al sudoeste de Nuremberg y se puede acceder con facilidad en automóvil o tren.

En cierta época, Kaspar Hauser fue presentado como el prototipo del niño lobo aunque los casos posteriores del Salvaje de Aveyron y de Genie Willey le quitaron ese privilegio. (Ver postdata al final)

En una forma distinta a Genie y Víctor de Aveyron , Kaspar Hauser mostró un rápido desarrollo de habilidades -incluyendo el lenguaje- de tal forma que durante sus pocos años como miembro de la sociedad logró escribir una corta autobiografía.

Apareció de la nada en Nürenberg, Alemania en 1828 y fue asesinado en Ansbach en 1833. La historia de Kaspar forma parte de las leyendas alemanas y provee aún material para el enérgico debate que hay sobre sus orígenes , experiencias tempranas y muerte . ¿Fue víctima de las intrigas cortesanas por la sucesión al trono de Baden?. El número de artículos y libros que se le dedican continúa aumentando.

En noviembre de 1996, la revista de noticias “Der Spiegel” informó en profundidad sobre un intento de emparejamiento genético de las muestras de sangre tomadas de los pantalones de Kaspar con las de miembros de la familia real de Baden . El emparejamiento fracasó, por lo que se descartó científicamente el supuesto "lazo real".
No obstante la leyenda continúa.

En el centro de la ciudad vieja existe una doble estatua que representa a dos imágenes de Kaspar, una como un encorvado y desfigurado joven al momento en que apareció, y la otra como un socializado y civilizado joven unos pocos años más tarde.



Además del monumento cercano al lugar donde fue apuñalado, en el circuito peatonal nos encontramos con la casa donde vivió y un museo que posee una colección de objetos recordatorios. Todos estos sitios están dentro del radio peatonal del centro de la ciudad pero en diferentes direcciones.

El Friedhof Heilig-Kreuz (Cementerio de la Sagrada Cruz) está un poco más lejos hacia el oeste del centro de la ciudad formando parte de una pronunciada colina.Uno podría tener ganas de hacer el viaje en taxi aunque la caminata cuesta abajo para regresar es fácil de realizar .En el cementerio está bien señalada su tumba y la inscripción en el sepulcro mantiene el tema del misterio del origen de Kaspar.



Pdta del autor del blog: Aunque sabemos fehacientemente que Kaspar Hauser NO era un niño lobo dada su rápida socialización, hay mucha controversia acerca de que existan "niños lobos" tal como se los describe en la literatura psiquiátrica. Recomiendo aquí éste artículo (en inglés) sobre el caso contemporáneo de Genie y el agregado final al caso de Víctor de Aveyron en el artículo de la Wikipedia.

16.7.08

¿Significa lo mismo el verbo creer para científicos y creyentes?

Me ha parecido muy interesante éste extracto de un artículo titulado "Lo qué creen los científicos" escrito por Javier Sampedro en febrero de 2005 para el diario el País de España


¿Significa lo mismo el verbo creer para científicos y creyentes?

Este diario (El País) le planteó la pregunta a Brockman ( editor de "The Edge"), y él se la rebotó a cinco estrellas de su elenco. He aquí sus respuestas.

"No", responde el filósofo Daniel Dennett, de la Universidad de Tufts. "Los científicos pueden apoyarse en fórmulas que no comprenden si se convencen de que otros expertos las comprenden. Los creyentes se proclaman incapaces de comprender aquello que creen".

"Los científicos comparten la creencia de Einstein de que 'la naturaleza es sutil pero no maliciosa', y de que podemos usar nuestro poder de razonamiento para descubrir pautas y leyes en el mundo", añade Martin Rees, el Astrónomo Real del Reino Unido. "Pero algunos añaden creencias más peculiares, por ejemplo que las leyes naturales han sido diseñadas por un Creador, o que no podemos comprender la consciencia".

"Yo diría que, en general, el científico dice creo que en el sentido de pienso que, y no en el sentido de tengo fe en", puntualiza el gran evolucionista Robert Trivers, de la Universidad de Rutgers.

Y, curiosamente, dos de los más brillantes psicólogos del mundo discrepan entre sí:

"De ningún modo significa lo mismo", dice Steven Pinker, de Harvard. "En el lenguaje ordinario creer puede significar 'albergar un pensamiento' o 'tener fe en algo'. La primera acepción se usa en vez de saber cuando el hablante tiene dudas".

"No es tan diferente", opina Nicholas Humphrey, de la London School of Economics. "Decir creo es admitir que los fundamentos de la creencia son emocionales además de racionales, que la creencia suena bien estética, moral e incluso espiritualmente. Pero la gran diferencia es que el científico la ve como un desafío para seguir adelante, y el religioso como una señal de que ya ha llegado".

14.7.08

Creyentes ... y Spinoza tenía razón

Daniel Gilbert de la Univ. de Harvard
Foto © Marilynn Oliphant
Gentileza Blog de Daniel Gilbert

Autor del libro Stumbling on Happiness y co-editor del Manual de Psicología Social de Oxford University Press , en 2002 fue considerado por Personality and Social Psychology Bulletin uno de los cincuenta psicólogos sociales más influyentes de la década. Es director del Social Cognition and Emotion Lab. Como muestra de su producción, en The Edge podemos leer un interesante artículo titulado "Los caprichos de la experiencia religiosa" (en inglés) .

Bastante antes de ello, "El ojo escéptico" (publicación del ya desaparecido CAIRP) había reproducido un artículo de Bruce Bower- habitual articulista de Science News- comentando una temprana investigación de Gilbert .

Creyentes

Bruce Bower


¿Cómo creemos? ¿Aceptamos de igual forma una información falsa y una verdadera? En el proceso de creer, ¿deglutimos primero y analizamos después o viceversa?

Según Bruce Bower, algunas investigaciones psicológicas nos muestran que Spinoza tenía razón- en contraposición a Descartes- cuando argumentaba que para comprender una idea se la debe aceptar inmediatamente como verdadera, quedando el análisis consciente para una instancia posterior. De paso, entérese en esta nota de qué manera las interrupciones y distracciones pueden afectar nuestro juicio.


Cualquiera que se haya sentido impactado por el titular de algún periódico puede darse cuenta de que entender una idea y creer en ella son cosas muy distintas. Si no fuera así, los lectores aceptarían como artículos de fe frases como "Cada día hay menos desocupados en el país".

Las mentes inquisitivas no sólo quieren saber: también tienden a creer - al menos en principio - en lo que leen o escuchan.

El psicólogo Daniel Gilbert, de la Universidad de Texas, afirma que "la mayoría de las recientes investigaciones convergen en un punto: los humanos son criaturas crédulas a las que les resulta más fácil creer que dudar" (American Psychologist marzo de 1991).Esa afirmación puede provocar un debate pero difícilmente podríamos decir que carece de antecedentes.

Hace más de 2300 años, Aristóteles decía que la habilidad de dudar es rara y aparecía sólo en las personas cultas y educadas.

En la última década esta idea ha sido apoyada por varios estudios que indican que los niños generalmente aceptan sin objeción lo que dicen los adultos, tendencia que a menudo distorsiona los testimonios que aquellos prestan cuando se investigan crímenes.

Sin embargo, las teorías psicológicas actuales sobre la formación de las creencias se apoyan más en las nociones de otro filósofo: René Descartes. Este influyente pensador francés del siglo XVII sostenía la idea de que la mente absorbe las nuevas ideas automáticamente y sin esfuerzo alguno, quedando allí hasta su verificación o rechazo después del análisis racional y consciente.
Esta idea de Descartes acerca de la separación entre comprensión y evaluación, (menos conocida que la de la separación entre cuerpo y mente) continúa influyendo en los supuestos científicos sobre el funcionamiento del pensamiento humano. Por ejemplo, los técnicos en cibernética diseñan sistemas que modelan el proceso de adquisición del lenguaje y otras habilidades para ingresar información en forma "neutra" antes de determinar la utilidad o destino de esa información.

Pero poco después de la muerte de Descartes, Spinoza presentó un punto de vista completamente diferente. Este filósofo argumentaba que para comprender una idea se la debe aceptar inmediatamente como verdadera. El análisis consciente-que según de qué idea se trate puede ocurrir casi instantáneamente o requerir un considerable esfuerzo-permite a la mente rechazar lo que inicialmente había sido aceptado.

Algunos experimentos:

Esta noción de Spinoza aparentemente absurda ha sido confirmada por tres experimentos realizados por Gilbert y colaboradores (Journal of Personality and Social Psychology, octubre de 1990).

Los experimentos prueban un supuesto básico de la hipótesis: si la gente cree al principio tanto las ideas verdaderas como las falsas, la interrupción de la evaluación mental de esas ideas debería interferir con la habilidad para rechazar cualquier fabulación mientras que las nociones verdaderas mantendrían su sello de aprobación.

En el primero de esos experimentos, 35 estudiantes universitarios aprendieron el significado de sustantivos ficticios (se les hizo creer que eran palabras del idioma Hopi) -Nota: Los Hopi son aborígenes de los EEUU – leyendo las definiciones en la pantalla de un monitor. En alguna de las pruebas ocurría una señal acústica después de que la computadora presentaba la definición. Debido a que los estudiantes tenían que presionar la tecla de respuesta después de oír la señal, ésta perturbaba su atención momentáneamente. La interrupción causaba un aumento importante del número de definiciones rechazadas que luego eran aceptadas como verdaderas en la prueba de identificación. Por otra parte, los estudiantes que fueron interrumpidos no mostraron mayor probabilidad de interpretar como falsa una definición que la computadora indicaba como verdadera.

Por la aceptación inicial de ideas de los dos tipos, verdaderas y falsas, los voluntarios aparentemente procedían del modo spinoziano. Por lo tanto, las distracciones socavaban los pensamientos subsiguientes necesarios, al tener que inspeccionar las aserciones rechazadas pero no las confirmadas. En contraste, el esquema cartesiano supone que las interrupciones tendrían el mismo efecto en la evaluación racional de las confirmadas y de las negadas.

En el segundo experimento,20 estudiantes observaron una serie de caras sonrientes en un video. En algunas pruebas el monitor mostraba las palabras verdadero o falso antes de verse una cara para señalar si el hombre expresaba una alegría genuina o falsa. En otras pruebas las señales aparecían después de verse la cara. Los estudiantes que eran distraídos-tenían que presionar una tecla al recibir una señal sonora producida inmediatamente después de ver la cara-generalmente clasificaban a las falsas sonrisas como genuinas, pero no viceversa. Incluso aquellos que sabían de antemano que una sonrisa era falsa, frecuentemente la marcaban como verdadera si eran posteriormente interrumpidos. En otras palabras, cuando las distracciones hacían descarrilar su tren de pensamiento, los voluntarios que habían dado razones para dudar tendían sin embargo a aceptar esa información como verdadera.

En el experimento final, los investigadores presentaron a los 30 estudiantes frases descriptivas sobre un animal imaginario llamado "glark".Los participantes luego decidían si las nuevas proposiciones sobre los glarks eran verdaderas o falsas. Durante esa tarea, a veces se les pedía que leyeran una definición sobre glarks tan rápido como pudieran sin controlar su veracidad. Cada una de esas frases aparecía de nuevo durante la evaluación como verdadera o falsa.

Gilbert argumenta que los estudiantes probablemente aceptaban rápidamente al principio las definiciones leídas, en lugar de tratarlas neutralmente. Luego informaron que el 25% de las definiciones falsas rápidamente leídas eran consideradas verdaderas por los estudiantes ,mientras que casi todas las verdaderas fueron identificadas correctamente.

Gilbert afirma que somos cartesianos ingenuos:"suponemos que las creencias están bajo control consciente todo el tiempo, pero las creencias pueden originarse por la mera aceptación pasiva de la información sin intentar analizarla".Señala, además, otras líneas de investigación que confirman sus argumentos. Por ejemplo, hace casi 20 años los psicolingüistas establecieron que las personas a las que se presentan frases verdaderas y falsas les lleva menos tiempo determinar la exactitud de las primeras que las de las últimas.

Los trabajos en psicolingüística también sugieren que la comprensión de una negación, por ej:"los armadillos no son herbívoros"requiere primero la comprensión del concepto contrario "los armadillos son herbívoros".

Un estudio del año 1981,dirigido por el psicólogo Daniel Wagner de la Universidad Trinity de Texas, ilustra la paradoja que nos lleva a creer lo que claramente ha sido negado. En una investigación, los estudiantes que leyeron el título "Bob Talbert no está ligado con la mafia" manifestaron impresiones negativas sobre este personaje ficticio, cosa que no hicieron los que leyeron oraciones neutrales como "Bob Talbert celebra su cumpleaños".

Las personas también tienden automáticamente a buscar evidencia que confirme sus creencias hacia otras personas. Los estudios han mostrado que los voluntarios inducidos a creer en la naturaleza abierta de una chica, le preguntaban a ella sobre su sociabilidad sin incursionar en los aspectos de reticencia y timidez de su personalidad.

En los trabajos relacionados con el tema, los psicólogos que estudian la persuasión y la detección de mentiras han observado que la gente cree con frecuencia en lo que otros le dicen ,sin cuestionamientos. Las opiniones sobre otros, así como las declaraciones autobiográficas son aceptadas más fácilmente cuando el oyente está realizando una tarea que perturba la atención del mensaje que se está difundiendo.

Gilbert nota que "los que venden autos usados conocen desde hace mucho sobre el poder persuasivo de las interrupciones y distracciones introducidas en los momentos críticos".

Muchas técnicas de lavado de cerebro y coerción utilizan métodos extremos para fragmentar la atención del prisionero político. Los interrogadores los mantienen despiertos durante varios días seguidos y los abruman con una carga de artillería ideológica que no pueden resistir. Las confesiones forzadas tienen también efectos duraderos: después de recibir y recitar el mensaje del torturador muchísimas veces, el exhausto prisionero comienza a dudar de sus propias opiniones.

Los mismos principios se extienden más allá de las agencias de autos o de los calabozos de los dictadores, según nos advierte el psicólogo John Bargh, de la Universidad de Nueva York: "Mi idea es que el control sobre las influencias automáticas, inconscientes, no se practica para nada. No es que la gente sea perezosa, sino que tiende a creer que esas influencias no existen y, a menudo, no se da el lujo de pensar en forma intensiva sobre lo que, de a ratos, escucha o lee."

Gilbert y colaboradores tienen todavía que estudiar si las distracciones de la atención serían capaces de hacer creer las más absurdas expresiones. Aunque la teoría de Spinoza sostendría que una frase como: "Hitler era una mujer" sería aceptada de inmediato y casi tan rápidamente descartada apenas llegara la evidencia a la mente, esa hipótesis sería muy difícil de probar con experimentos.