24.10.12

Homenaje a Paul Kurtz




Como todo escéptico ya sabe ha muerto Paul Kurtz, el cofundador del CSI (Comité para la Investigación Escéptica) originalmente CSICOP y creador del CFI (Centro para la Investigación) y del CSH (Consejo para el Humanismo Secular).

No es mi idea repetir lo que ya se ha escrito en multitud de obituarios pero sí señalar lo que Alejandro Agostinelli en su blog Factor 302.4 resaltó . A mi juicio, debería ser destacado en letras de molde para quienes se reconocen a sí mismo como librepensadores tolerantes y democráticos.

Se trata del punto de vista disidente de Kurtz respecto del CFI acerca del "Día de la blasfemia" que provocó su renuncia a las instituciones que él mismo había creado.


 "La celebración del “Día de la Blasfemia” por el Center for Inquiry, patrocinando un concurso para fomentar nuevas formas de blasfemia, creo que es muy imprudente. Traiciona las virtudes cívicas de la democracia. Apoyo la premisa según la cual la religión debe estar abierta al examen crítico de sus afirmaciones, al igual que todas las demás instituciones de la sociedad. Tengo serias reservas sobre las formas que toman estas críticas. Por ejemplo, se han distribuido recientemente viñetas cómicas ridiculizando figuras clave en el cristianismo, como una caricatura que representa un Jesús femenino pintando sus “clavos” con esmalte de uñas rojo ["nail" es clavo y uña en inglés, de ahí el juego de palabras], o el dibujo del Papa con una larga nariz como Pinocho.
“Cuando defendimos el derecho de un periódico danés de publicar caricaturas que deploraban la violencia de los terroristas suicidas musulmanes, estábamos apoyando a la libertad de prensa. El derecho de publicar críticas disidentes de la religión debe ser aceptado como fundamental para la libertad de expresión. Pero para el CFI, patrocinar la sátira del cristianismo fomentando caricaturas anti-católicas, anti-protestantes, o cualquier otras anti-religiosas va más allá de los límites del discurso civilizado en una sociedad pluralista. No es diferente de las caricaturas antisemitas de la época nazi. Sin embargo, algunos ateos fundamentalistas han recurrido a esas payasadas vulgares para atraer la atención de la prensa. Al hacerlo, han deshonrado los principios éticos básicos que el Center for Inquiry ha defendido firmemente hasta ahora: la tolerancia a puntos de vista opuestos.
“Una cosa es examinar las afirmaciones de la religión de una manera responsable, señalando las críticas bíblicas, coránicas o científicas; otra muy distinta es violar el principio humanista clave de la tolerancia. Uno puede estar en desacuerdo con las creencias religiosas, pero denigrarlas con burdas caricaturas roza el discurso del odio. ¿Qué dirían humanistas y escépticos si los creyentes religiosos les insultaran de la misma forma? Protestaríamos por la falta de respeto a puntos de vista alternativos en una sociedad democrática. Pido disculpas a mis compatriotas que han sufrido estos comentarios mordaces de indignidad.”
Paul Kurtz, 29 de septiembre de 2009



27.3.12

La tetera de Russell


Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña como para ser vista aun por los telescopios más potentes.

Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías.

Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo iluminado, o la del inquisidor en tiempos anteriores.

Bertrand Russell
Is There a God? (1952)