22.11.16

ESTIGMAS: A SEMEJANZA DE CRISTO, por Joe Nickell

"Estigmas" de Theresa Neumann

Traducido al castellano por Carlos Domínguez, Alejandro Borgo y Viviana Giménez
 Publicación original: Skeptical Inquirer; Julio, 2000
 © 2000 Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal in association (CSICOP) con The Gale Group & LookSmart. © 2000 Gale Group

De los supuestos poderes milagrosos, quizás ninguno esté más notoriamente asociado con la santidad como los estigmas, las heridas de la crucifixión de Cristo presuntamente reproducidas de forma espontánea en el cuerpo de un cristiano. De hecho, un sondeo histórico mostró que cerca de una quinta parte de los estigmatizados terminan siendo beatificados o canonizados (Biot,1962,23).El año 1999 trajo un renovado interés en el supuesto fenómeno. Entre las ofertas estuvieron la película "Stigmata" (que hasta incluía una fugaz imagen de mi libro "Looking for a Miracle" ("Buscando un milagro" [Radford,1999] ); un pseudo-documental televisivo de la Fox, "Signs from God" ("Señales de Dios"), que presentó un importante segmento sobre los estigmas; y la beatificación vaticana del Padre Pietro de Pietralcina, estigmatizado italiano (CNN y Time,1999). Para un documental que se está haciendo para la televisión, volví a considerar el tema. 

UN FENÓMENO EN EVOLUCIÓN
Después de la muerte de Jesús, alrededor del año 29 ó 30 D.C., los estigmas tardarían casi doce siglos en aparecer, a menos que se tenga en cuenta una críptica referencia bíblica de San Pablo. En Galateos 6:17, escribió: "Llevo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús". Muchos estudiosos creen que San Pablo hablaba en forma figurada, pero en cualquier caso la declaración puede haber sido suficiente para provocar la imitación.

Se considera a San Francisco de Asís (1182-1226) como el primer estigmatizado; o, al menos, el primer "verdadero" estigmatizado. Su tormento ocurrió sólo dos años después de que un hombre de Oxford exhibiera las cinco heridas de la crucifixión, en 1222. Ese hombre decía ser el hijo de Dios y el redentor de la humanidad, pero fue detenido por impostor, ya que se concluyó que las heridas habían sido auto-inflingidas.

En 1224, San Francisco, con algunos de sus "discípulos", subió al monte Alverno en los Apeninos. Al cabo de 40 días de oración y ayuno, tuvo una visión de Cristo en la cruz, luego de la cual recibió las cuatro heridas de los clavos y la perforación del costado. San Francisco parece haber desatado un fenómeno de imitación, ya que la publicación de su supuesto milagro fue seguida de varias apariciones de estigmatizados "aun entre personas de mucho menos importancia religiosa que San Francisco, y el fenómeno continúa ocurriendo sin interrupción desde entonces", según el estudioso católico Herbert Thurston (1952,122-123). Continúa:
"Lo que yo infiero es que el ejemplo de San Francisco creó lo que he dado en llamar el "complejo de la crucifixión". Una vez que los contemplativos vieron que era posible adaptarse físicamente a los sufrimientos de Cristo llevando las marcas de Sus heridas en las manos, los pies y el costado, se consolidó en muchos de ellos la idea de esta forma de unión con el Divino Maestro. De hecho, se convirtió en una obsesión piadosa; tanto que, en unos pocos individuos excepcionalmente sensibles, la idea concebida en la mente se plasmó en la carne".
Thurston creía que la estigmatización se debía a los efectos de la sugestión, pero los intentos experimentales para reproducir el fenómeno, por ejemplo, utilizando la hipnosis, fueron infructuosos, excepto por un caso relacionado que parece haber sido un engaño. (El psiquiatra informó que brotaban lágrimas de sangre por debajo de los párpados del sujeto, pero una fotografía muestra que emergen de la parte exterior de los ojos [ver Wilson, 1988]).

Conforme avanzaba el siglo XIII, empezaron a proliferar las exhibiciones de estigmas, lo que una autoridad en la materia calificó como una "especie de explosión" (Biot,1962,18). En los cien años que siguieron a la muerte de San Francisco, hubo más de veinte casos. La tendencia continuó en los siglos subsiguientes; para el año 1908, se registraban al menos 321 estigmatizados. No sólo eran invariablemente católicos, sino que más de un tercio provenía de Italia y el resto mayormente de Francia, España y Portugal, lo que demuestra que "los países católicos apostólicos romanos -en su mayoría con influencia latina y mediterránea- han predominado en la historia de los estigmas" (Harrison, 1994, 9; Wilson, 1988,10).

Sin embargo, el registro de estigmatizados del siglo XX "muestra un cambio en el patrón". Italia predominó un poco menos y se informaron casos en Gran Bretaña, Australia y los Estados Unidos" (Harrison, 1994,9). Allí (en 1972), hubo una niña afroamericana de diez años llamada Cloretta Robinson, bautista y por ende uno de los muy pocos casos de cristianos no católicos que exhibieron estigmas (incluidos al menos tres anglicanos; Harrison,1994, 9, 87).

Otra prueba de que los estigmas representan un fenómeno en evolución proviene de la forma de las heridas. Curiosamente, las heridas de San Francisco (excepto la herida del costado) "no eran heridas sangrantes sino impresiones redondas y negras de las cabezas de los clavos como grabadas en la carne" (Harrison 1994, 25). Desde entonces, aunque las heridas sangrantes han sido típicas, ha habido enormes variaciones, lo que demuestra "falta de semejanzas que sugirieran, siquiera remotamente, réplicas de un único patrón original") (Wilson, 1988,63). Por ejemplo, algunas heridas han sido cortes diminutos o en líneas rectas; otras, simples cruces, marcas de cuchilladas múltiples, o sangrados (incluso en el caso de Teresa Neumann, con el tiempo las heridas fueron cambiando de redondas a rectangulares, probablemente cuando supo cuál era la verdadera forma de los clavos romanos. En algunos casos, no había lesiones visibles debajo de los sangrados (o posiblemente ¡falsas aplicaciones!" de sangre).(Wilson,1988,64; Harrison 1994,70; Nickell, 1999).

De igual modo, la herida en el costado (que representa el lanzazo del soldado romano- Juan 19:34- ) ha aparecido en diferentes lugares, ya sea a la derecha o a la izquierda, o bien con formas distintas (como abertura lateral, semicircular, en forma de cruz, etc.) o no ha aparecido en absoluto. Algunos estigmatizados han exhibido heridas en la frente (como si hubieran sido causadas por una corona de espinas) ( Juan 19:2); otros, marcas en la espalda (representando azotes, Juan 19:1) o raspaduras en el hombro (como de cargar una cruz) y así sucesivamente, mientras que otros no las han exhibido. Incluso hay señales simbólicas, como, por ejemplo, una "vívida cruz" que apareció dos veces en la frente de la estigmatizada Heather Woods (un fenómeno ya experimentado en el siglo XVII por la estigmatizada Jeanne des Anges). Y estigmas como "letreros en la piel" (incluidos los nombres de José, María y Jesús) aparecieron y reaparecieron en la mano izquierda de Des Anges (1602-1665) (Wilson 1988, 64,131-148; Harrison 1994, 2, 52).

Otra tendencia en la evolución del fenómeno (representada, por ejemplo, por James Bruse, sacerdote de Virginia) es la ubicación de las heridas de los clavos en las muñecas. Otros las han tenido mayormente en las palmas de las manos, por lo que las marcas de Bruse en las muñecas parecen ser instructivas. Como observa Harrison (1994,40), los estigmas en las muñecas sólo aparecieron a partir de que la fotografía "reveló las heridas allí ubicadas en el sudario de Turín". En realidad, mientras que las manos en la figura del sudario están dobladas, de modo que se puede ver una sola herida de salida, pareciera verse en la palma, aunque el flujo de "sangre" se extiende hasta la muñeca, por lo que en apariencia la herida estaría localizada allí" ( Nickell,1983). Los que creen en la autenticidad del sudario (a pesar de la contundente prueba científica en su contra, Nickell, 1998) tienen interés en dar a conocer el sitio de la muñeca. Ellos apuntan a los experimentos con cadáveres que supuestamente demuestran que los clavos en las manos no pueden soportar el peso de un cuerpo y, por consiguiente, lo desgarrarían (Barbet, 1950). (Se han encontrado restos de sólo una víctima de crucifixión del siglo I, de un hombre llamado Jehohanan. Un raspón en el extremo inferior del radio derecho indica que un clavo había penetrado entre el radio y el cúbito. Es interesante notar que se había introducido un clavo a través de los huesos del talón de un costado, lo que indica que a Jehohanan lo habían forzado a adoptar "algo así como una posición de sentado", bastante diferente a la imagen familiar de Jesús en el arte cristiano (Wilson, 1979,50,illus.fol.p.128).
En cualquier caso, si es verdad que la ubicación de la mano es anatómicamente insostenible (a pesar de los evangelios, Juan 20:25-27 y Lucas 24:40) se podría argumentar que todos los estigmas en las manos son, por consiguiente, falsos (un juicio que excluiría a la mayoría de los casos reportados). Ciertamente, el cambio de ubicación hacia las muñecas (para mantener una mirada moderna) no es sorprendente. Asimismo, los estigmatizados de la Edad Media, "se provocaban heridas que se correspondían con las pinturas de Cristo sufriente que tenían a su alcance" (Harrison, 1994, 128). Del mismo modo, la visión de la crucifixión de 1974 de Ethel Chapman, durante la cual se aduce que aparecieron sus estigmas, "se basó en las ilustraciones de una Biblia que le habían dado" ( Harrison, 1994,128; Wilson,1988,147). Tan sólida conexión entre imágenes populares y la naturaleza de los estigmas es una evidencia poderosa de que el fenómeno es imitativo.


PERFIL DEL ESTIGMATIZADO
Una mirada a los estigmas como un fenómeno en evolución también echa luz sobre las personas involucradas. El censo previamente mencionado de 321 estigmatizados revela "una interesante proporción de siete mujeres por hombre." No sólo eran casi todos Católicos Apostólicos Romanos, sino que "una proporción muy alta eran sacerdotes enclaustrados o monjas", como lo fue, claro, el primer estigmatizado, San Francisco, y estigmatizados del siglo XIII como la beata Helena de Veszprim (1237); Santa Cristina de Stommeln (1268); y otros (Harrison 1994, 10, 27-28; Wilson 1988, 131-133). De hecho, de los 321 estigmatizados, 109 provenían de la orden de los dominicos y 102 de los franciscanos: un porcentaje global de 66 por ciento proveniente de órdenes religiosas contra 34 por ciento de laicos (Biot 1962, 20).
Muchos estigmatizados (como San Francisco) parecen haber tenido una juventud que podría definirse como notablemente "mundana", antes de llegar a creer que habían sido llamados para servir a Dios. De joven, San Francisco, hijo de un adinerado comerciante, era "alegre, aventurero, generoso y popular" (Coulson 1958) y pasaba su tiempo libre en "extravagancias hedonistas" (Jones 1994), y sus amigos hasta lo coronaron "rey de los rebeldes" ("Francis" 1960). Él más tarde declaró haber oído la voz de Cristo pidiéndole que reconstruyera una iglesia, después de lo cual se dedicó de lleno al servicio religioso: adoptó la vida de un ermitaño y creó luego la orden de frailes que lleva su nombre (los franciscanos; Coulson 1958).

Entre otros que pasaron de mundanos a austeros puede incluirse a la beata Angela de Foligno (1250-1309), quien se casó y tuvo varios hijos pero los perdió a todos después de la muerte de su marido. Después de vender todas sus posesiones, donó el dinero recaudado a los pobres y pasó a integrar la Tercera Orden de San Francisco (Wilson 1988, 132). Otro ejemplo es el de Santa Catalina de Génova (1447-1510), quien se casó a los dieciséis años, pasó "diez años de su existencia en una búsqueda de placer hedonista", y luego, con su marido, consagró su vida a la atención de enfermos en un hospital local (Wilson 1988, 133). 

Un ejemplo más reciente es el del Padre James Bruse (el sacerdote de Virginia con las heridas en las muñecas ya mencionado). Antes de su ordenación, Bruse fue incluido en el Libro Guiness de Récords Mundiales en 1978 por andar en montaña rusa durante cinco días seguidos. Se ordenó como sacerdote católico al año siguiente pero, más tarde, advirtió que había caído en la rutina. Entonces vinieron los sucesos "dramáticos" de 1991-1992 en los cuales no sólo experimentó los estigmas sino que descubrió estatuas que lloraban en su presencia (Harrison 1994, 80-87). 

Además, es característico de muchos (sino de la mayoría) de los estigmatizados el padecimiento de una variedad de síntomas que "van desde lo que se ha descrito como 'místico' a lo 'histérico" ' (Harrison 1994, 31). Tomemos lo histérico primero: Margarita del Bendito Sacramento (Marguerite Parigot, 1619-1648) fue presa de "devastadores ataques claramente diabólicos", mientras que Anna Maria Castreca (1670-1736) "se lanzaba violentamente por el cuarto" y "su lenguaje y comportamiento" volvían a ser "los de una niña", y en sus primeros años el Padre Pío (1887-1968) fue "perturbado emocionalmente". Unos pocos estigmatizados recibieron, supuestamente, la compañía de "apariciones fantasmales" (poltergeist phenomena) (desórdenes atribuidos a "espíritus ruidosos" pero que a menudo se trata de travesuras de adolescentes); entre ellos estaba Johann Jetzer (c. 1483-c. 1515) y Teresa Helena Higginson (1844-1905) (Wilson 1988, 131-148).

La enfermedad es otra característica frecuente. Rene Biot, en su "El enigma de los estigmas" (1962, 57), exclama con asombro: "¡Cuántos estigmatizados han estado postrados!". Señala que Santa Lidwina (d.1433) tenía tantas supuestas enfermedades que era "una especie de museo patológico"; de hecho, "un museo de horrores". De forma similar, Teresa Neumann experimentó períodos de convulsiones, ceguera, sordera, mutismo, parálisis, etcétera; efectos que parecen haberse debido a hipocondría histérica, o (lo que es más probable), directamente a falsedades, ya que los supuestos malestares evadían el diagnóstico (Rogo 1982, 65-66; Nickell 1993, 227-228). Dadas así las cosas, un investigador notó los paralelos entre los estigmas y el síndrome de Munchaussen (un trastorno emocional en que se finge o provoca enfermedad) (Schnabel 1993).

Aun así, otros estigmatizados (Santa Verónica Giuliani (c. 1640-1727), Victoire Claire (c. 1808-1883), junto con muchos otros) a menudo caían en estados de éxtasis (aparente trance que surge del fervor religioso). Después de San Francisco, quien supuestamente recibió los estigmas a partir de una visión de la crucifixión de Jesús, vinieron varios emuladores, incluso Passitea Crogi quien, en el Domingo de Ramos de 1589, cayó en un éxtasis y después describió una visión de Cristo golpeado y sangrante. Otros que afirmaron haber recibido sus estigmas como consecuencia de visiones fueron Johann Jetzer,Therese Neumann (1898-1962) y James Bruse. 

Un gran número de estigmatizados fue bendecido, supuestamente, con otros fenómenos sobrenaturales, incluidos los poderes de profecía y sanación, levitación, bilocación (estar presumiblemente en dos lugares al mismo tiempo), e inedia (supuesta habilidad de abandonar la ingesta de alimento). Como ejemplo de esto último, Angela de Foligno (1250-1309), según se informó, estuvo doce años sin comer. Después de muertos, se descubrió que los cuerpos de algunos estigmatizados eran "incorruptibles" (no se descompusieron). Además, la sangre de las heridas estigmáticas de PassiteaCrogi preservada en frascos supuestamente vuelve a licuarse en ocasiones. (Wilson 1988, 131-148). Quizás sea innecesario decir que todo esto no ha sido probado y puede atribuirse al folklore, a errores perceptivos y malentendidos nacidos de la superstición y fraudes píos (Nickell 1993).

FRAUDES PROBADOS
Está bien establecido que muchos casos de estigmatizados fueron falsos. Por ejemplo, Magdalena de la Cruz, en 1543, enferma y temerosa de morir en el pecado, confesó que sus estigmas, inedia y otros fenómenos eran engaños deliberados. Otra, María de la Visitación, conocida como "la monja santa de Lisboa", fue acusada por una hermana religiosa que la vio pintándose una herida falsa en la mano. Aunque inicialmente fue defendida por médicos en 1587, fue llevada ante la Inquisición, donde le lavaron las heridas y la coloración desapareció; así, se pudo ver "la carne inmaculada" (Wilson 1988, 26). 

Otro fraude fue el de Paula María Matarelli, quien no sólo exhibió los estigmas sino que además "milagrosamente" hizo aparecer hostias en su lengua. El Papa Pío IX la acusó de fraude en forma privada; declaró que tenía la prueba en el cajón de su escritorio y agregó: "Ha engañado a toda una multitud de almas pías y crédulas" (citado en Wilson 1988, 42). Una condenación más pública le aguardaba a Gigliola Giorgini (nacida en1933): desacreditada por las autoridades de la Iglesia, en 1984 una corte italiana la condenó por fraude (Wilson 1988, 42, 147).

La autenticidad de algunos estigmas puede cuestionarse a la luz del carácter del místico. Por ejemplo, Teresa HelenaHigginson (1844-1905), una estigmatizada inglesa, fue despedida como maestra por acusaciones de robo, embriaguez y conducta impropia. Y Berthe Mrazek, una artista de circo nacida en Bruselas que se convirtió en estigmatizada, fue primero considerada con seriedad, pero las dudas llegaron en 1924 cuando fue arrestada por fraude y e internada en un hospital psiquiátrico (Nickell 1993, 223). Se debe considerar a otros estigmatizados a la luz de su propensión al autocastigo y a la automutilación. Aquí se incluye a la masoquista del siglo XIII Lukardis de Oberweimar, quien, antes de exhibir los estigmas, "tenía el hábito de clavarse las uñas en la palma de las manos" (Wilson 1988, 132)!.

Las circunstancias que rodean a los dos estigmatizados más conocidos del siglo XX, Teresa Neumann y el Padre Pío (ambos mencionados arriba), hacen dudar aún más sobre la autenticidad del fenómeno. Por ejemplo, un profesor de apellido Martini dirigió una supervisión de Teresa Neumann y observó que la sangre fluía de las heridas sólo en las ocasiones en que éste era convencido a abandonar el cuarto "como si ella tuviera que esconder algo para evadir la observación". Martini agregó: "Fue por la misma razón que yo detestaba sus frecuentes manipulaciones por detrás de las mantas (de la cama) levantadas" (hubo sospechas similares sobre sus supuestas demostraciones de poderes de médium) (Wilson 1998, 53, 114-115).

En cuanto al Padre Pío, el clero Católico Apostólico Romano local acusó a su monasterio de exhibirlo por dinero. Ciertamente, alrededor de él se generó un culto y los mercachifles del pueblo les vendían a sus crédulos discípulos supuestas reliquias que en realidad eran telas embadurnadas de sangre de pollo. Algunos médicos creyeron que sus heridas eran superficiales pero su comprobación era difícil debido a sus supuestos dolores y por estar cubiertas de "espesas costras" de lo que se pensaba que era sangre. Un distinguido patólogo enviado por la Santa Sede notó que más allá de las costras faltaba "todo signo de edema, penetración o enrojecimiento, aun cuando se las examinaba con una buena lupa". De hecho, concluyó que la "herida" del costado no había penetrado la piel en absoluto. Y mientras que en vida Pío siempre mantuvo ocultas sus "heridas" (llevaba puestos unos mitones), a su muerte sólo había piel inmaculada (Ruffin 1982, 146-154, 305).

Muchos estudiosos católicos han expresado escepticismo acerca de la autenticidad de los estigmas. Uno fue un neuropsiquiatra que había observado personalmente treinta casos de estigmatización y en ninguno de ellos "pude eliminar, de manera absoluta y definitiva, algún tipo de acción artificial" (citado en Biot 1962, 102-103). Aunque atribuyó la mayoría de los casos más a la sugestión que al fraude, Herbert Thurston (1952, 100) no encontró "ningún caso satisfactorio de estigmatización desde San Francisco de Asís".

Thurston y otros defienden a San Francisco por su piedad y carácter; sin embargo, su decidido afán de imitar a Jesús, su "inmensa capacidad para el sacrificio" y el hecho de que fuera "hijo de la Iglesia hasta la médula" (Coulson 1958, 188) pueden haberlo llevado a adoptar una pía impostura (algo que a muchos les ha sido claramente imposible resistir).


UN CASO RECIENTE
"Señales de Dios", de la cadena Fox, difundió los supuestos milagros de la boliviana Katya Rivas, en cuyo repertorio no sólo hubo estigmas sino también la producción de un inusual "estado delta" en un EEG, escritura automática en idiomas que ella aducía no conocer y un "centelleo de luz" multicolor en una imagen de la Virgen de Guadalupe que había en su hogar. (Para una reseña ver Nickell 1999). El show fue conducido por el periodista australiano Michael Willesee, quien, durante un accidente aéreo en 1998, "volvió a abrazar la fe católica" en una conversión instantánea (Randi 1999).
Rivas sostuvo que había recibido un mensaje de Jesús en que le decía que aunque ella no fuera a producir estigmas como se esperaba para el Viernes Santo (el día en que los cristianos conmemoran la crucifixión de Cristo), la paciencia sería recompensada. Un mensaje posterior anunció que la estigmatización completa tendría lugar al día siguiente de Corpus Christi (una fiesta católica que conmemora la Eucaristía o la Cena del Señor). La noche anterior al día en que debían aparecer los estigmas, Rivas dio una muestra de su sangre como control, porque se especulaba que la sangre de los estigmas podía no ser sólo de ella.

Llegado el momento señalado, se invitó a los incautos espectadores a un evento que tenía toda la apariencia de haber sido organizado. Rivas fue acostada, de una manera que recordaba a Teresa Neumann, y las sábanas proporcionaban un amplio escondite si es que había trampa. Ningún médico estaba presente. Michael Willesee hizo un examen superficial de las manos y los pies de Rivas y se refirió a las cicatrices de los estigmas anteriores. Estas se veían en sus pies pero no estaba muy claro si también había marcas anteriores en las manos. (Esto es significativo a la luz del desarrollo de los acontecimientos, como veremos). 

Durante el sufrimiento, real o fingido, Rivas exhibió, primero, marcas similares a pinchazos y sangrado en la frente (como causados por una corona de espinas), aunque al parecer no en los costados o en la parte posterior de la cabeza, lo que sugería que las marcas eran sólo para el espectáculo. Luego se vio (posiblemente) una marca rosada en la palma izquierda seguida por una cruz diminuta en el dorso de la mano que inicialmente no tenía sangre. Luego surgieron "heridas" sangrientas en ambos lados de las manos y los pies. Willesee usó algodones para obtener muestras de sangre para el análisis. Nunca apareció ninguna herida lateral ni tampoco hubo otras marcas de la crucifixión. Al final de la experiencia (o demostración), Rivas exhibió los paroxismos de una agonía mortal imitativa de la crucifixión de Jesús. 

Las heridas de Rivas nunca se vieron en el momento de su surgimiento espontáneo; en cambio, se fueron mostrando en imágenes sucesivas después de cada aparición, como ocurriría en caso de ser autoinfligidas durante momentos de ocultamiento. Entre otros elementos sospechosos estaba la discrepancia entre heridas de "entrada" y "salida" (las del pie izquierdo no estaban alineadas). Además, las de las palmas y plantas de los pies eran, hasta donde podía verse, sólo manchas de sangre. 

Más aún, se podía distinguir que tales heridas no parecían puntazos sino más bien cortes múltiples, incluida la cruz en el dorso de la mano izquierda (figura 1) y una serie de cuchilladas encima de cada pie. Los últimos estaban curiosamente en pares (ver figura 2) como si hubieran sido causados por un instrumento de doble filo, como el anillo de bordes filosos con forma de cáliz que Katia Rivas tenía puesto durante el evento. 

Supuestamente, sólo 24 horas más tarde, la cámara grabó a Willesee inspeccionando las heridas de Rivas. Al parecer, las de las palmas y plantas del pie habían desaparecido completamente (pero no se las mostró específicamente) y las marcas que permanecían parecían estar en un avanzado estado de cicatrización. Willesee destacó el hecho como algo notable, aunque otra interpretación es que la desaparición de algunas "heridas" indicaba que nunca habían ocurrido en primer lugar, y que la mayoría de las marcas (sino todas) eran viejos cortes de los estigmas previamente falsificados.
Un elemento genuino del asunto fue la sangre misma, que, según se probó con un análisis de ADN, provenía de Katya Rivas. Desgraciadamente para Willesee, el periodista vendedor de milagros (quien insistió en que la sangre podría ser de Cristo en forma parcial o total), se probó que la sangre sólo era de Rivas.
Cuando me pidieron aparecer en un documental para televisión sobre estigmas y discutir sobre el caso de Rivas, decidí experimentar de antemano infligiéndome las heridas. Usé una afilada hoja de afeitar para cortar una cruz en el dorso de mi mano izquierda. Esta herida superficial sangró lo suficiente como para producir el efecto de una herida mayor (figura 3) e incluso (por transferencia) para causar una "herida" en la palma (figura 4). Al día siguiente, esta última, por supuesto, había desaparecido, y la cruz había empezado a cicatrizar. Hay ciertas preparaciones medicinales que pueden aplicarse para promover la cicatrización y, como pude comprobar, cremas cosméticas que por su poder de ocultamiento pueden en apariencia adelantar la cicatrización o directamente eliminar la herida. [1]

Mi análisis del video que muestra la supuesta estigmatización de Katya Rivas y los experimentos simples que realicé me persuadieron no sólo de que sus estigmas no pudieron ser autenticados, sino que, de hecho (como otros casos de supuestos fenómenos a lo largo de la historia), no pueden ser diferenciados de fraudes píos.


Nota:
1) También descubrí que se puede producir el efecto contrario, al renovar el sangrado de un corte realizado muchas horas antes, pasándose agua oxigenada. Esto tiene implicaciones en los casos de estigmas en donde se informó que hubo sangrado por un período extenso, aunque hay muchas maneras de lograr tal efecto.

Referencias:
Barber, Pierre. 1950. A Doctor at Calvary, edición francesa.; traducción al inglés. Garden City, N.Y.: Image Books, 1963, 103-120.
Biot, Rene. 1962. The Enigma of the Stigmata. New York: Hawthorn Books.
Coulson, John, ed. 1958. The Saints: A Concise Biographical Dictionary. New York: Hawthorn Books, 187-188.
"Francis of Assisi, St." 1960. Enciclopedia Británica.
Harrison, Ted. 1994. Stigmata: A Medieval Phenomenon in a Modern Age. New York: St. Martin's Press.
Jones, Alison. 1994. The Wordsworth Dictionary of Saints. Ware, England: Wordsworth Editions, 116-118.
Nickell, Joe. 1993. Looking for a Miracle. Amherst, N.Y.: Prometheus Books.
_____. 1998. Inquest on the Shroud of Thrin. Buffalo, N.Y.: Prometheus Books, 61-63.
_____. 1999. Thumbs down en "Signs from God", de Fox. Skeptical Inquirer 23.6 (noviembre/ diciembre): 61.
Radford, Ben. 1999. Reseña de la película "Stigmata", comentario de Corrales. (Corrales, N.M.), septiembre 25.
Randi, James. 1999. Randi's Archive, sitio web de James Randi Educational Foundation, julio 30.
Rogo, D. Scott. 1982. Miracles. A Parascientific Inquiry into Wondrous Phenomena. New York: Dial Press.
Ruffin, C. Bernard. 1982. Padre Pio: The Tine Story. Huntington, Indiana: Our Sunday Visitor.
Thurston, Herbert. 1952. The Physical Phenomena of Mysticism. Chicago: H. Regnery Co.
Schnabel, Jim. 1993. The Munch bunch. Fortean Times 70 (agosto/septiembre), 23-29.
Willesee, Michael (productor ejecutivo). 1999. Signs from God, Fox TV, julio 28.
Wilson, Ian. 1979. The Shroud of Turin, edición corregida de Garden City, N.Y.: Image Books.
_____. 1988. The Bleeding Mind London: Weidenfeld and Nicolson.






























































26.10.16

El "entrenamiento cerebral" de Lumosity


Lumosity es un programa en línea que consiste en juegos on line que pretenden mejorar la memoria,la atención,la flexibilidad cognitiva,la velocidad de procesamiento de información y la resolución de problemas.
 "Disfruta de un entrenamiento cerebral creado por científicos y diseñadores", se nos anuncia en su página web. Siguen frases tales como  "Transformamos la ciencia en juegos entretenidos" y "cada juego sigue la mecánica y fundamentos de las tareas originales diseñadas para poner a prueba habilidades cognitivas específicas".

Prometedor ¿no?

Prosigamos, entonces ...

Los creadores del software anuncian que "nuestros científicos" han realizado un estudio con 4715 participantes (la mitad de ellos entrenó con Lumosity y la otra mitad realizó crucigramas "para controlar el efecto placebo "). Después de diez semanas, el grupo de Lumosity  "mejoró en mayor medida" (las comillas son nuestras) que el grupo de crucigramas en un conjunto de evaluaciones cognitivas.

Debo reconocer que un tanto decepcionado por la vaguedad de los datos que se nos proporcionan, busco el enlace al artículo que debería reflejar los hallazgos encontrados.

¿Adivinen que?
En lugar de ello me topo con la siguiente advertencia: 

 "El Proyecto de cognición humana (HCP por sus siglas en inglés) es nuestra plataforma online de investigación en colaboración. A través del HCP permitimos que investigadores cualificados accedan de forma gratuita a las tareas cognitivas de Lumosity y a las herramientas de investigación, además de a partes limitadas de nuestros datos sobre desempeño en tareas cognitivas". 

Ergo, como no soy un "investigador  cualificado", me temo que no podré acceder a la información. Sólo soy un potencial usuario más, así que tendré que acudir a otras fuentes 
:-(

OK. Voy a otras fuentes.

"El fraude de Lumosity le costará a Lumos Labs 2 millones de dólares"
La empresa tendrá que pagar 2 millones de dólares a la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos por publicidad engañosa en sus anuncios sobre "entrenar al cerebro".

Anque la noticia es de enero pasado, bien vale reproducirla. La nota es de Gabriela González  https://hipertextual.com/2016/01/el-fraude-de-lumosity
 
"Si has visitado Internet al menos una docena de veces es posible que en una de esas ocasiones te hayas conseguido con un anuncio publicitario de Lumosity sobre como puedes usar sus juegos para entrenar tu cerebro. La empresa es súper conocida por ofrecer todo tipo de juegos de "entrenamiento cerebral" que prometen desde mejorar nuestro rendimiento en tareas diarias, trabajo, estudios, hasta reducir y retrasar los problemas cognitivos que aparecen con el envejecimiento y ciertos problemas de salud. Es todo un gran fraude.
El pasado jueves, la compañía que desarrolla Lumosity llegó a un acuerdo en el que deberá pagar 2 millones de dólares a la FTC por cargos que los acusaban de engañar a sus consumidores prometiendo cosas sobre las que no tenían ni una sola prueba científica válida. Además de esto Luminosity hará pagos compensatorios a sus clientes y les ofrecerá una manera sencilla de cancelar la auto-renovación del servicio que incluye suscripciones mensuales de las aplicaciones web y móviles, hasta las suscripciones de por vida valoradas en 299,95 dólares.
Los anuncios de Lumosity prometen cosas como que entrenar por 10 o 15 minutos diarios con sus juegos te ayudarán a alcanzar el máximo potencial en todos los aspectos de tu vida. O, van tan lejos como para afirmar que sus juegos pueden ayudar a tratar la amnesia, la demencia, y hasta el Alzheimer. La directora de protección al consumidor de la FTC, Jessica Rich, declaró que Luminosity simplemente no tenía ninguna evidencia científica para respaldar sus afirmaciones.
El acuerdo sin embargo no ha cambiado la actitud de la empresa quienes afirman que se trata solo de un problema con el lenguaje de mercadeo y sostienen que ofrecen un buen producto. Se estima que Lumosity tiene ganancias alrededor de los mil millones de dólares anuales, así que esta multa luce bastante pequeña si se pone en perspectiva".

Bueno, bueno, bueno.

Para constatar el tipo de entrenamiento cerebral que ellos mismos consideran que genera su software leemos en su página web Preguntas por contestar

"Los resultados son prometedores, pero necesitamos realizar más investigaciones para determinar la conexión entre la mejora en la puntuación de las evaluaciones y tareas cotidianas en la vida de los participantes. Este es nuestro próximo objetivo."

Hubiéramos empezado por ahí, demonios! :-(

 

 

 

17.10.16

El gigante de Connemara



En el distrito de Connemara en Irlanda, camino a Galway, está este enigmático monumento que el turista inadvertido puede confundir con una antigüedad centenaria.Sin embargo, sólo posee 17 años de antigüedad.
Al leer la placa conmerativa se advierte: THIS IS CONNEMARA (CONN SON OF THE SEA)BUILT IN 1999 BY JOYCES CRAFT SHOP FOR NO APPARENT REASON
(Este es Connemara -Conn : hijo del mar-  Creado en 1999 por la tienda de artesanías de Joyce por ninguna razón en especial).
Semejante prueba de ingenio no merecía quedar sólo en eso. Ya posee su propia mitología local: "si tocas la mano del gigante serás bendecido con la sabiduría de su pueblo".
La cuestión (y la broma) consiste en que no se aclara si hay que tocar la mano izquierda... o la derecha.

Justo detrás del gigante, pusieron una placa que dice: "En este lugar , en 1897 no ocurrió nada". Tales placas conmemorativas pueden ser encontradas en diversos lugares, tales como Irlanda, Gran Bretaña y EEUU.



Para conocer y disfrutar esta muestra del humor irlandés 

14.10.16

Colgate con Nicotina y otras hierbas



Arriba , el típico videíto conspiranoico
 
Sin embargo, se inspira en una noticia aparentemente real aunque circunscripta a la India.

"According to a study by the Delhi Institute of Pharmaceutical Sciences and Research, many of the herbal toothpastes being sold in India were adulterated with nicotine"  ("Según  un estudio del Instituto de investigación y ciencias farmacéuticas de Nueva Delhi, varios dentífricos herbales fueron adulterados con nicotina"

Las pastas dentales en base a hierbas son comercializadas para aquellos consumidores obsesionados con los ingredientes que se encuentran en los dentífricos comunes a los que consideran "dañinos para su salud".

El estudio muestra que los productos examinados contenían 18 mg de nicotina en los de la marca Colgate y diversas cantidades menores en otras marcas examinadas.

Por supuesto, los fabricantes rechazan la investigación  y aseguran que sus productos no han sido adulterados.

9.10.16

El caso Beaumont, uno de los fiascos del "detective psíquico" Gerard Croiset


(De izquierda a derecha) Arnna, Grant y Jane Beaumont)  

 Por Troy Lennon, editor del  Daily Telegraph (Au) Fuente :  http://preview.tinyurl.com/z85b2tz

 

 El 26 de enero de 1966,  las celebraciones del Día Nacional de Australia se vieron ensombrecidas por noticias de última hora que anunciaban que tres niños habían desaparecido en el sur del país. 

Jane, de 9 años , Arnna, de 7, y Grant de 4, los hijos de Jim y Nancy Beaumont, tomaron un autobús desde Somerton Park para ir a la playa de Glenelg.  Como no regresaron al hogar a la hora establecida , Nancy se alarmó y envió a su marido a buscarlos. Al no encontrar ningún rastro de ellos, los padres finalmente reportaron su desaparición en torno a las 17:00 hs.

A pesar de que se informaron algunos avistamientos, los niños Beaumont nunca fueron vistos de nuevo. A pesar de desarrollarse una importante operativo de búsqueda por parte de la policía, no hubo rastro de los niños.

La
desconcertante desaparición provocó todo tipo de teorías extrañas y llevó al intento desesperado de utilizar al psíquico holandés de renombre mundial Gerard Croiset para resolver el misterio. Aunque éste demostraría ser uno de los fracasos más resonantes de la celebridad, no obstante contribuyó a la creciente popularidad del oficio de "detective psíquico".

Jim Beaumont con sus hijos Grant, Arnna y Jane en mayo de  1965

Gerard Boekbinder (mas conocido públicamente como Gerard Croiset) nació en 1909 en la ciudad de Laren, en una provincia de los Países Bajos al norte de Holanda. Afirmaba que en su juventud había trabajado para un relojero y que cuando sostenía en sus manos algún objeto propiedad de su jefe, podía ver cosas que luego eran confirmadas como exactas por su empleador.

Esa supuesta capacidad psíquica  - que ha sido proclamada por diversas personas a lo largo de la historia- fue estudiada por primera vez por el fisiólogo Joseph Rhodes Buchanan del Instituto de Medicina Ecléctica de Ohio en 1842. A  Buchanan se le atribuye el haber acuñado el término "psicometría" y más tarde escribir el "Manual de Psicometría: el amanecer de una nueva civilización" en el cual aseguraba que todos los objetos despedían "emanaciones" que podrían ser leídos por personas que establecían sintonía con ellos.


Luego de sobrevivir a la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, Croiset asistió a una conferencia a cargo de parapsicólogo Wilhelm Tenhaeff en 1946 y se ofreció a sí mismo como objeto de estudio. Cuando la policía holandesa , frustrada por la falta de sospechosos potenciales en un caso de asesinato se contacó con Tenhaeff en busca de algún clarividente, éste les envió a Croiset.

Croiset les refirió que en el crimen se había usado un martillo y mencionó rasgos del supuesto asesino. Aunque su  descripción era vaga y no se tradujo en detención, resultó coincidir con el hombre que finalmente fue detenido. Entonces la policía buscó su colaboración en ocasiones posteriores y su reputación comenzó a propagarse a otros países.

                                 El clarividente holandés Gerard Croiset (izq)  junto al millonario Con Polites en el aeropuerto de Adelaida en 1966 

En 1966, como la policía australiana no lograba avanzar en el caso Beaumont, el público empezó a reclamar  la presencia de un clarividente.

Croiset era uno de los psíquicos célebres del momento, junto a su compatriota el holandés Peter Hurkos, pero el nombre de Croiset se había hecho mas familiar en Australia a partir de las noticias que informaban de sus tratos con la policía en Gran Bretaña.


Un multimillonario empresario de bienes raíces llamado Con Polites trajo al país al "dotado" haciéndose cargo de todos los gastos ; en medio de un gran despiegue de los medios de comunicación, el clarividente holandés llegó en el mes de noviembre.  

Aunque la policía no lo había requerido  oficialmente y los padres Beaumont se negaron a comer con él, una multitud acompañó a Croiset cuando visitó la playa suburbana donde habían desaparecido los niños a plena luz del día.

El psíquico aseguró que los niños no habían sido  asesinados sino que habían muerto al quedar accidentalmente atrapados bajo el suelo de cemento de un almacén industrial que se estaba construyendo.

                                                               Gerard Croiset buscando pistas cerca de donde habían desaparecido los niños

La policía lo acompañó al establecimiento pero, con sólo la palabra de un psíquico, no había manera de que se obtuviera una orden para excavar los cimientos del depósito.

El público era menos escéptico y comenzó a recaudar fondos para pagar la excavación. Croiset abandonó el país sin obtener ningún resultado. Finalmente el almacén fue parcialmente demolido a expensas de Polites pero no se encontró ningún rastro de los niños Beaumont. Como el caso no fue cerrado , mucho después, en 1996 se volvieron a hacer excavaciones también con resultados negativos.

A pesar de su fracaso, Croiset continuó ejerciendo como psíquico. Su hijo, Gerard Jr, siguió sus pasos, pero no se sabe que haya tenido algún éxito en algún caso. 

Croiset murió en 1980.