19.12.24

El desenmascaramiento de los hermanos Davenport

 

 Henry Irving, 1883. Photografía de Samuel A. Walker

Henry Irving, una de las figuras más destacadas del teatro británico victoriano, desempeñó un papel crucial en el desenmascaramiento público de los supuestos "fenómenos espirituales" alegados por los hermanos Davenport.

Los hermanos Ira Erastus y William Henry Davenport eran dos magos ilusionistas estadounidenses de la segunda mitad del siglo XIX que alcanzaron fama internacional con su espectáculo de variedades, especialmente por su legendaria "ilusión del gabinete espiritual". Este acto consistía en una elaborada presentación donde ambos hermanos eran firmemente atados dentro de una gran caja de madera, junto a varios instrumentos musicales y campanas. Una vez que los asistentes verificaban que los hermanos estaban bien asegurados, se cerraba la caja. 

 


Momentos después, los espectadores podían escuchar cómo los instrumentos y las campanas comenzaban a sonar desde el interior, como si estuvieran siendo interpretados por manos invisibles pese a que los magos estaban inmovilizados. Cuando la caja se abría nuevamente, los hermanos aparecían exactamente en la misma posición y con las mismas ataduras con las que habían comenzado el acto.

Hasta aquí, podría tratarse sólo de un acto de ilusionismo. Sin embargo, para aumentar el misterio del espectáculo, los Davenport sugerían que estos fenómenos eran producto de fuerzas sobrenaturales.Al principio lo realizaban ellos dos solos, pero al ver las reacciones del público, agregaron al espectáculo la presencia del conocido predicador cristiano Jesse Babcock Ferguson,convencido espiritista, que
conducía el acto y aseguraba a la audiencia que los hermanos poseían el poder de hacer que los espíritus del más allá tocaran los instrumentos musicales .

Los hermanos Davenport gozaron de gran éxito durante sus presentaciones en Estados Unidos. Sin embargo, su fortuna dio un giro dramático cuando iniciaron su gira por Gran Bretaña. El primer incidente serio ocurrió a principios de 1865 en Liverpool, cuando su famoso acto se vio comprometido. En esa ocasión, los miembros del público seleccionados para atar a los hermanos utilizaron un complejo nudo corredizo que resultó imposible de deshacer. La situación se volvió tan crítica que el Reverendo Ferguson, su presentador, se vio obligado a cortar las cuerdas con un cuchillo. Este desenlace provocó la furia de los espectadores, quienes, sintiéndose engañados, invadieron el escenario y destruyeron la caja que era parte fundamental del acto.

Diez días después del incidente en Liverpool, el reconocido actor Henry Irving, en colaboración con sus colegas Philip Day y Frederick Maccabe, decidió replicar el espectáculo de los Davenport con un propósito específico: demostrar que los supuestos fenómenos sobrenaturales no eran más que una elaborada ilusión teatral. Para ello, realizaron una presentación privada ante algunos conocidos. Irving asumió el papel del Dr. Ferguson, y sus compañeros representaron a los hermanos Davenport.

La imitación fue un éxito rotundo, recibiendo el aplauso entusiasta del público. La prensa británica elogió la exposición de Irving, destacando particularmente su talento actoral. El impacto fue tan significativo que Irving y sus compañeros, habiendo logrado reproducir todos los trucos de los Davenport, presentaron nuevamente el espectáculo en el Free Trade Hall, esta vez ante una numerosa audiencia compuesta por prominentes figuras de la sociedad de Manchester.

Según cuenta Austin Breretonen en su biografía de Irving  publicada en 1884, el actor británico comenzó su presentación asi:

¿Qué enseñan los hermanos Davenport? ¿Qué propósito, además de llenar sus bolsillos de dinero, pretenden alcanzar? Rechazan indignados ser llamados magos, y aunque no se atreven a definir con precisión la naturaleza del poder oculto que afirman ejercer, desean que la gente crea que están, de alguna manera, relacionados con el espiritismo. Según sus propias palabras, ofrecen una nueva esperanza para toda la humanidad. Por lo tanto, señoras y señores, si logramos destruir las pretensiones blasfemas de estos traficantes de espíritus no autorizados, habremos alcanzado nuestro objetivo, y esta reunión no habrá sido en vano.

Se colocó con rapidez una barba y una peluca, un sobretodo abotonado hasta arriba y un pañuelo al cuello que lo convirtió en un "doble" del reverendo Ferguson. Con actitud grave, Irving pronunció el siguiente discurso característico, imitando el tono, acento, expresión y gestos del conductor :

Damas y caballeros

Al presentar ante ustedes los fenómenos notables que han acompañado a estos caballeros—quienes, por cierto, no son hermanos (risas)—que están a punto de aparecer, no considero necesario hacer observaciones sobre sus extraordinarias manifestaciones. Por lo tanto, procederé de inmediato a un largo y enrevesado discurso (risas), con el propósito de distraer su atención y llenar sus inteligentes mentes de perplejidad. (Risas.) No necesito decirle a esta audiencia ilustrada los gigantescos descubrimientos que se han hecho y se están haciendo en el insondable abismo de la ciencia. No necesito decírselo (porque si lo hiciera, no me creerían). (Risas.) Digo que no necesito decirles que las manifestaciones que están a punto de presenciar son producidas por un poder oculto—cuyo significado no entiendo claramente (risas)—pero simplemente les presentamos los hechos, y a partir de ellos deben sacar sus propias conclusiones. (Aplausos y nuevas risas.)

En cuanto a la temprana vida de estos caballeros, podría llenarse páginas con la descripción más trivial. (Risas.) Sin embargo, mencionaré un par de hechos interesantes sobre estos hombres notables, cuya veracidad garantizo personalmente. En su infancia, uno de ellos, con total indiferencia por parte de todos los demás, flotaba constantemente e inconscientemente por su tranquila vivienda en los brazos de su amable niñera (risas), mientras que, en otras ocasiones, con frecuencia estaba atado con manos invisibles a las cuerdas del delantal de su madre. (Risas renovadas.) Peculiaridades similares fueron exhibidas por su compañero, cuya relación con varios espíritus comenzó hace muchos años y ha crecido hasta el presente, brindándole placer y beneficio a otros. (Carcajadas.)

Estos caballeros no han sido celebrados en el vasto continente de América, no han asombrado al mundo más civilizado, pero han viajado por varias partes de esta gloriosa tierra —la tierra de Bacon (risas)— y están a punto de aparecer en una fase en vuestra gloriosa ciudad de Mánchester. (Risas.)

Muchas personas sensatas e inteligentes parecen pensar que la necesidad de oscuridad implica fraude. (Risas.) Y así es. (Aplausos.) Pero intentaré convencerles de lo contrario. (Ovaciones.) ¿Acaso no es una cámara oscura esencial para el proceso de la fotografía? ¿Y qué diríamos a quien afirmara: 'Creo que la fotografía es un fraude; háganlo todo con luz y entonces creeremos lo contrario'? Es cierto que sabemos por qué la luz es esencial para la producción de una imagen ; y si los hombres de ciencia analizaran estos fenómenos, descubrirían por qué la oscuridad es esencial para nuestras manifestaciones. (Risas.)

¡Pero no queremos que lo descubran! (Risas.) Queremos que eviten un enfoque de sentido común hacia el misterio. (Risas.) Queremos que sean cegados por nuestro enigma y que crean con fe ciega en el mayor fraude del siglo XIX. (Aplausos y risas estruendosas.)

Continúa diciendo el autor de la biografía que 

Frecuentes estallidos de aplausos acompañaron los puntos destacados y las insinuaciones, mientras que la gravedad seria y solemne del "Doctor" recordaba a los oyentes el estilo presuntuoso del mentor de los Davenport. Con el mismo rostro serio y sus gestos característicos, Irving procedió a presentar a sus amigos, y las agradables y familiares caras de los señores Frederick Maccabe y Phillip Day, del Teatro Princes, aparecieron en la plataforma. Los dos "hermanos" profesionales tomaron tranquilamente sus lugares para ser atados a ambos lados del gabinete.

El proceso de atar comenzó, mientras la audiencia mantenía un flujo constante de comentarios, a los cuales el "falso Ferguson" respondía con ingenio y humor. Los "hermanos" fueron colocados dentro del gabinete, atados firmemente de manos y pies, y con ellos se colocaron una guitarra, una pandereta, una campana y una trompeta. Tan pronto como se cerraron las puertas, comenzaron las manifestaciones. Aparecieron manos en la apertura del gabinete y se escucharon ruidos discordantes en su interior. La guitarra y la pandereta fueron tocadas, se escucharon ladridos de perros, maullidos de gatos y una variedad de sonidos que, como dijo el "reverendo", no podían emanar de la voz humana. La trompeta fue lanzada repetidamente al exterior.

Un caballero cerca de la plataforma pidió al "Doctor Ferguson" que tuviera cuidado de que el instrumento no causara daños al público. El "Doctor" respondió que no podía hacerse responsable de las manifestaciones que los espíritus decidieran producir. Preguntó a un caballero si había sido golpeado por la trompeta. El caballero respondió: "No", a lo cual el "presentador" dijo que esperaba que esto fuera una prueba convincente de que las manifestaciones estaban guiadas por un poder inteligente.

Cada vez que se abrían las puertas del gabinete, los "hermanos" aparecían aún atados como al principio. Finalmente, salieron de la caja completamente libres de sus ataduras. Luego, volvieron a atarse ellos mismos; uno de los miembros del comité tomó asiento en el gabinete, se colocó harina en las manos y se reprodujo exactamente el programa de los Davenport con el mayor éxito.

La sesión oscura que siguió fue una imitación maravillosa de las ilusiones de los Davenport. No se dejó de reproducir ninguno de los efectos que ellos producían; durante la sesión, todas sus actuaciones fueron replicadas con absoluta exactitud.

Los instrumentos musicales se vieron flotando por el aire y los abrigos de los hombres atados fueron intercambiados. Las "manifestaciones" ocurrieron en medio de comentarios bien dirigidos y agudos por parte del "Doctor". Este insistió en mantener una cadena de contacto ininterrumpida: "De lo contrario," dijo, "podrían ser tocados en lugares que menos esperan." "¡En el bolsillo!" exclamó un caballero. "Sí," replicó el pseudo doctor con la rapidez de un rayo, "en el bolsillo, o en la cabeza, o en cualquier otro receptáculo vacío."El hilarante acto terminó con aplausos a rabiar y carcajadas .

A consecuencia de ésta actuación,  destacados magos como Neville Maskelyne y Jean- Eugene Robert- Houdin expusieron esos trucos ya sea con escritos o con la reproducción de los mismos . Después de ello, incluso espiritistas convencidos admitían ya el carácter fraudulento de los fenómenos expuestos. Años más tarde, Ira Davenport confesó a Harry Houdini que sus actos eran fraudulentos. Sin embargo, en la misma conversación, le reveló que, a pesar de esto, él personalmente era un practicante convencido del espiritismo.

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