RESUMEN DE UNA POLÉMICA FUERTE
Para los lectores de EL OJO ESCEPTICO que no siguieron el debate de punta a punta, a continuación incluímos un resumen cronológico (de octubre de 1992 a junio de 1993) de las ocho entregas que el suplemento Futuro de Página/12 le dedicó a la dicotomía Ciencia/ New Age. Como toda síntesis, solo se extraen los párrafos centrales y esa selección es subjetiva.
LA "OBJETIVIDAD" SOCIOLÓGICA DE ROSS
En el suplemento Futuro del 24 de octubre de 1992 la periodista Claudia Pasquini traducía "los párrafos cruciales" del libro “Strange Weather” (Clima extraño), de Andrew Ross. La portada del suplemento se titulaba "Ciencia y New Age: ¿Parecidos o diferentes?". En el grueso del artículo (subtitulado "Todo sea por la buena onda"), Ross se compadece de la "racionalidad neo age" porque "los guardianes de la ortodoxia"la condenan "a los márgenes de la pseudociencia y a las zonas oscuras de la razón", motivo por el cual ésta se vería "empujada a emular al discurso dominante del racionalismo". También sostiene que "la new age asumió un rol virtuoso, experimental, en la reconstrucción de una personalidad humanista para la ciencia, una ciencia con cara humana".
En un recuadro aparte, titulado "Los cazafantasmas", Ross se solidariza con quienes caracterizan al CSICOP (Committee for the Scientific Investigaron of the Paranormal) como una "inquisición internacional de académicos cazafantasmas", afirma que las desmitificaciones de lo paranormal "son apelaciones a una suerte de certificación experimental de que la ciencia racionalista está establecida como el único estándar de verdad y razón de nuestros tratos con el mundo natural" y concluye que la "actividad cazabrujas" del CSICOP revela la "crisis de la racionalidad científica".
LA RESPUESTA DEL CAIRP
El 28 de noviembre el suplemento incluye un resumen de la respuesta de Agostinelli titulada "El talismán a transistores". (El artículo completo fue publicado por la revista colega española La Alternativa Racional No 28, Primavera de 1993, pp. 4-9). En el copete de esa nota el editor se extrañaba de que el artículo de Ross suscitara polémica ya que "su posición era ante todo descriptiva". El miembro del Cairp, sin embargo, considera pertinente preguntarse a qué aportes se refiere Ross cuando dice que la Nueva Era reconstruye "una ciencia con cara humana", al tiempo que la define como "un movimiento sincrético en el que una mixtura de disiciplinas ocultistas ha ido creciendo hasta cobrar dimensiones comparables a las de una religión de masas". En cuanto a la emulación del discurso científico por parte de la New Age, Agostinelli responde que "se da la paradoja de que para elevar el prestigio de su idea de espiritualidad necesita adornar sus doctrinas con conceptos que toma prestados de las disciplinas científicas aceptadas, a las que, sin embargo, condena por su 'falta de sensibilidad'".
En su rechazo al ataque que recibe el CSICOP (y por tanto el Cairp, que se identifica con sus objetivos), Agostinelli advierte que "históricamente, los cazadores de brujas han sido quienes han fomentado la creencia en lo irracional, y no los escépticos" y se entristece por "la debilidad de los argumentos de tantos intelectuales que, como Andrew Ross, eligen abrazar los nuevos rostros de la superchería para manifestar su descreimiento de la 'ciencia racionalista'".
SAHUMERIOS VS. PIPETAS
El 6 de marzo de 1993, bajo el título general "Paranoia en las pipetas", y el subtítulo "Sistema de conocimiento, sistema de ignorancia", el neoepistemólogo Alejandro Piscitelli y la periodista Marina Umaschi arrojan la segunda piedra en favor de la New Age y contra el escepticismo metodológico propiciado por el Cairp para investigar las afirmaciones de la New Age. A vuelta de página de un copete anticipando que Piscitelli-Umaschi prometieron "tomar distancia " de los articulistas que les precedieron, no vacilan en tratar al Cairp, al CSICOP, a Carl Sagan e Isaac Asimov de "científicos fundamentalistas"'. Entre otras cosas, los autores aseguran que la comunidad científica desestima los fenómenos paranormales porque mantiene una "visión estrechamente positivista" (aunque enseguida dicen que "no es que en ellos [los fenómenos psí] no haya poco —sino casi todo— para criticar o rechazar"), y que reacciona frente a la New Age porque "envidia las ventas y fondos que movilizan". Pero la preocupación primordial de Piscitelli-Umaschi es que los escépticos, en realidad, temen que "la ortodoxia"se vea amenazada a causa de "la proliferación de formas distintas de practicar y concebir a la ciencia". Buscan impactar agregando una extensa bibliografía pero descalifican al Cairp citando... el libro “Crónicas del Ángel Gris”, del escritor y humorista Alejandro Dolina.
EL CAIRP SE DEFIENDE
Bajo el titulo "El cuento de la buena pipeta" (“Futuro” del 13 de marzo), Agostinelli insiste en su postura, aclarando las malévolas tergiversaciones que hicieron de su artículo la yunta Piscitelli-Umaschi y lamentando que "de un epistemólogo esperaba una critica científica, y no una critica poética, híbrida y ambivalente". Tras subrayar que "escepticismo no es negar a priori", que "deseo y evidencia científica no van de la mano" y que "no todo lo nuevo es New Age", explica con detalle los motivos por los cuales las ECM, el control mental y la parapsicología generan prácticas pseudocientíficas. En el último caso, lo ejemplifica señalando que "poner en su lugar los fundamentos de la parapsicología no es 'un pretexto' para atacar por elevación otros modelos 'que pueden amenazar la ciudadela científica'" sino "una cuestión de salud pública", hecho frente al cual sus críticos sólo se pronuncian para nivelar ciencia con charlatanismo. Por otro lado, se pregunta por qué los defensores de la New Age no intentan una definición "ni ofrecen un solo ejemplo acerca de cuáles son los genuinos logros científicos" de ésta, ya que, "de lo contrario el diálogo será imposible y este debate se irá pareciendo cada vez más al 'cuento de la buena pipeta'". Ante la acusación de "fundamentalistas de la ciencia", Agostinelli responde que éste es un adjetivo "que sólo se aplica a las ideologías y forma parte del campo de las creencias. Desde el punto de vista epistemológico —concluye— tratar a Asimov o a Sagan de fundamentalistas es sumar confusión a un sistema de ignorancia; desde la posición de una estudiante de Ciencias de la Comunicación, una licencia poética".
LECTOR/1
Ese mismo suplemento incluye el recuadro titulado "Los pesos mosca de la Nueva Alianza", por la lectora Leonor Verza Duarte, que refuta a Piscitelli-Umaschi con una recomendación terminante: "Bueno seria que estos científicos sentimentales en lugar de acusar gratuitamente a los científicos de nuevos inquisidores o a Carl Sagan o Isaac Asimov de científicos fundamentalistas, aterricen sus escobas en algún neuropsiquiátrico para que (...) puedan discriminar realidad y fantasía, o paradigma científico y negocio esotérico".
LA NEW AGE SEGÚN MOLEDO
El 20 de marzo tuvo la palabra el excelente divulgador científico Leonardo Moledo que, en el artículo "Nueva Era para el Nuevo Orden", manifestó acordar con la refutación de Agostinelli —aunque "sin compartir su fervor"—, enfatizando la "ingenuidad" de la defensa de la Era de Acuario emprendida por Piscitelli-Umaschi. De entrada, subraya que la estrategia de los newagers se desmorona por su base ya que consiste en "a) invertir la carga de la prueba: no es necesario mostrar ningún resultado, y son las disciplinas científicas las que deben demostrar que el conjunto de creencias new age no tiene validez; b) se achaca a la 'ciencia oficial' una negativa cerrada basada en el terror que le inspiran estas 'nuevas disciplinas'". Moledo considera que el punto b) "carece por completo de originalidad" porque, como ocurre con "los inventores de máquinas de movimiento continuo, piedras filosofales y cabalas para ganar a la ruleta, o teorías sobre el universo", cuando se les señala un error, "atribuyen la negativa a 'creer' a la soberbia o al poder de la ciencia oficial. El periodista de Página 12 define a la New Age como "un conjunto de creencias bastante zonzas e inofensivas", añadiendo que "me parece injusto reprocharle a nadie sus creencias. Están a la moda, sí, ¿ Y qué pasa si Piscitelli-Umaschi quieren estar a la moda? ¿Qué tiene de malo? No creo que haya por qué cuestionar eso: sería como criticarlos por el color de su corbata."
Cuando le preguntamos a Moledo si realmente pensaba que la pseudociencia que hay en el movimiento New Age no era más que "un conjunto de creencias zonzas e inofensivas" nos contestó que, en verdad, con esa frase, buscó ridiculizar las pretensiones de Piscitelli-Umaschi. El problema es que muchos lectores no advirtieron el sesgo burlesco e interpretaron sus juicios literalmente. ¿Era necesario minimizar la Nueva Era para desarticular el argumento newager? ¡Chi lo sá!
Moledo advierte que, para él, lo realmente importante es hacer una lectura política de la cuestión. "La New Age y su presencia creciente en los medios de comunicación — prosigue— es sólo una forma light y cultural de la derechización del discurso y las formas políticas a nivel planetario". Más adelante puntualiza que "Agostinelli se equivoca cuando pide que los newagers exhiban resultados. La lógica new-age, que es la lógica del libre mercado ideológico, no requiere pruebas ni resultados ni procedimientos de verificación de sus productos: basta con la propaganda y con que alguien los compre, como cualquier jabón de lavar". Al final, enfatiza que "los objetivos del programa newtoniano en buena parte se han cumplido: el desgarramiento del tejido teológico medieval y la creación de un espacio donde actúan individuos: hombres libres en un espacio laico, tal seria la síntesis de tres siglos de racionalismo, que a Pisicitelli-Umaschi les parece tan deshumanizada. Puede ser que estén cansados y quieran retroceder al clima fragmentado y mágico del Medioevo. Pero es un retroceso, no un avance". Moledo concluye su nota con una ironía deliciosa: "Es agradable que estas 'nuevas ciencias para un nuevo orden' tengan ahora sus epistemólogos. El elenco de la era de Acuario se va completando".
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Junto con la nota de Moledo, desde un recuadro que exhorta a "No aportar más confusión", Orlando Liguori les pregunta a los newagers: "¿Qué tienen que ver los nuevos paradigmas con la parapsicología, la astrología las mancias, etc" (y siguen las preguntas). "Todo vale, nos dicen. ¿No era suficiente la forma en que se junta la paja con el trigo en medios que ofrecen al público desprevenido algo de divulgación científica con cualquier superchería?" Y concluye sugieriendo que, de dar crédito a "esas otras" realidades, "el aprendizaje social nos hará atribuir el cólera y el SIDA a alucinaciones colectivas llamadas virus y bacilos" o "a un castigo por la iniquidad humana, malos espíritus o energías negativas del agua".
LA NUEVA ERA VUELVE A LA CARGA
El 15 de marzo último, la epistemóloga y docente de la UBA Denise Najmanovich ingresa a las páginas de Futuro para encargarse de pasar el trapo filosófico que tantas veces da brillo al parquet esotérico. En su intento por vincular al escepticismo con la caza de brujas, dice: "Desgraciadamente, la historia está llena de lo que podríamos llamar 'escépticos dogmáticos', que sólo dudan de las creencias de los demás, reservando para las propias el nombre de saber o ciencia (conocimiento verdadero y fundado) . Son escépticos dogmáticos los conquistadores de todos los tiempos, que toman las tierras y los bienes de otros pueblos y destruyen las estatuas de sus dioses" (...) "Eran 'escépticos dogmáticos' los inquisidores que quemaron a Bruno, encarcelaron a Galileo y martirizaron a tantas brujas, judíos y otros 'desviados'..."También intenta ajustar el lazo entre el escepticismo y el positivismo, y aprovecha para meter en el medio al Cairp: "Recordemos que a fines del siglo XIX casi todos los científicos creían que los átomos no eran realidades físicas sino tan sólo artificios explicativos (¿qué hubieran opinado nuestros escépticos del CAIRP?)"Continúa con una exposición acerca de Kuhn y su crítica a la concepción positivista de progreso científico y luego aborda ligeramente el tema que, a nuestro juicio, es el más importante: "Algunos vivillos aprovechan la situación guiados por el siempre válido refrán que dice 'a rio revuelto, ganancia de pescadores': pero el detectarlos y refutarlos es una tarea menor, un pasatiempo para espíritus que gustan más de la crítica a los géneros menores que transpirar la camiseta para crear una sinfonía ", y centra su atención en que "lo interesante del fenómeno New Age no son los Hare Krishna"... ni "las terapias instantáneas por correo electrónico" sino "una necesidad profunda de búsqueda espiritual" y "la posibilidad de concebir nuevos caminos terapéuticos más integradores..."
EL CAIRP CONTRAATACA
Dos semanas más tarde (el 29/5) Futuro publica la réplica del Cairp, esta vez a cargo de Alejandro J. Borgo, en un artículo titulado "¿Y dónde está el epistemólogo?" que hace hincapié en la importancia de referirnos a los hechos: "Frente al torbellino verborrágico de los new-epistemólogos, la respuesta es hechos, no palabras". Por otra parte, Borgo apuntó a la distracción de los filósofos que "ven la invisibilidad de los quarks pero no ven la cruda realidad que está delante de sus ojos" refiriéndose a los astrólogos, videntes, sectas, centros de control mental, etc., que juegan con la salud mental y física de la gente sometiéndola a técnicas y terapias no comprobadas científicamente y a verdades celestiales sólo accesibles a los iniciados. "La pseudociencia —herramienta esencial de la New Age— nos aleja de la realidad, achata nuestra capacidad de reflexión, fomenta la deglución sin preguntas, constituye un peligro para nuestra salud física y mental, y termina por convencer a muchos filósofos de que es inofensiva", afirma Borgo, para continuar con una respuesta a las acusaciones ideológicas de Najmanovich: "De modo que las acusaciones de inquisidor, dictador, conquistador, nazi y oscurantista son inadmisibles..."(...) "Quienes encaramos la tarea de divulgar la mentalidad científica, frecuentemente nos vemos expuestos a la crítica salvaje, emocional e ignorante de quienes alientan la superchería y la creencia a ciegas. Y de quienes le sirven de sostén: los filósofos de la Vieja Nueva Era". Termina con una exposición del credo de un escéptico y destaca que ser escéptico no significa no creer. Finalmente pregunta: "¿Quién dijo que los escépticos somos escépticos?”.
Continuará...
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