6.3.24

El problema de la demarcación entre ciencia y pseudociencia: respuesta de Pigliucci a Laudan

 


En el año 1983, el filósofo de la ciencia Larry Laudan argumentó en The Demise of the Demarcation Problem que la filosofía había fallado en distinguir entre la ciencia y lo que no lo es. 

Según él, los intentos pasados para hacer esta distinción no fueron positivos y no deberían ser aceptados por la mayoría de los filósofos. Argumentó que muchas ideas sólidas no son científicas y que - al contrario- muchas ideas científicas no están bien fundamentadas. Laudan aseguró que, históricamente, los criterios para distinguir entre lo que es ciencia y lo que no es ciencia se usaron más en peleas entre científicos y pseudocientíficos que para algo realmente útil. Consideró que la pregunta de si una creencia está bien fundamentada o no es más práctica y filosóficamente significativa que si es científica o no. Además, agregó que términos como "pseudociencia" o "no científico" deberían dejarse a los políticos y sociólogos, no a los científicos.

El filósofo contemporáneo Massimo Pigliucci respondió al artículo de Laudan treinta años después del texto del epistemólogo norteamericano. Lo hizo en su libro Philosophy of Pseudoscience: Reconsidering the Demarcation Problem, publicado en 2014.

Dice así

Laudan concluye su artículo afirmando que "pseudociencia" y "acientífico" son solo palabras huecas que únicamente tienen valor emotivo para nosotros. Considera que son más adecuadas para la retórica de políticos y sociólogos del conocimiento que para los investigadores empíricos.

Por el contrario, Pigliucci sostiene en su libro que 

esas palabras son ricas en significado y consecuencias, precisamente porque tanto la ciencia como la pseudociencia desempeñan papeles importantes en el desarrollo de la sociedad moderna.

Y finaliza diciendo

Ya es hora de que los filósofos se ensucien las manos y se unan a la refriega para hacer sus propias contribuciones distintivas en la importantísima, a veces incluso vital, distinción entre el sentido y el sinsentido.

 

18.2.24

¿Por qué la parapsicología no puede ser verdadera?

 


La parapsicología, una disciplina controversial, ha sido objeto de estudio por parte de instituciones destacadas tales como la Society for Psychical Research y la Parapsychological Association.

Autores respetados, como Etzel Cardeña, quien dirige el Centro de Investigación sobre la Conciencia y Psicología Anómala (CERCAP) y es coautor del influyente libro "Las variedades de la experiencia anómala: un examen de la evidencia científica", han abordado esta temática de manera honesta y sistemática. Cardeña, un investigador mexicano reconocido, publicó un artículo en la revista American Scientist en julio-agosto de 2018 titulado "La evidencia experimental para los fenómenos parapsicológicos: una revisión".

A pesar de los esfuerzos de Cardeña por revisar los datos y explorar posibles mecanismos causales del fenómeno Psi, su artículo no ha escapado al escrutinio crítico de los investigadores escépticos. Es así como los psicólogos Arthur S. Reber y James E. Alcock, concluyen en un artículo de la revista Skeptical Inquirer, que la parapsicología carece de una base sólida.

En el texto "Por qué las afirmaciones parapsicológicas no pueden ser verdaderas" que se reseña en esta nota de blog, los investigadores afirman que Cardeña revisó los datos para Psi en el texto de American Scientist centrándose principalmente en metaanálisis de artículos publicados hasta el momento en revistas científicas que mostraban efectos pequeños o marginales y, lo que es más importante, el director del CERCAP reconoció que no existe una teoría coherente para el fenómeno Psi . Cardeña, en un esfuerzo por encontrar un mecanismo causal a través del cual entender lo paranormal, incorporó a la mecánica cuántica (M.C.) y, en menor medida, la teoría de la relatividad y la noción recientemente propuesta de un modelo de "universo de bloque" en el que pasado, presente y futuro disfrutan de una coexistencia simultánea.

Para Reber y Alcock el esfuerzo de Cardeña fracasó, principalmente por algunos malentendidos desafortunados que cometió respecto de la mecánica cuántica, la teoría de la relatividad y el hecho de que la noción de universo de bloque es poco más que especulación creativa. Estos fallos fueron revisados por dos expertos en mecánica cuántica, uno elegido por los autores de éste artículo científico y el otro elegido por el editor de la revista Skeptical Inquirer.

Basándose en la ausencia de mecanismos causales y la falta de coherencia en los hallazgos proclamados,  Alcock y Reber aseguran que la parapsicología se presenta como un campo científico inviable desde su inicio.

 

Por qué la parapsicología viola principios de la Física

El artículo del Skeptical Inquirer fue revisado por dos expertos en mecánica cuántica, uno elegido por los investigadores y el otro escogido por el editor de la revista. Ambos  aseguraron que los comentarios de Reber y Alcock sobre la física en general y la mecánica cuántica en particular eran correctos.

En primer lugar, los narradores exploran el concepto de causalidad, el cual establece que los efectos tienen causas discernibles. Esta idea fundamental de la ciencia sugiere que cada fenómeno tiene una explicación que se puede identificar y comprender, lo que ayuda a entender por qué suceden las cosas.

Para los autores, dentro del estudio de Psi, en realidad no existen mecanismos causales claros; no se han identificado patrones y tampoco se ha propuesto ninguno. Peor aún, hay escasa discusión sobre si los efectos reclamados tienen mecanismos causales singulares o múltiples, o por qué los hallazgos supuestos carecen de coherencia. Si la psicoquinesis afectara el lanzamiento de dados en un laboratorio de investigación de Psi, ¿por qué no ocurre en las mesas de juego? Si la telepatía existe, ¿por qué nuestros cerebros no están constantemente inundados por los pensamientos de quienes nos rodean? Añaden que sostener que el futuro se manifiesta solo en laboratorios de parapsicología, es estirar la credulidad hasta grados inauditos.

Luego, ellos discuten el concepto de la flecha del tiempo en física, que es la idea de que el tiempo solo avanza en una dirección. Esta unidericcionalidad de la temporalidad contrasta con algunas afirmaciones  que sugieren la reversión del tiempo. Para la parapsicología, esa magnitud física se vuelve sobre sí misma, de manera más evidente en la precognición. Los investigadores Psi han intentado explicar esto a través de la mecánica cuántica, en particular invocando el efecto de "entrelazamiento". Los científicos escépticos plantean que es cierto que el giro de dos partículas separadas en el espacio está entrelazado (el estado de una está simultáneamente alineado con la otra), pero no existe reversión del tiempo, son simplemente efectos concurrentes. 

En la llamada paradoja de los gemelos que plantea Einstein en su teoría de la relatividad, los sujetos  envejecen a diferentes velocidades, pero ninguno se vuelve más joven. Como argumentan los autores del texto, "la idea de que la extrañeza del mundo cuántico alberga una explicación de la extrañeza de la parapsicología, es una falsa equivalencia." Prosiguen diciendo que la mecánica cuántica es una teoría física, pero no en el sentido newtoniano común que enfrentamos en la vida diaria.

Después, ellos abordan el principio de la termodinámica que establece que la energía no puede ser creada ni destruida en un sistema aislado. Esto significa que hay límites en cuanto a cómo la energía puede influir en los eventos, lo que plantea problemas para la idea parapsicológica de la precognición. 

Reber y Alcock argumentan que si el futuro afectara al presente (como propone la parapsicología) ese hecho violaría el principio termodinámico de que la energía no puede ser creada ni destruida en un sistema aislado. El acto de elegir una carta de un mazo, un procedimiento común utilizado en la investigación Psi, implica procesos neurológicos que utilizan energía biomecánica mensurable. Se presume que la elección es causada por un futuro que, al no tener realidad existencial, carece de energía. Y no funcionará argumentar que por virtud de la reversión del tiempo el sistema no está cerrado. Culminan diciendo que si eso fuera cierto, todos los sistemas estarían sujetos a este "préstamo" de energía del futuro, lo que llevaría a la conclusión incoherente de que la Primera Ley ya no se aplica en ningún lugar.

Finalmente, mencionan la ley de la inversa del cuadrado que básicamente dice que la fuerza de una señal disminuye a medida que uno se aleja de su origen.

Alcock y su compañero afirman que en los supuestos fenómenos telepáticos descriptos, la distancia entre las dos personas vinculadas  nunca se reporta como un factor relevante, lo cual va en contra del principio de que la fuerza de la señal disminuye con el cuadrado de la distancia recorrida. Los investigadores Psi intentan utilizar el efecto de "entrelazamiento" como una posible explicación para esto, pero no será efectivo. En la mecánica cuántica, no hay transmisión de energía entre las partículas separadas porque simplemente están "entrelazadas".

Finalizan diciendo que cada uno de estos cuatro conceptos fundamentales de la Física ilustran los desafíos que enfrenta la parapsicología para alinearse con los principios establecidos de la ciencia. 

La revisión crítica realizada por los autores del artículo del Skeptical Inquirer pone de manifiesto las dificultades de la parapsicología para encontrar una base sólida y coherente dentro del marco científico convencional.

Referencias bibliográficas del artículo

  • Alcock, James E. 1985. Parapsychology as a “spiritual” science. In P. Kurtz (ed.), A Skeptic’s Handbook of Parapsychology. Amherst, NY: Prometheus Books, 537–565.
  • ———. 2011. Back from the future: Parapsychology and the Bem affair. Skeptical Inquirer 35: 31–39.
  • Bem, Daryl J. 2011. Feeling the future: Experimental evidence for anomalous retroactive influences on cognition and affect. Journal of Personality and Social Psychology 100: 407–425.
  • Cardeña, Etzel 2018. The experimental evidence for parapsychological phenomena: A review. American Psychologist 73: 663–677.
  • Dowling, Jonathan P. 2013. Schrödinger’s Killer App: Race to Build the World’s First Quantum Computer. Boca Raton, FL: Taylor & Francis.
  • Reber, Arthur S., and James E. Alcock. (forthcoming). Searching for the impossible: Parapsychology’s elusive quest. American Psychologist.

7.1.24

¿Es posible poner a prueba lo sobrenatural mediante métodos científicos?

 

 

Este artículo es una versión adaptada de un texto original del filósofo escéptico Massimo Pigliucci (puedes ver el texto original aquí). Su perspectiva sobre el tema me resulta intrigante y se aleja del punto de vista más convencional dentro del escepticismo.

 

Poniendo a prueba lo sobrenatural, por Massimo Pigliucci

Algunos argumentan que lo sobrenatural puede ser sometido a pruebas científicas ordinarias, mientras que otros sostienen que las ideas sobre lo sobrenatural son confusas e incoherentes para ser consideradas hipótesis científicamente verificables. 

En este blog, nos sumergiremos de manera crítica en estos enfoques, resaltando las fronteras de la investigación científica en temas como las doctrinas sobre nacimiento virginal de Jesús y la transubstanciación. Nos cuestionaremos cómo la ciencia puede enfrentar lo sobrenatural.

 ¿Es la ciencia el juez final de lo sobrenatural?

Algunos argumentan que la falta de pruebas empíricas para lo sobrenatural significa que simplemente no existe. Sin embargo, esta afirmación es problemática. Si bien las pruebas empíricas pueden refutar afirmaciones específicas sobre lo sobrenatural, no podemos negar categóricamente la existencia de lo sobrenatural en su totalidad.

Las limitaciones de la ciencia al abordar lo sobrenatural

Para ilustrar esto, consideremos dos ejemplos: el nacimiento virginal de Jesús y la transubstanciación.

1. El nacimiento virginal de Jesús

Aunque a primera vista parece un tema susceptible de investigación científica, en la práctica es imposible de estudiar. Incluso con acceso a ADN de Jesús, María y José, no podemos definir científicamente una "paternidad sobrenatural". La vaguedad del concepto lo hace inmune al análisis científico.

2. La transubstanciación

Esta doctrina católica afirma que el pan y el vino se transforman en la carne y sangre de Cristo durante la Eucaristía. Sin embargo, la idea de que algo sea simultáneamente pan y carne desafía las leyes de la física y la lógica, haciendo imposible un análisis científico.

Los límites de la ciencia no son límites del conocimiento

Es importante recordar que las limitaciones de la ciencia no significan que no haya nada más allá de su alcance. Simplemente indican que hay ciertos fenómenos que no se pueden estudiar con métodos científicos.

El desafío de los milagros

Los milagros, por definición, rompen con el orden natural. David Hume argumentó que ningún testimonio es suficiente para probar un milagro, ya que siempre existe la posibilidad de engaño o error.

La ciencia y lo desconocido

Como científicos, buscamos comprender el mundo natural. Cuando nos encontramos con fenómenos inexplicables, primero verificamos la confiabilidad de los datos y métodos, y luego buscamos explicaciones naturales. Si no encontramos ninguna, podemos aceptar que hay un fenómeno natural desconocido o una inteligencia en juego. Sin embargo, incluso en ese punto, no estamos obligados a recurrir a lo sobrenatural. La famosa tercera ley de Arthur C. Clarke nos recuerda que "cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia".

El conocimiento científico no puede abordar directamente lo sobrenatural, pero eso no significa que lo sobrenatural no exista. La ciencia nos permite explorar el mundo natural y comprender sus leyes, pero hay un límite a lo que puede explicar. Debemos ser conscientes de las limitaciones del método científico sin negar la posibilidad de que haya más en el universo de lo que podemos observar y medir.



4.7.23

Las muestras de Yeti son en realidad de osos

 

Hueso del muslo parecido a un humano, descubierto en una cueva en el Tíbet. El análisis del hueso muestra que, de hecho, es un oso tibetano. (Foto: Icon Films Ltd.)

 

En el año 2017 en la revista Proceedings B, de la Royal Society se dio a conocer un artículo titulado "La historia evolutiva de los enigmáticos osos de la región de la meseta tibetana y del Himalaya y la identidad del yeti" publicada por  Charlotte Lindqvis y otros colaboradores internacionales.

El artículo científico en inglés se puede ubicar aquí

Lan T, Gill S, Bellemain E, Bischof R, Nawaz MA, Lindqvist C. 2017 Evolutionary history of enigmatic bears in the Tibetan Plateau–Himalaya region and the identity of the yeti. Proc. R. Soc. B 284: 20171804.
http://dx.doi.org/10.1098/rspb.2017.1804

 

Aunque eventualmente  se les asocia con osos locales (Ursus arctos y U. thibetanus), la identidad exacta de las criaturas similares a los homínidos que son importantes para el folclore y la mitología de la región de la meseta tibetana del Himalaya, sigue rodeada de misterio. 

Recientemente, dos supuestas muestras de Yeti del Himalaya mostraron afinidad genética con un antiguo oso polar, lo que sugiere que podrían pertenecer a especies de osos no reconocidas anteriormente, posiblemente híbridos, pero este hallazgo preliminar ha sido cuestionado. 

Por lo tanto, nosotros hemos llevado a cabo un estudio genético exhaustivo de especímenes recogidos sobre el terreno y en museos para explorar su identidad y, en última instancia, deducir la historia evolutiva de los osos de la región.

Es así como los análisis filogenéticos de secuencias de ADN mitocondrial determinaron las afinidades de clado de las supuestas muestras de yeti de este estudio, apoyando firmemente la base biológica de la leyenda de que los yetis son osos locales existentes 

(Cabe aclarar que un clado es la rama de un árbol filogenético que agrupa seres tanto vivos como extintos de especies emparentadas  desde una antepasado  común)

En esta investigación , por primera vez se han ensamblado genomas mitocondriales completos del oso pardo del Himalaya (U. a. isabellinus) y del oso negro (U. t. laniger). 

Nuestros resultados demuestran que el oso pardo del Himalaya es uno de los primeros clados en ramificarse dentro del linaje del oso pardo, mientras que los osos pardos tibetanos divergieron mucho más tarde. 

Los tiempos estimados de divergencia de los linajes de oso de la meseta tibetana y del Himalaya coinciden con las glaciaciones del Pleistoceno medio y tardío, lo que sugiere que los osos actuales de la región son probablemente descendientes de poblaciones que sobrevivieron en refugios locales durante las glaciaciones del Pleistoceno.

La conclusión final de la investigación es que éste estudio representa el análisis más riguroso realizado hasta la fecha de muestras sospechosas de proceder de criaturas anómalas o míticas parecidas a los homínidos, y sugiere claramente que la base biológica de la leyenda del yeti son los osos pardos y negros locales.


13.4.23

El racismo es lo que está detrás de las extravagantes teorías sobre la arquitectura antigua de África

 


Las pirámides de Giza en las afueras de El Cairo, Egipto. Mohamed Abd El Ghany/Reuters

 

El racismo es lo que está detrás de las extravagantes teorías sobre la arquitectura antigua de África 

 

Artículo original publicado en The Conversation por Julien Benoit, paleontólogo y paleobiólogo

Postdoctorado en Paleontología de Vertebrados, Universidad de Witwatersrand  

 

Algunos de los edificios y ciudades más impresionantes jamás construidos por el ser humano se encuentran en África: la ciudad en ruinas de Gran Zimbabue, Mapungubwe en Sudáfrica, las ruinas de Gedi en Kenia y Meroe en Sudán. Quizá la más impresionante sea la última de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, la Gran Pirámide de Guiza, en Egipto.

No es de extrañar. África posee un extenso registro arqueológico, que se remonta a hace 3,3 millones de años, cuando se fabricó la primera herramienta de piedra en lo que hoy es Kenia. La complejidad y diversidad cultural del continente están bien establecidas; alberga las obras de arte más antiguas del mundo. Y, por supuesto, es el lugar de nacimiento de los antiguos antepasados del hombre moderno, el Homo sapiens.

A pesar de todas estas pruebas, algunas personas siguen negándose a creer que alguien de África (o de cualquier lugar de lo que hoy se considera el mundo en desarrollo) pudiera haber creado y construido las pirámides de Guiza u otras obras maestras de la antigüedad. En su lugar, atribuyen la autoría a antiguos astronautas, extraterrestres oviajeros en el tiempo.

Bueno, se preguntarán, ¿y qué? ¿A quién le importa que relativamente poca gente no crea que los antiguos egipcios construyeron las pirámides? ¿Cuál es el problema? En realidad, hay un gran daño: en primer lugar, estas personas tratan de demostrar sus teorías viajando por el mundo y profanando artefactos antiguos. En segundo lugar, perpetúan y dan aire a la noción racista de que sólo los europeos -los blancos- fueron y serán capaces de tales proezas arquitectónicas.

 

Una amenaza para el patrimonio mundial

En 2014, dos pseudocientíficosalemanes se propusieron "demostrar" que los académicos ocultaban el "verdadero" origen de las pirámides de Guiza. Para ello, extrajeron un trozo de una de las pirámides, por supuesto sin autorización, para poder "analizarlo".

Y a principios de 2017, científicos del Congreso Mundial de Estudios sobre Momias de Sudamérica publicaron un comunicado en su página de Facebook para llamar la atención sobre el asalto a las tumbas de Nazca para un programa de investigación pseudocientífico llamado proyecto Alien. En él se insiste en que fueron los extraterrestres y no los antiguos peruanos los responsables de los famosos geoglifos llamados Líneas de Nazca, a pesar de todas las pruebas que demuestran lo contrario.

Este tipo de incidentes ejemplifican las amenazas que se ciernen sobre el patrimonio cultural de los países en desarrollo. Las autoridades de conservación de todo el mundo deben gastar mucho dinero para proteger y restaurar piezas únicas del patrimonio, y para protegerlas del vandalismo. Por ejemplo, la revisión más reciente prevista para el yacimiento de Giza, en 2008, se estimó en 45 millones de dólares.

Por regla general, no se trata de naciones ricas, y reparar los daños causados, entre otros, por pseudocientíficos cuesta un dineral que a menudo no tienen.

 

Racismo y actitudes colonialistas

 Una serie de círculos de piedra en la provincia sudafricana de Mpumalanga constituye un excelente ejemplo del otro problema de los pseudoarqueólogos. Algunos creen sinceramente que estas estructuras fueron diseñadas por extraterrestres. Se burlan de las investigaciones científicas que demuestran que los círculos de piedra fueron construidos por los koni con cuerdas, palos y madera. Ni siquiera contemplan la idea de que las antiguas tribus africanas pudieran ser las responsables.

Pero esa misma gente no tiene ningún problema en creer que los europeos medievales construyeron las magníficas catedrales del continente utilizando únicamente cuerdas, palos y madera. Rechazan las investigaciones científicas que demuestran abrumadoramente la destreza de los antiguos africanos, pero insisten en que los documentos que contienen pruebas de los procesos de construcción de los europeos son irreprochables.

¿Por qué a algunos les cuestatanto reconocer que antiguas civilizaciones no europeas como los aztecas, los habitantes de la Isla de Pascua, los antiguos egipcios o los bantúes del sur de África podían crear estructuras intrincadas?

Por desgracia, la respuesta es tan sencilla como parece: se reduce a un profundo racismo y a un sentimiento de superioridad blanca que emana del cadáver putrefacto del colonialismo.

Las potencias coloniales veían a sus "súbditos" de África, Sudamérica y el sudeste asiático como exóticos, fascinantes... pero primitivos en última instancia.

El creciente conocimiento y comprensión del registro arqueológico disipó en gran medida estas nociones. Pero para algunos, y hasta hoy, parecía impensable que las antiguas sociedades no europeas hubieran tenido recursos y creatividad suficientes para erigir tales monumentos. Por tanto, la ciencia convencional debía de estar pasando algo por alto u ocultando algo: antiguos astronautas, extraterrestres o la civilización perdida de la Atlántida. Incluso algunos eruditos de la corrientedominante han caído en esta idea.

 

 

 La antigua ciudad de Meroe. Mohamed Nureldin Abdallah/Reuters

 

Decir la verdad

Internet y las redes sociales han proporcionado a estos modernos adictos a las conspiraciones una plataforma perfecta para compartir sus teorías. Intentan hacer creer a los demás que los científicos ocultan "la verdad" sobre los monumentos antiguos. A veces incluso lo consiguen.

Existe el riesgo de que ahoguen el conocimiento y la ciencia de calidad con sus coloridas y extravagantes teorías. Cuando surgen teorías tan extravagantes, pueden aguar la comprensión y el aprecio de la gente por el patrimonio arquitectónico y cultural de África.

Al mismo tiempo, estas teorías pueden impedir que se desarrolle la conciencia sobre el rico patrimonio africano. Es posible que los herederos de los verdaderos constructores nunca lleguen a conocer los notables logros de sus antepasados.

Los científicos tienen un papel crucial que desempeñar para cambiar el rumbo de estas teorías perjudiciales. Los que estamos investigando el patrimonio arquitectónico y fósil del continente deberíamos compartir nuestros hallazgos con la gente corriente.

Debemos mostrarles lo asombrosas que son estructuras como el Gran Zimbabue, Meroe y las pirámides de Giza, no porque las creara una raza alienígena, sino porque son la prueba viviente del ingenio de las sociedades antiguas.