Lo que sí, produjo en los EEUU la declaración de "década del cerebro" fue el surgimiento de las "neurociencias educativas", un área transdisciplinaria con muchas pretensiones pero pocos resultados. No está mal -obviamente- que los docentes se interesen por conocer los estudios sobre el cerebro para examinar cuestiones de enseñanza y aprendizaje , pero lo que sí está mal es proclamar "descubrimientos científicos" que no sean tales, por ir a la rastra de la "agenda" política. Veamos como comenzaron las cosas.
En 1994 la Fundación Carnegie publicó un documento titulado "Starting Points: Meeting the Needs of Our Youngest Children" que advertía que los EEUU se enfrentaban a una "crisis silenciosa"debido a la falta de cuidados en la salud de los niños .
El escrito recalcó cinco puntos clave en relación con las neurociencias:
a) que el desarrollo del cerebro entre el período prenatal y el primer año de vida es más extenso que lo que se pensaba;
b) que el desarrollo del cerebro es más susceptible a las influencias ambientales tempranas que lo que se pensaba;
c) que las influencias ambientales tempranas sobre el cerebro tienen consecuencias duraderas ;
d) que las influencias ambientales tempranas sobre el cerebro tienen consecuencias difíciles de revertir y
e) que el estrés temprano ha demostrado tener un impacto negativo en el funcionamiento cerebral.
El informe agregaba que estos impactos tempranos negativos podrían ser irreversibles pero además que "las posibilidades son igualmente espectaculares: un buen comienzo en la vida puede hacer más para promover el aprendizaje y prevenir el daño que lo que nunca imaginamos" recomendando así, que la Nación dedicara más recursos para programas de desarrollo de la temprana infancia. ¿Qué evidencia científica apoyaba tal aseveración? (Silencio)
Éste informe fue el que inspiró al actor Bob Reiner a realizar una campaña de concientización nacional creando en 1997 la fundación "I Am Your Child" y una propuesta de ley en California que advertía: "Se ha determinado que los tres primeros años de vida de un niño son los más críticos en el desarrollo del cerebro, pero estos años cruciales inadvertidamente han sido descuidados". Según la "Zero-to-Three Theory", en éste período de veloces conexiones sinápticas se establecería un período crítico que constituiría una "ventana de oportunidades" que luego se cerraría para la adquisición de habilidades cognitivas.
Sin embargo, el filósofo John Bruer, presidente de la prestigiosa Fundación James S. Mc Donell que financia investigaciones en ciencias biomédicas y educación asegura que tal teoría se basa sólo en literatura popular que ha mal interpretado las investigaciones científicas desconociendo el hecho probado de que se aprende durante toda la vida debido a la plasticidad neuronal y a factores fundamentales como el ambiente social y la motivación . Por ello se han privilegiado programas de estimulación temprana en desmedro de programas de aprendizaje de habilidades para padres , generando una ansiedad innecesaria y políticas públicas equivocadas.
El autor de "El mito de los tres primeros años" no niega que existan períodos críticos para determinadas habilidades sensoriales y el lenguaje pero sí, que los haya para aprender a leer o para aprender mátemáticas. Los adultos analfabetos pueden hacerlo si están adecuadamente motivados y enfatiza que "la pericia en lectura y matemática es una función de la práctica, no de la edad de exposición" (a excepción , lógicamente, de los que presenten trastornos neuropsicológicas tales como acalculia o dislexia,) . Por otra parte, asegura que el grado de alfabetismo y educación del hogar paterno y las diferencias sociales y de clase son mejores predictores del desempeño futuro escolar que los planes de estimulación temprana . "El mito de los tres primeros años hace énfasis en cuando debe ocurrir el aprendizaje e ignora qué necesita ser aprendido y cómo debería ser enseñado", agrega Bruer. Los educadores interesados en neurociencias encontrarán más utilidad en los hallazgos de la psicología cognitiva que en las interpretaciones de las investigaciones sobre neurobiología del desarrollo porque la verdad es que no se sabe como la sinaptogénesis influye el aprendizaje, concluye el investigador.
Para conocer en detalle las ideas de Bruer, en el próximo post publicaré la traducción de un artículo en el que compara a las "neurociencias educativas" con los documentales de un programa televisivo norteamericano dedicado a difundir pseudohistoria que se titula "En busca de..."