23.4.09

El mito de los tres primeros años



"El mito de los tres primeros años"

¿Provocó la "década del cerebro" (en los noventa) beneficios para la investigación científica y la clínica neurológica, psiquiatrica y psicológica? Claro que sí, pero lo hizo por la propia dinámica de la investigación científica , no por el "decreto oficial".

Lo que sí, produjo en los EEUU la declaración de "década del cerebro" fue el surgimiento de las "neurociencias educativas", un área transdisciplinaria con muchas pretensiones pero pocos resultados. No está mal -obviamente- que los docentes se interesen por conocer los estudios sobre el cerebro para examinar cuestiones de enseñanza y aprendizaje , pero lo que sí está mal es proclamar "descubrimientos científicos" que no sean tales, por ir a la rastra de la "agenda" política. Veamos como comenzaron las cosas.

En 1994 la Fundación Carnegie publicó un documento titulado "Starting Points: Meeting the Needs of Our Youngest Children" que advertía que los EEUU se enfrentaban a una "crisis silenciosa"debido a la falta de cuidados en la salud de los niños .

El escrito recalcó cinco puntos clave en relación con las neurociencias:

a) que el desarrollo del cerebro entre el período prenatal y el primer año de vida es más extenso que lo que se pensaba;

b) que el desarrollo del cerebro es más susceptible a las influencias ambientales tempranas que lo que se pensaba;

c) que las influencias ambientales tempranas sobre el cerebro tienen consecuencias duraderas ;

d) que las influencias ambientales tempranas sobre el cerebro tienen consecuencias difíciles de revertir y

e) que el estrés temprano ha demostrado tener un impacto negativo en el funcionamiento cerebral.

El informe agregaba que estos impactos tempranos negativos podrían ser irreversibles pero además que "las posibilidades son igualmente espectaculares: un buen comienzo en la vida puede hacer más para promover el aprendizaje y prevenir el daño que lo que nunca imaginamos" recomendando así, que la Nación dedicara más recursos para programas de desarrollo de la temprana infancia. ¿Qué evidencia científica apoyaba tal aseveración? (Silencio)

Éste informe fue el que inspiró al actor Bob Reiner a realizar una campaña de concientización nacional creando en 1997 la fundación "I Am Your Child" y una propuesta de ley en California que advertía: "Se ha determinado que los tres primeros años de vida de un niño son los más críticos en el desarrollo del cerebro, pero estos años cruciales inadvertidamente han sido descuidados". Según la "Zero-to-Three Theory", en éste período de veloces conexiones sinápticas se establecería un período crítico que constituiría una "ventana de oportunidades" que luego se cerraría para la adquisición de habilidades cognitivas.

Sin embargo, el filósofo John Bruer, presidente de la prestigiosa Fundación James S. Mc Donell que financia investigaciones en ciencias biomédicas y educación asegura que tal teoría se basa sólo en literatura popular que ha mal interpretado las investigaciones científicas desconociendo el hecho probado de que se aprende durante toda la vida debido a la plasticidad neuronal y a factores fundamentales como el ambiente social y la motivación . Por ello se han privilegiado programas de estimulación temprana en desmedro de programas de aprendizaje de habilidades para padres , generando una ansiedad innecesaria y políticas públicas equivocadas.

El autor de "El mito de los tres primeros años" no niega que existan períodos críticos para determinadas habilidades sensoriales y el lenguaje pero sí, que los haya para aprender a leer o para aprender mátemáticas. Los adultos analfabetos pueden hacerlo si están adecuadamente motivados y enfatiza que "la pericia en lectura y matemática es una función de la práctica, no de la edad de exposición" (a excepción , lógicamente, de los que presenten trastornos neuropsicológicas tales como acalculia o dislexia,) . Por otra parte, asegura que el grado de alfabetismo y educación del hogar paterno y las diferencias sociales y de clase son mejores predictores del desempeño futuro escolar que los planes de estimulación temprana . "El mito de los tres primeros años hace énfasis en cuando debe ocurrir el aprendizaje e ignora qué necesita ser aprendido y cómo debería ser enseñado", agrega Bruer. Los educadores interesados en neurociencias encontrarán más utilidad en los hallazgos de la psicología cognitiva que en las interpretaciones de las investigaciones sobre neurobiología del desarrollo porque la verdad es que no se sabe como la sinaptogénesis influye el aprendizaje, concluye el investigador.

Para conocer en detalle las ideas de Bruer, en el próximo post publicaré la traducción de un artículo en el que compara a las "neurociencias educativas" con los documentales de un programa televisivo norteamericano dedicado a difundir pseudohistoria que se titula "En busca de..."

15.4.09

ASTROLOGIA: ¿CIENCIA O SUPERSTICION?


Richard Branham, es Investigador Independiente del Consejo Regional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CRICYT), Mendoza, Argentina, y miembro de la American Astronomical Society, Asociación Argentina de Astronomía, Association for Computing Machinery, y la International Astronomical Union (Comisiones 7, 20, 24)

La siguiente nota periodística fue publicada originalmente en la Revista "Primera Fila" de Mendoza en agosto de 1992 y en diciembre del mismo año, en el Boletín Informativo del CAIRP.


La astrología y todo lo relacionado con los horós­copos son temas que tras­cienden cada vez más a través de los distintos medios de comu­nicación. Sin temor al error, puede decirse que casi todas las personas adultas saben a qué signo pertenecen y es casi seguro que todos, alguna vez, hemos consultado algún horóscopo por simple curiosidad. Es claro que hay excepciones: quie­nes no hacen nada sin consultar primero el horóscopo, mientras que otros lo toman a la risa y hasta como una supers­tición Lo cierto es que astrónomos y astrólogos llevan años discutiendo es­tos temas, Los primeros se basan en argumentos científicos: los otros sostie­nen que hacen otro tanto a partir de la posición de los astros, y hasta hay una tercera posición que opina que todo es cuestión de fe.



DEFINICIONES

El doctor Richard Branham, cientí­fico y astrónomo norteamericano de notable carrera y que reside entre noso­tros, define a la astronomía como la ciencia que trata de los astros (planetas, cometas, estrellas, meteoritos), las galaxias y el universo en general. Para él, la astrología en cambio, es una pseudociencia que asevera que las posi­ciones de los astros en el momento de nuestro nacimiento determinan nues­tros caracteres, rasgos físicos y hasta la muerte. Luego agrega que para Platón y Aristóteles, la astronomía era la ciencia de los movimientos de los astros, mien­tras que la astrología era la ciencia que estudiaba de qué eran los astros, de donde se originó la idea de su influencia sobre nosotros y, finalmente, la astrolo­gía que conocemos hoy. "Pero lo que Platón y Aristóteles llamaron Astrolo­gía, la ciencia de las estrellas -agrega- hoy se llama astrofísica".

Una pseudociencia, palabra derivada del griego "pseudo", falso, para Branham es una doctrina que usa herramientas de las verdaderas ciencias, incluidas las computadoras, para demostrar sus con­clusiones no fundamentadas.


ASTROLOGÍA

La astrología se basa en el horóscopo o cada natal, representación del cielo proyectado sobre un círculo en el mo­mento del nacimiento de una persona. Para el doctor Branham, la preparación de un horóscopo es un proceso mecánico que cualquiera puede confeccionar con tablas de las posiciones de los astros y que actualmente se hace empleando computadoras. Pero como la apariencia del cielo cambia durante el día y depende de nuestra posición en la Tierra, para hacer bien un horóscopo hay que saber exactamente dónde y en qué momento nació una persona. “De allí que los horóscopos generales que se publican para un día entero no pueden decir nada acerca de una persona determinada, algo que inclusive manifiestan muchos astrólogos profesionales”. Luego expresa que “ bastaría decir que en un horóscopo hay diez mil quintillones (un uno seguido de treinta y cinco ceros) de combinaciones posibles”.


NO CIENTÍFICO

La cifra anterior resulta de por sí apabullante. Pero Branham también llama a la reflexión por el hecho de que los astrólogos hablan de buenas y malas influencias de algunos astros. Por ejemplo, Marte es asociado a una persona agresiva; Mercurio con un carácter cambiante. Otras influencias son expli­cadas por ellos con un estudio de las personas en sus rasgos físicos, la suerte, el carácter y sus horóscopos. Este podría ser un método científico, pero no lo es por­que hay demasiadas posibi­lidades en un horóscopo.

La astrología occidental, diferente de los sistemas as­trológicos orientales, nació en Babilonia cuatro siglos antes de Cristo. Al respecto, un estudio de las escrituras babilónicas indica que los astrólogos hicieron interpre­taciones horoscópicas por correspondencias mágicas y de allí nace -por ejemplo- la pretendida influencia de Marte: un planeta rojo, color de la sangre que se derrama en la guerra, máximo ejem­plo de la agresividad. Para el caso de Mercurio, el planeta completa su revolución alre­dedor del Sol en 88 días y a sus posiciones cambiantes respecto de la posición de la Tierra, se le atribuye el ca­rácter variable o cambiante. La astrología moderna -dice Branham- mantiene estas correspondencias mágicas y por ende no emplea el méto­do científico.


LOS SIGNOS

Con sus nombres, los signos son una división arbitraria del cielo en una franja de dieciocho grados de ancho y treinta grados de longitud alrededor del sende­ro del Sol en el ciclo. Esta división del cielo fue hecha por los babilonios. En el año 150 A.C., las constelaciones de la división babilónica coincidieron con los signos de los astrólogos, pero debido a un fenómeno físico largo de explicar -la precesión de los equinoccios-, ahora los signos no coinciden con las constelaciones debido al desplazamiento que se ha producido. Cáncer, por ejemplo, ahora está ínte­gramente en Geminis. Todo esto crea un conflicto a los astrólogos: seguir utilizando los signos babilonios o em­plear las definiciones modernas de las constelaciones, la llamada astrología sidérea, con 28 signos posibles en lugar de doce. ¿Y las influencias de los nuevos signos? "Una verdadera ciencia como es la astronomía -dice Branham-, haría una inves­tigación estadística, cosa que no han hecho los astrólo­gos. "


LAS CASAS

La parte interior del horóscopo, las Casas, tiene un ori­gen desconocido pero tal vez. asociado a la antigua divi­sión del día en doce partes. Los astrólogos dicen que las Ca­sas controlan nuestra suerte y la séptima, por ejemplo, es asociada con matrimonio y divorcio. En este punto, Branham hace notar que hay 30 sistemas diferentes de Casas y que dos de los más populares, utilizados en el 90% de las veces, no permi­ten hacer horóscopos más al norte del Círculo Polar Ártico ni más al sur del Círculo Polar Antártico. Y si en la región ártica viven doce millo­nes de personas, ¿cuál es su destino astral? "En las ver­daderas ciencias -concluye- no hay contradicciones."


PREDICCIONES

Según estudios estadísti­cos realizados por científi­cos, la astrología no tiene ningún poder para predecir o interpretar el carácter, fiso­nomía o suerte de las perso­nas, nos dice Branham, y agrega que se ha demostrado que el signo solar de una persona no guarda relación con estos aspectos. En 1985 Carlson publicó en la revista Nature un estudio, resumido en caste­llano por Ciencia Hoy, con la investiga­ción de horóscopos completos prepara­dos para una misma persona por un astrólogo, y tres perfiles psicológicos realizados por psicólogos, uno para esa persona y «los para otras personas, sin que ninguno conociera los nombres ni otros datos. Luego, un astró­logo estudiaba el horóscopo anónimo y los tres perfiles psicológicos, también anónimos, y debía determinar cuál per­fil correspondía mejor al horóscopo. Al azar, cualquiera tendría el 33% de pro­babilidad de asociar el perfil correcto con el horóscopo, aunque previamente los astrólogos norteamericanos soste­nían que acertarían un mínimo del 50%. El acierto final fue del 34,1%, con lo que tales astrólogos demostraron falta de poder para interpretar y predecir.


CIENCIA POPULAR

Lo cierto es que mucha gente cree en la astrología. El doctor Branham lo atribuye a los éxitos aparentes y a cier­tos efectos psicológicos que predispo­nen al cumplimiento de lo predicho. Y agrega el caso de Cardan, famoso mate­mático del Renacimiento y también astrólogo, quien predijo la fecha de su propia muerte. Pero como todavía vivía ese día, su mentalidad inestable hizo que se suicidara para conservar su repu­tación de buen astrólogo. En otro caso, el astrólogo suizo Krafft, ya en nuestro siglo, empleaba detectives que investigaban clandesti­namente a sus clientes. Pese a sus pre­visiones terminó sus días en un campo de concentración por haber preparado horóscopos que no agradaron a los jerarcas nazis, y falló en las prediccio­nes para sí mismo.




8.4.09

Infografía sobre el dengue



Info sobre dengue y dengue hemorrágico (en la web de la OMS)
Gracias a Alberto Villa por el link

Guía sobre dengue para el equipo de salud

1.4.09

In Memoriam


Dr. Raúl Alfonsín (1927-2009)