Por lo común, se suele atribuir la desaparición de la antigua cultura Rapa Nui a la acción autodestructiva de sus propios cultores. Esta posición se ve reflejada en el clásico libro de Jared Diamond, titulado "Colapso". Sin embargo la arqueóloga y antropológa británica Catrine Jarman propone un escenario bien diferente. Aquí , la traducción del artículo que ha publicado en The Conversation.
Referencia acerca de la autora de la nota: Cat Jarman se especializa en bioarqueología con un enfoque
particular centrándose en el análisis de isótopos para estudiar las migraciónes del pasado,
la dieta y el uso de recursos. Sus investigaciones cubren tanto la era vikinga en
Europa como la Polinesia, actualmente dirige un proyecto que investiga el campamento de invierno del
Gran Ejército Vikingo en Repton, Derbyshire (UK)
Pocos lugares en la tierra son tan conocidos por sus
supuestos "misterios" como la Isla
de Pascua, también conocida como Rapa Nui. Habida cuenta que se trata de una
pequeña isla de 64 millas
cuadradas, con sus vecinos más cercanos a unas 1.300 millas de
distancia, ha sido víctima de una controversia mas allá de lo razonable.
Durante mucho tiempo no estuvo claro si la población nativa
de la isla tenía sus orígenes en Polinesia o Sudamérica. ¿Y cómo explicar la
aparente paradoja del diseño, construcción y transporte de las estatuas gigantescas
de piedra denominadas Moai : un logro cultural notable realizado en una isla
virtualmente estéril, que al parecer carecía tanto de recursos como de personas
para llevar a cabo semejante hazaña?
Los antropólogos se han preguntado durante mucho tiempo si
estos habitantes en apariencia simples
tenían realmente la capacidad para semejante complejidad cultural. ¿O
quizás fue una población más avanzada, tal vez de América, la responsable de
esas construcciones ... una población que luego destruyera todos los
recursos naturales que la isla hubiera poseído hasta entonces?
Recientemente, Rapa Nui se ha convertido en la parábola
suprema del egoísmo de la humanidad; una historia moral sobre los peligros de
la destrucción del medio ambiente. En la hipótesis del "ecocidio"
popularizada por el geógrafo Jared Diamond, Rapa Nui es utilizada como una
demostración de cómo la sociedad está condenada al colapso si no prestamos
atención y tomamos nota. Pero más de 60 años de investigación arqueológica pintan una imagen muy diferente - y ahora nuevos datos genéticos
arrojan aún más luz sobre el destino de la isla. Es hora de desmitificar a Rapa
Nui.
El relato del
“ecosuicidio”es insostenible
La hipótesis del ecocidio se centra en dos afirmaciones
principales. En primer lugar, que la población de la isla se redujo desde
varias decenas de miles de habitantes en su apogeo, hasta un diminuto número de
1.500-3.000 cuando los europeos llegaron por primera vez a principios del siglo
XVIII.
Segundo, que las palmeras que una vez cubrieron la isla
fueron taladas con insensibilidad por la población rapanui para mover las estatuas.
Sin árboles que anclaran en el suelo, la tierra fértil se erosionó, lo que resultó
en un pobre rendimiento de los cultivos, mientras que la falta de madera hizo
que los isleños no pudieran construir canoas para acceder a la pesca o mover
las estatuas. Esto condujo a la guerra civil y, en última instancia, al
canibalismo.
La cuestión del tamaño de la población es un asunto que
todavía no podemos responder de manera convincente. La mayoría de los
arqueólogos están de acuerdo en estimarla entre 4.000 y 9.000 personas, aunque un
estudio reciente analizó las probables producciones agrícolas que pudiera haber habido y sugirió
que la isla podría haber soportado hasta 15.000 personas.
Pero no hay evidencia real acerca de una disminución de la población
antes del primer contacto europeo en 1722. Los informes etnográficos de
principios del siglo XX proporcionan historias orales de guerras entre grupos
insulares compitiendo entre sí . El antropólogo Thor Heyerdahl -famoso por cruzar el
Pacífico en un barco incaico tradicional- tomó estos informes como evidencia de
una enorme guerra civil que habría culminado en una batalla por el año 1680, donde la
mayoría de una de las tribus de la isla fue asesinada. Las astillas de
obsidiana denominadas "mata'a" que arrojan basura a la isla han sido interpretadas como fragmentos de
armas que atestiguarían estas luchas.
Sin embargo, investigaciones recientes lideradas por CarlLipo han demostrado que éstas eran más probablemente herramientasdomésticas o implementos usados paratareas rituales. Sorprendentemente, pocos restos humanos de la isla muestran
evidencia real de lesiones, sólo el 2.5%, y la mayoría de ellos presentan
huellas de curación, lo que significa
que los ataques no fueron mortales. No existe evidencia de canibalismo, más
allá de los relatos históricos orales . Es discutible si los cuentos del siglo
XX pueden realmente considerarse fuentes confiables para los conflictos del
siglo XVII.
Que les pasó
realmente a los árboles
Más recientemente, ha surgido el panorama de una población
prehistórica que tuvo éxito y vivió de manera sostenible en la isla hasta el
contacto europeo. Hay acuerdo en que Rapa Nui, que una vez estuvo cubierta de
grandes palmeras, fue deforestada rápidamente poco después de su colonización
iniciada alrededor del año 1200 d. C. Aunque la evidencia microbotánica, como el
análisis de polen, sugiere que el bosque de palmeras desapareció rápidamente,
la población humana pudo haber sido sólo parcialmente la causante .
Los primeros colonizadores polinesios trajeron consigo a
otro culpable, la rata polinesia. Parece probable que las ratas comieran tantopalmeras como árboles jóvenes, impidiendo que los bosques volvieran a crecer.
Pero a pesar de esta deforestación, mi propia investigación sobre la dieta de
los rapanui prehistóricos descubrió que consumían más mariscos y eran
agricultores más sofisticados y adaptables de lo que se pensaba.
Culpemos a los
esclavistas, no a los leñadores
Entonces, ¿qué le pasó a la población nativa para que
disminuyera su número y terminara el tallado de estatuas? ¿Y qué provocó los
informes de guerras y conflictos a principios del siglo XX?
La respuesta real es más siniestra. A lo largo del siglo
XIX, las incursiones de esclavistas venidos de Sudamérica se llevaron hasta la mitad de
la población nativa. Ya en 1877, los Rapanui sumaban sólo 111 personas. La
introducción de enfermedades, la destrucción de propiedades y la migración
forzada por parte de los comerciantes europeos diezmó aún más a los nativos
y provocó un mayor conflicto entre los que quedaban. Tal vez ésta
sea la guerra a la que se refieren los relatos etnohistóricos y lo que finalmente
detuvo el tallado de estatuas.
Se pensaba que los sudamericanos entraron en contacto con
los Rapa Nui siglos antes que los europeos, ya que su ADN puede ser detectadoen los habitantes nativos modernos. Sin embargo, he participado en un nuevo
estudio dirigido por el paleogeneticista Lars Fehren-Schmitz, que cuestiona
esta línea temporal. Hemos analizado restos humanos Rapanui que datan de antes y
después del contacto europeo. Nuestro trabajo, publicado en la revista CurrentBiology, no encontró un flujo genético significativo entre América del Sur y la Isla de Pascua antes de 1722.
En su lugar, la considerable perturbación reciente a la población de la isla
es la que puede haber impactado en el ADN contemporáneo.
Tal vez, entonces, el aporte de Rapa Nui no debería ser el de una
historia de ecocidio y de colapso poblacional maltusiano. En su lugar, debería
ser una lección sobre cómo la escasez de evidencia, la fijación en supuestos
"misterios" y una amnesia colectiva respecto de las atrocidades
históricas provocaron que una población sustentable y sorprendentemente bien
adaptada fuera falsamente culpada de su propia muerte.
¿Y que pasa con aquellas estatuas? Sabemos cómo las desplazaron; caminaron :la
población local lo supo desde el principio. Todo lo que necesitábamos hacer era
preguntar.
Hunt y Lipo describen su propio estudio de la distribución de los Moai en la isla y las cualidades físicas de las estatuas (p. ej., su altura y centro de gravedad) para sugerir que los Moai fueron "caminados" en una posición erguida a través de "senderos" por pequeños equipos de personas desde la cantera hasta sus ahu (plataforma ritual). La posición de los moai abandonados a lo largo de los senderos representa evidencia de que han caído mientras "caminaban" hacia sus destinos.