20.12.08
14.12.08
Vida en el universo. Del mito a la ciencia (Ricardo Campo. ed)
Introducción
PRIMERA PARTE
Los extraterrestres entre nosotros: un mito de la era espacial
Ascenso y caída de los extraterrestres: de los marcianos a la hipótesis psicosociológica
Ignacio Cabria García
(Fundación Anomalía)
Españoles a la caza de marcianos
Luis Alfonso Gámez Domínguez
(Diario El Correo y Círculo Escéptico)
Ovnis, científicos y extraterrestres. Los científicos echan un vistazo
Manuel Borraz Aymerich
(Fundación Anomalía)
Ellos: taxonomía y filogenia de los visitantes
Luis R. González Manso
(Fundación Anomalía)
Extraterrestres y ovnis en el cine. Alienígenas y platillos volantes como argumentos cinematográficos
Matías Morey Ripoll
(Fundación Anomalía)
Conspiraciones y encubrimientos: el mito autoprotector
Ricardo Campo Pérez
(Facultad de Filosofía, ULL)
El chupacabras y el impacto social de una creencia mediatizada
Diego Zúñiga Contreras
(Diario Las Últimas Noticias, Chile)
SEGUNDA PARTE
La Astrobiología y la búsqueda de vida extraterrestre
Los extraterrestres y sus mundos: de los antiguos griegos al proyecto SETI
Ricardo Campo Pérez
(Facultad de Filosofía, ULL)
La vida ¿una rareza o un fenómeno universal?
Manuel Vázquez Abeledo
(Instituto de Astrofísica de Canarias)
Los fundamentos físicos y biológicos de la búsqueda de vida en el universo
Julián Chela-Flores
(Centro Internacional de Física Teórica Abdus Salam, Trieste, Italia)
Exoplanetas: los nuevos mundos
Eduardo Martín Guerrero de Escalante
(Instituto de Astrofísica de Canarias)
"El Gran Silencio”. La paradoja de Fermi y las visitas ET en el pasado
César Esteban López
(Instituto de Astrofísica de Canarias)
El Observatorio de Arecibo y los alienígenas
Daniel Altschuler
(Exdirector del Radiotelescopio de Arecibo, Puerto Rico)
Vida en el universo. Del mito a la ciencia puede ser adquirida a través de esta dirección: http://www.lulu.com/content/5268752
7.12.08
Sobre el 1º Congreso Nacional de Ateísmo en Argentina
Aunque no estuve presente, quisiera expresar unas pocas opiniones personales sobre el acontecimiento.
El enfoque del Congreso me parece muy acertado (yo temía- antes de interiorizarme desde su página web- que existiera cierto desviacionismo "emocional" como he visto por internet en otros eventos similares . Por fin, ha sucedido lo contrario) .
Los objetivos , creo, han sido muy realistas: destaco por ello el lema “Construyendo una ciudadanía tolerante y racional” . Es que los "ateos dogmáticos" (tan criticables desde el ejercicio del pensamiento crítico) no me parece que suscriban esa idea sino que tienen un rechazo más visceral que razonado hacia las religiones. Aquí no se habla de "el fin de las religiones" o cosas por el estilo. Es por ésta razón que- hasta ahora- el "ateísmo militante" no me había seducido pese a que me declaro ateo convencido.
Me interesa más un análisis de la situación y posterior debate (por qué no: persuasivo) pero tolerante, que una defensa pasional de la idea de que "Dios exista o no".
Considero esencial propugnar el laicismo en nuestra sociedad y el respeto para la práctica de culto privada y del sentimiento religioso personal . Ello no significa dar crédito de los "contenidos" religiosos ni avalar rituales a los que no encuentro más sentido que la perpetuación de un mito a través del condicionamiento de hábitos. Cualquiera tiene derecho a tener "Fe"., pero un derecho no significa una "obligación". Mucho menos acepto la idea de que "tener Fe sea algo deseable". Más bien lo considero algo indeseable y así lo expreso (no estoy en desacuerdo con la metáfora de Dawkins del "virus de la Fe")
Desde un punto de vista ateo se debe rechazar tanto la discriminación al creyente como la "evangelización " de determinados creyentes a través de imposiciones tales como el bautismo neonatal compulsivo (la decisión de bautismo racionalmente decidida es respetable, aunque claro, no la comparto), la imposición de imágenes religiosas en administraciónes públicas y otras formas de adoctinamiento deslizadas a la sociedad como "naturales", son en mi opinión, de interés parlamentario.
Me parece fundamental que , en los casos de debate con creyentes, no lo haga cualquiera , sino personas preparadas para tales efectos, no sólo desde un punto de vista intelectual sino ético.
Saludetes
Carolus
4.12.08
Un clásico del escepticismo por fin en español
Se hizo esperar demasiado, pero por fin ha sido editado en castellano. Por ahora los argentinos lo podemos sólo ver de lejos.
A ver cuando llega por estas latitudes y longitudes, y a estar atentos que, por la experiencia con otros clásicos (Fraudes paranormales, Ciencia Vudú, Conviértase en brujo, conviertase en sabio, etc etc,) sólo aparece en algunas librerías céntricas y con poquitísimos ejemplares.
Y si se agota, a joderse . Así está el "mercado" :-(
1.12.08
Gatos, perros y el Creacionismo
Gatos, perros y el Creacionismo
por Jean Bricmont
(del original en Sin Permiso)
Con todo el debido respeto a gatos y perros, no espero que alguna vez lleguen a comprender las leyes que gobiernan la moción planetaria. ¿Prueba esto la existencia de Dios? ¡Claro que no! ¡Qué pregunta tan estúpida! Sin embargo, si uno reemplaza gatos y perros por seres humanos y el problema de moción planetaria por la pregunta del origen de la vida, o del universo, o por qué una cantidad de constantes físicas asumen ciertos valores precisos, entonces la respuesta “sí” resume todo el contenido del así llamado movimiento del Diseño Inteligente.
¿Por qué dedicar todo un libro a ese argumento, como lo hacen John Bellamy Foster, Brett Clark y Richard York en su reciente “Critique of Intelligent Design” (Monthly Review, 2008)? Bueno, un motivo es que ese razonamiento es por desgracia extremadamente popular, especialmente en EE.UU. Además, el libro no trata sólo de eso, sino que estudia de modo brillante la eterna lucha entre el materialismo y el espiritualismo o idealismo, examinando las obras de Epicuro, Lucrecio, Hume, Feuerbach, Marx, Darwin, Freud, Lewontin y Gould y sus adversarios. El materialismo puede ser definido como el intento de explicar el mundo en términos de sí mismo, una idea que vuelve a los griegos. Por cierto, para evitar tautologías, hay que saber lo que se quiere decir con “sí mismo.” Para gente religiosa, Dios forma parte del mundo y por lo tanto explicar el mundo en términos de Dios es parte de la explicación del mundo en términos de sí mismo.
En este punto es donde entran en juego la ciencia moderna y el empirismo británico (que puede ser caracterizado como la filosofía de trabajo de la mayoría de los científicos). La ciencia explica el mundo visible, digamos la estructura de la materia, recurriendo a lo invisible, las propiedades de los átomos. Por lo tanto ¿por qué no va a postular la ciencia un Diseño Inteligente para explicar el origen del Universo o sus propiedades inexplicadas? La diferencia es que no utilizamos solamente la palabra “átomo” en nuestras explicaciones, sino sus numerosas propiedades cuantitativas y comprobables. Por otra parte, el Diseño del movimiento ID es sólo una palabra – nadie ha propuesto alguna vez que posea alguna propiedad dada, ni cómo, si semejantes propiedades fueran propuestas, que uno pudiera comprobarlas. El Diseño postulado tiene simplemente cualesquiera propiedades eran requeridas para hacer el mundo como es y no de otro modo. ¿Pero entonces por qué no fue el ID suficientemente inteligente para crear un mundo sin defectos congénitos, tsunamis o imperialismo de EE.UU.? Lo único que los defensores del ID fueron capaces de establecer es que hay ciertas cosas que no sabemos – y con eso, claro está, todos los científicos están de acuerdo.
Gracias a la especificidad y la comprobabilidad de sus explicaciones, la ciencia moderna ha introducido un nuevo factor en el debate del espiritualismo/materialismo que estaba ausente entre los filósofos materialistas clásicos. Estos últimos eran hombres sensatos pero, por la falta de experimentos, su física era caprichosa y abierta a la objeción de que no era en nada más verosímil que las historias religiosas. Desde entonces, la ciencia moderna volvió las cosas concluyentemente a favor del materialismo.
Más concretamente, este Diseño postulado no tiene nada que ver con los Dioses de las religiones tradicionales. Los teólogos tratan constantemente de presentar semejantes “argumentos” como el D.I. a favor de una deidad, como si apoyaran sus sistemas favoritos de creencias. Pero esos sistemas de creencias se basan todos en algún tipo de revelaciones y escrituras “sagradas”. Incluso si los argumentos del ID fueran válidos, no nos dirían nada sobre revelaciones en particular. El Dios del D.I. es un Dios de filósofos, como aquel cuya existencia San Tomás de Aquino o Descartes pensaron haber probado. Pero el Dios de las religiones tradicionales en totalmente diferente. Es un ser que define el bien y el mal, responde a nuestras plegarias, y nos castiga en la vida después de la muerte. Esos sistemas de creencias son aún más radicalmente minados por la ciencia moderna que el ID. Por cierto, cada vez que se consideran los hechos de un modo no dogmático, los libros sagrados resultan ser esencialmente erróneos. No sólo respecto a la evolución, sino sobre casi todo. No existe evidencia independiente de la historia que nos cuentan los Evangelios, la Biblia es mitológica, e incluso el pueblo judío es, como dice Shlomo Sand: “una invención.”
Dadas las circunstancias, quedan dos caminos abiertos para el creyente. El de Sarah Palin, aferrándose literalmente al sistema de creencia, a pesar de todas las pruebas en contra. Esa escuela de cristianos entra en conflicto directo con la ciencia. O se puede elegir la ruta metafórica, seguida por la mayoría de los cristianos liberales y europeos (incluyendo a veces hasta al Papa) – que declara que, cada vez que las Escrituras entran en conflicto con la ciencia, tienen que ser “interpretadas” de modo no-literal. Eso conduce a una derrota total de la creencia religiosa, porque, si uno no puede tomar en serio las partes de las Escrituras que pueden ser comprobadas con hechos, ¿por qué prestar atención alguna a las partes que no pueden ser comprobadas (sobre todo respecto al Cielo y al Infierno y al propio Dios)? El conjunto del Cristianismo liberal es el resultado de un doble rasero: seguid las Escrituras siempre que sean “metafísicas” o éticas y no puedan ser comprobadas independientemente, y descartadlas cuando sea posible. Ya que Dios no es suficientemente bueno como para decirnos lo que quiere decir realmente en sus “revelaciones”, qué partes hay que tomar en serio y cuáles no, sólo nos queda la arbitrariedad total.
Los que se llaman agnósticos se confunden a menudo ante estas dos nociones de Dios. Lo que los hace ser agnósticos es el dios del filósofo no, digamos, los Dioses de Homero. Respecto a estos últimos, son ateos, tal como todos los que son religiosos son ateos respecto a todos los demás dioses, excepto los propios.
También es una lástima que algunos izquierdistas laicos, como Stephen Jay Gould, apoyen el cristianismo liberal con su idea del “magisterio no-coincidente” [NOMA, por sus siglas en inglés]: la ciencia encara hechos, la religión, valores. Pero si uno elimina realmente todos los enunciados de hechos de la religión, incluyendo los que tienen que ver con la existencia de Dios o del Cielo y el Infierno, ¿por qué iba uno a interesarse por lo que la religión dice sobre los valores? (Por eso el argumento NOMA agrega a la confusión del lado laico, pero es pocas veces aceptado por el lado religioso).
Hay que cumplimentar a John Bellamy Foster, Brett Clark y Richard York por escribir un libro semejante aunque tienen una perspectiva izquierdista, porque la izquierda, especialmente en EE.UU., pero ahora también en Europa, a menudo ha rehuido toda crítica de la religión, sea porque sería demasiado impopular o por los aspectos supuestamente progresistas de la religión. Es fácil quejarse de que la crítica de la religión sea hecha actualmente por liberales relativamente apolíticos como Dawkins o Dennett o por neoconservadores como Hitchens, pero si la izquierda abandona una tal crítica, ¿por qué quejarse si otros la hacen?
La izquierda no debiera apuntar a algún tipo de ateísmo oficial, por cierto, pero debiera exigir que la religión sea algo privado, en particular que sea mantenida por entero fuera de la vida pública, sobre todo del discurso político. Por cierto, incluso si se asume que algún dios exista, no tenemos manera de saber lo que piensa que uno debiera hacer respecto al calentamiento global o la crisis financiera.
Esta forma de laicismo está lejos de ser lograda en EE.UU. Existió en Francia antes de Sarkozy, el más “estadounidense” de los presidentes franceses, que habla de Dios siempre que puede. Si el más laico de los países occidentales, Francia, llega a ser víctima de la “americanización”, es decir de la “religionización” del discurso político, el laicismo moderno está muerto.
Respecto a los aspectos progresistas de la religión, es verdad que hay sacerdotes agradables, creyentes inofensivos y unos pocos teólogos de la liberación. Pero, ¿qué pasa con el cuadro global? ¿No exceden en número a esa gente más o menos progresista los Sarah Palins de este mundo (incluyendo, claro está, sus versiones católicas, hindúes, musulmanas, o judías)? Para ellos es muy difícil mantener la religión afuera de la política, porque la religión les es tan importante. Después de todo, si uno cree que Dios define lo que es bueno y lo que es malo y que te castiga después de la muerte por lo que has hecho, ¿a santo de qué lo vas a excluir de los asuntos de la ciudad? Es verdad que los cristianos liberales tienden más a aceptar un laicismo auténtico, es decir a mantener la religión afuera de la política,pero no hay que olvidar que el cristianismo no existió en, digamos, el Siglo XIX.Es enteramente el resultado de la forma como segmentos de la Iglesia reaccionaron a los avances de la ciencia y del materialismo en los siglos XIX y XX. De modo que, es difícil ver cómo, sin alguna crítica científica de la religión, hubiésemos llegado a tener aunque sea la forma mitigada de laicismo que existe actualmente en EE.UU.
Algunas veces la gente defiende la religión sobre la base de que nos ayuda a actuar de una manera moral o incluso progresista. Los cristianos progresistas le dirán que Jesús les ayuda a tomar una “opción preferencial por los pobres.” Pero la lógica de ese argumento es muy extraña. Supongamos que alguien propugnase la reforma agraria para ayudar a los pobres. Si es cristiano, tendrá que mostrar que Dios existe, que Jesús es Su hijo, que los Evangelios reflejan adecuadamente Sus palabras y, finalmente, que una interpretación adecuada de esas palabras llevan a apoyar una reforma agraria. Nada en los Evangelios dice cómo distribuir la tierra, si compensar o no a sus dueños, que superficie debe ser afectada, etc. Todos esos aspectos tienen que ser solucionados sin ayuda de Dios. Y, después de todo, ni siquiera los economistas neoliberales afirman que están contra los pobres – de hecho, usualmente afirman que su política ayudará a los pobres más que la de cualquier otro. Por lo tanto, todos los problemas de peso tienen que ser solucionados sin ayuda de la religión y esta última solo suministra “motivación”.Pero me parece que el desvío a través de Dios y Jesús es tan largo e indemostrable que, si los que afirman que encuentran allí sus motivaciones no las tenían en todo caso, no las adquirirían tomando ese desvío.
A menudo se señala que los ataques contra Sarah Palin tienen un carácter desagradable de clase. Es verdad, pero el asunto más grave es: ¿Por qué deben ser tan religiosas las “masas? En Europa, no lo son (aparte de inmigrantes recientes). Y el motivo es probablemente que, en Europa, especialmente en Francia, pero a diferencia de EE.UU., ha habido, dentro de los movimientos republicano, socialista y comunista, una batalla centenaria contra la propia religión y contra su intrusión en la política. El problema de la izquierda estadounidense es que, si nadie hace nada por combatir las ideas religiosas, entonces, dentro de un siglo, toda izquierda concebible tendrá que aguantar a decenas de millones de cristianos “fundamentalistas” que votarán “con su fe” contra toda política racional o progresista e incluso contra sus propios intereses económicos. Es verdad que es una lucha impopular – pero así lo fue en Francia en el Siglo XVIII. También es verdad que los efectos sólo se harán sentir a largo plazo – pero si nadie comienza alguna vez a hacer algo, nada cambiará. El impacto catastrófico de los fundamentalistas cristianos (sin ellos, el mundo probablemente no habría tenido que sufrir ni a Reagan ni a Bush) es en gran parte resultado de la indiferencia pasada de los progresistas estadounidenses hacia la religión.
La razón profunda por la cual los progresistas debieran oponerse a la religión es que es irracional y arbitraria. Un mundo mejor es necesariamente un mundo más racional, un mundo en el que la gente busque soluciones para problemas humanos basándose en los hechos del mundo y con la ayuda de la razón. “Crítica del Diseño Inteligente” nos ofrece una introducción disfrutable y esclarecedora a los fundamentos filosóficos de una actitud semejante.
Traducción para www.rebelion.org: Germán Leyens
Counterpunch, 14 noviembre 2008
Nota: La negrita es del autor de éste blog