19.1.07
Mi candidata para el Ig-Nobel de Psicología 2007
Habrá que esperar hasta el mes de octubre para saber si la investigación a que aludo será premiada o no con el Ig Nobel de psicología que organiza la revista Annals of Improbable Research (Ya sabemos que no logrará el Premio Nobel porque no se premian los logros de esa disciplina). Es que no todos los días el corpus de la Ciencia se ve conmovido por investigaciones de tal excelencia metodológica , poder heurístico (es decir: que es capaz de generar ideas innovadoras e inducir novedosas aplicaciones) e insospechadas derivaciones.
Debido a que las leyes de Copyright me impiden reproducir total o parcialmente aquí el descubrimiento científico de que los individuos con poca autoestima gustan mas de las narraciones de suspenso con finales previsibles que de las que acaban de manera inesperada , he de enlazarlos a la noticia misma . Los muy escépticos pueden también verificar en la fuente original del site de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Ohio.
Debido a las consecuencias de la investigación hecha con 84 estudiantes de la universidad (¡vaya uno a saber lo que les ha costado conseguir semejante muestra poblacional tan poco usual en los experimentos sociales !!!) y con resultados tan generalizables , me pareció importante ilustrar el artículo con la imagen de la profesora Silvia Knobloch-Westerwick (co-autora del estudio) . Sin embargo he tenido un problema de conciencia ya que la del site que prohíbe la reproducción total o parcial de todos los textos y gráficos es idéntica a la que está en la página de la carrera de comunicación de la universidad norteamericana de origen y no se puede distinguir cual es cual .
Mi solución salomónica fue subir la fotografía de un detective que -por su apariencia- seguramente ha de tener su "autoestima" por el suelo.
"Una cosa más" ... es lo que siempre dice Columbo- casi al pasar- cuando el criminal cree que ya ha engañado al investigador privado . Luego de esa frase, invariablemente el burlador es atrapado por las brillantes deducciones del detective del piloto amarillo (o crema) y por un par de policías que aparecen en el momento adecuado (es decir: al finalizar el discurso) .
Los científicos de la Universidad de Ohio concederán que - siguiendo la lógica de su investigación- los seguidores de la famosa serie televisiva probablemente tengan problemas de autoestima y entonces...
¿Cómo reaccionarían si el homicida refutara la deducción de Columbo?
¿Cómo reaccionarían si en vez de escucharlo pacientemente, el villano de turno interrumpiera el monólogo pegándole un par de tiros al héroe?
¿Cómo reaccionarían si en vez de usar siempre el mismo cascajo Columbo lo cambiara por un BMW?
¿Cómo reaccionarían si la Sra. Columbo se largara con su personal trainer y el detective abandonara sus actividades convirtiéndose en adicto a la heroína?
Podrían abrirse así múltiples líneas investigativas. Quizás el estudio resultante fuera propuesto para ser publicado en "Nature".
¿Quién sabe?
12.1.07
Pensamiento crítico: ¿necesidad social o lujo académico?
La que sigue es la conferencia dictada por Alejandro Borgo en el 2º Congreso Iberoamericano de Pensamiento Crítico realizado del 3 al 5 de agosto de 2006 en Lima, Perú. El autor es director de la revista Pensar y director de la filial del Center for Inquiry (CFI) en Argentina .
Definición del pensamiento crítico
En el artículo titulado “Pensamiento crítico: ¿para qué sirve? (De hecho, ¿qué es?)”, publicado en The Skeptical Inquirer, el profesor de sociología Howard Gabennesch define así al pensamiento crítico: “El pensamiento crítico consiste en el uso de nuestras aptitudes racionales, ideas y valores para acercarnos a la verdad tanto como sea posible.”
Ahora bien, ¿cuáles son dichas aptitudes según Gabennesch? Son: Analizar, sintetizar, interpretar, explicar, evaluar, generalizar, abstraer, ilustrar, aplicar, comparar y reconocer falacias lógicas. He aquí algunas de las ideas, hábitos y cosmovisiones que menciona el autor en su artículo:
- No somos conscientes de cómo nos influyen el entorno y los genes.
- Solemos confundir lo natural con las concepciones humanas.
- Los roles sociales no sólo forman nuestro comportamiento sino nuestra identidad. Sin querer nos convertimos en lo que hacemos.
- Somos ignorantes de nuestra ignorancia. Y cuanto más incompetentes, más sobreestimamos nuestra competencia.
- Es normal que cosas aparentemente contradictorias ocurran al mismo tiempo.
- Muchas cosas buenas tienen algún costo. Y muchas cosas malas traen beneficios.
- Vemos las cosas en blanco y negro, sin matices.
- Confundimos partes de la verdad con la verdad.
- Las verdades parciales pueden ser tan engañosas como las mentiras.
- Somos más propensos al engaño por parte de gente que cree sinceramente en lo que dice que por los que mienten deliberadamente.
-El autoengaño puede ser un problema mayor que el engaño por parte de otros.
El Pensamiento Crítico como necesidad social
¿Hay compromiso de la comunidad científica con la difusión del pensamiento crítico?
Veamos qué dicen los entendidos. He aquí algunas de las opiniones que he podido recabar de reconocidos filósofos y científicos en actividad, que hacen una crítica a la comunidad académica.
Le he preguntado a Mario Bunge acerca del porqué de la indiferencia de la comunidad académica al tema de las pseudociencias. Su respuesta: "Porque hay excesiva presión para publicar, y los artículos de divulgación científica no cuentan para el C.V. Y porque los científicos de hoy no tienen la misma sensibilidad moral y social de los de antes".
-¿Lo ve Ud. así en Canadá?
“En Canadá y en el resto del mundo.”
-¿Qué diferencias destacaría Ud. entre pensamiento científico y pensamiento crítico?
“El pensamiento científico es un caso particular del pensamiento crítico: además de ser escéptico, se vale de datos y teorías que pueden competir ventajosamente con la pseudociencia y la superstición ordinaria. El crítico de afuera se limita a dudar o demoler, mientas que el de adentro puede reemplazar la moneda falsa por la legítima. Más aun, el crítico sin ciencia puede “comprar” pseudociencia. P. ej., Popper “compró” la teoría económica estándar, admitió la posibilidad de la parapsicología y de la acción a distancia, y defendió denodadamente el dualismo psiconeural contra el monismo. Además, tardó medio siglo en aceptar la biología evolutiva.” (Bunge, 2006)
Consultado al mismo respecto, Michael Shermer de la Skeptic Society, dice:
“No creo que el mundo académico en general, o los profesores y los científicos en particular sean “indiferentes” per se al problema de la pseudociencia; sucede que el tema de la pseudociencia no está en su campo de estudio, enseñanza e influencia. Esto es, si pensamos en la pseudociencia como una subdivisión de la ciencia, en las líneas de una subdivisión de la sociología de la ciencia —que estudia los márgenes de la ciencia para comprender mejor cómo trabaja la ciencia— vemos que casi nadie estudia la sociología de la ciencia, y mucho menos esta subdivisión. Por lo tanto, no es que la academia no piense que es importante. Es que el tema no se encuentra dentro de su pantalla de radar, o no es parte de su trabajo. Esta es la razón por la cual estamos los escépticos. Precisamente estudiamos ese campo.
La ciencia es el campo más importante que uno puede estudiar para aprender pensamiento crítico, pero no es el único. La filosofía, particularmente la epistemología, es importante. Y dentro de la ciencia, la psicología cognitiva, especialmente el estudio de las distorsiones cognitivas, es vital para comprender el pensamiento crítico.” (Shermer, 2006)
Paul Kurtz , filósofo y presidente de la organización Center for Inquiry, opina:
“Tuvimos un gran apoyo en Norteamérica y en todo el mundo de la comunidad científica para nuestro programa de crítica a la pseudociencia y a lo paranormal. Y hemos tenido un considerable impacto en el público.
Estudiar ciencia no es suficiente para transmitir una apreciación del pensamiento crítico. Existe la necesidad de hacer cursos especialmente diseñados en las escuelas y universidades. Pero también necesitamos una Nuevo Ilustración. Ello requiere la creación de nuevas instituciones dedicadas a cultivar la apreciación de los métodos de la ciencia y de la perspectiva científica, y aparte la creación de nuevos valores humanistas en una sociedad secular. Éste es el propósito de nuestros Centros para la Investigación.” (Kurtz, 2006).
Las opiniones de la mayoría de los científicos e investigadores comprometidos con la difusión del pensamiento crítico, tienden a seguir una misma línea: están de acuerdo en que la comunidad académica podría hacer más y debería comprometerse en mayor grado.
Celso Aldao, profesor en el Departamento de Física de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina, e investigador del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) hace una fuerte crítica: “El mundo académico considera inofensivas a las pseudociencias, e inclusive adecuadas para las masas (...) El ataque a la ciencia proviene desde la propia academia: posmodernistas, relativistas, feministas radicales” (Aldao, 2005).
Realmente resulta preocupante que integrantes de la comunidad académica consideren que la pseudociencia es un asunto menor y “adecuado para las masas” (!) .
Examinando el discurso postmodernista podemos darnos cuenta de que hay una desconfianza hacia la ciencia, cristalizada en una cosmovisión netamente anticientífica: el “todo vale”, el relativismo cultural, la etnometodología y los “nuevos” paradigmas.
Widson Porto Reis, ingeniero brasileño, manifiesta su preocupación por la penetración de la pseudociencia en las universidades de Brasil: “La pseudociencia y el dogmatismo se han infiltrado en las universidades brasileñas, particulares y estatales: feng shui, kirliangrafía, terapias florales, cromoterapia, etc. El científico y el biotecnólogo comunes desconocen la diferencia entre ciencia y pseudociencia.” (Porto Reis, 2005)
Bernard L. Patten, en su libro Truth, knowledge, or just plain bull dice:
“La mayoría de los pensadores tienen problemas para comunicar eficazmente su pensamiento, no porque sean pobres comunicadores (aunque algunos lo son) sino porque el público al que le hablan, por varias razones, es poco receptivo.” Y agrega: “La verdadera erudición es uno de los más grandes éxitos que nuestra especie puede lograr. Nadie es más triunfador que el hombre que elige un tema y lo maneja con todo detalle. Puede hacer lo que quiera. Pero si pudiera comunicar sus hallazgos tal como él los conoce, ya habría civilizado a la raza humana hace muchísimo tiempo. De este modo, los verdaderos eruditos han fallado. La verdadera erudición es a menudo incomunicable.
Patten propone una serie de principios, entre los cuales encontramos el siguiente:
“Los pseudoeruditos como nosotros controlamos el futuro del mundo (...) La mayoría de nosotros somos pseudoeruditos, no verdaderos eruditos. Pero somos nosotros, los pseudoeruditos, los que controlamos la iglesia y el estado, los sistemas educativos, la prensa, y la economía, y en general el futuro del mundo (directa e indirectamente).”
Preguntado acerca de si nota alguna indiferencia de la comunidad científica frente a la difusión de la pseudociencia y otros problemas que afligen a la población, Diego Golombek, doctor en ciencias biológicas de la Universidad de Buenos Aires, investigador independiente del CONICET y profesor titular de la Universidad Nacional de Quilmes, dice: “Sí, la crítica no pasa de charlas de café en lugar de denunciar fuerte y públicamente los engaños de la pseudociencia. La confusión reinante (entre ciencia y chatarra) es altísima, y los investigadores están lejos de asumir su rol como difusores del conocimiento científico.” (Golombek, 2006).
Sobre las publicaciones “científicas”
Pablo Capanna, profesor de filosofía, ex docente de la Universidad Tecnológica Nacional, y escritor, afirma lo siguiente: “Se da la creación de una gran cantidad de publicaciones espurias simplemente para justificar un empleo, un empleo de investigador científico que tiene año sabático, estabilidad (...) Cuando no hay temas genuinos para investigar, entonces ‘descubramos algo, inventemos algo, aunque sea irrelevante’.” (Capanna, 2005).
Con respecto al mismo tema, Mario Bunge, en su Diccionario de Filosofía, da las siguientes definiciones, no sin un dejo de sarcasmo:
“Trabajo académico: Una obra intelectual de interés muy limitado, que probablemente sirve más para el progreso en la carrera de su autor que para el conocimiento humano. Cuando un número significativo de eruditos se dedica a un trabajo de este tipo, se tiene una industria académica.”
“Industria académica: Esfuerzo intelectual para la producción de publicaciones irrelevantes. Un discurso de pseudoproblemas o miniproblemas (frecuentemente tienen su origen en malentendidos elementales) que sólo sirve para conseguir una promoción académica.”
Finalmente, el oncólogo Ernesto Gil Deza, Director del Departamento de Investigación y Docencia del Instituto Henry Moore, afirma que “sólo el 10 por ciento de los médicos prescribe de acuerdo con las investigaciones científicas” (Gil Deza, 2005). Ello quiere decir que sólo dicho porcentaje ha leído la investigación original en la que se presentaron evidencias de la eficacia del medicamento en cuestión.
Sumemos a ello el desconocimiento que esgrimen los médicos respecto de los fundamentos de la homeopatía, de la terapia floral, de la auriculoterapia, de la acupuntura y otras medicinas alternativas. Simplemente dichas “terapias” no se ven en la universidad, cosa que resulta contraproducente pues los estudiantes no aprenden a distinguir entre ciencia y pseudociencia.
En la Argentina, el psicoanálisis (freudiano, lacaniano, kleiniano, etc.), una pseudociencia de más de 100 años de antigüedad, sigue teniendo mayoría abrumadora en las Facultades de Psicología.
El papel de los escépticos y librepensadores
Los escépticos y librepensadores vienen a llenar el hueco dejado por los integrantes de la comunidad científica que permanecen indiferentes con respecto al avance de la pseudociencia y el dogmatismo. ¿Qué podemos hacer, entonces, frente a este panorama? Propongo las siguientes vías de acción:
-Atraer la atención de la comunidad científica: profesores, investigadores, rectores.
-Transmitir nuestra preocupación a las autoridades educativas (en la universidad y en los respectivos Ministerios de Salud y Educación)
-Proponer a instituciones, asociaciones y otras entidades que brinden cursos, seminarios, talleres y charlas sobre pensamiento crítico para docentes, profesores y público en general.
-Instar a las autoridades universitarias a que creen estos cursos dentro de sus programas de enseñanza.
Como vemos, el pensamiento crítico no es sólo un lujo académico, sino una imperiosa necesidad social.
Referencias:
Aldao, Celso M (2005). Primera Conferencia Iberoamericana sobre Pensamiento Crítico, Buenos Aires.
Bunge, Mario (2001). Diccionario de Filosofía, Siglo XXI Editores, México, 2001.
Bunge, Mario (2006). Comunicación personal.
Capanna, Pablo (2005). Primera Conferencia Iberoamericana sobre Pensamiento Crítico, Buenos Aires.
Gil Deza, Ernesto (2005). Primera Conferencia Iberoamericana sobre Pensamiento Crítico, Buenos Aires.
Gabennesch, Howard. Critical Thinking: What Is It Good for? (In Fact, What Is It?). The Skeptical Inquirer, Vol 30, Nº 2, March/April 2006.
Golombek, Diego (2006). Comunicación personal.
Kurtz, Paul (2006). Comunicación personal.
Patten, Bernard M. Truth, Knowledge or Just Plain Bull – How to tell the difference. Prometheus Books, Amherst, Nueva York, 2004.
Porto Reis, Widson (2005). Primera Conferencia Iberoamericana sobre Pensamiento Crítico, Buenos Aires.
Michael Shermer (2006). Comunicación personal.
8.1.07
Falleció Enrique Belocopitow
Director del programa de Divulgación Científica y Técnica de la Fundación Instituto Leloir y decano del periodismo científico en la Argentina (el Manuel Calvo Hernando de aquí) , fue Doctor en Química, colega del Premio Nobel Luis Federico Leloir y ganador en 1997 del Premio Konex de platino en Divulgación Científica .
Tuve la suerte de formar parte de la última camada del curso- taller de Periodismo Científico que coordinó por mas de veinte años y comprobar personalmente por qué sus alumnos lo querían y respetaban tanto.
En su homenaje quiero enlazar a una entrevista que le hicieron Mariana Vaisman y Diego Hurtado de Mendoza titulada "Esa cosa llamada ciencia" y a una breve biografía de Leloir que escribiera Belocopitow hace algún tiempo.
5.1.07
El santo oficio de cazar brujas
El grabado que pertenece a mi "Malleus Maleficarum" (versión impresa en castellano) representa a un sabbat o aquelarre tal como lo imaginara un sacerdote anónimo luego de que una mujer le describiera sus actividades diabólicas . Nótese que los participantes del evento visten ropas costosas - no son campesinos- pero no debe deducirse por ello que los únicos que tratan con el demonio sean los ricachones ;-) . Es cierto que la fiabilidad de tales testimonios ha sido puesta en duda pues los relatos eran obtenidos casi siempre bajo tortura... pero bueno... escépticos habrá siempre ¿no es cierto?
La cuestión es que en 1484 el Papa Inocencio VIII nombró inquisidores a los dominicos Heinrich Kramer y Jacobus Sprenger con poderes especiales para "investigar" los delitos de brujería que se cometían en las provincias del norte de Alemania. No señalaré el efecto que tuvieron las "investigaciones" llevadas a cabo por los inquisidores pues el odontólogo de Leonardo Moledo (director del Planetario de Buenos Aires y periodista científico) nos da una idea general del asunto.
La bula papal denominada "Summis Desiderantes" es de 1484 y el Malleus Maleficarum fue publicado tres años después. Aunque comúnmente se considera a Sprenger y Kramer como los autores , la wikipedia en inglés (reproducida por la versión en español ) recoge las aseveraciones de Jenny Gibbons que sostiene que el único autor del libro fue en realidad Kramer . Según la autora - cuyos escritos son alojados por algunos websites que practican una variedad de neopaganismo - éste fraile dominico falsificó la nota de aprobación de la Facultad de Teología de la Universidad de Colonia de la que Sprenger era decano y para que el texto ganara prestigio lo señaló como coautor. La aprobación teologal y el texto del documento pontificio fueron adjuntados en todas las ediciones del libro así que son de fácil acceso para su estudio . Además, Gibbons remarca una serie de "mitos" sobre el Malleus ... pero habrá que ver que hay de cierto en todo ello consultando a medievalistas expertos. No es que uno sea siempre desconfiado pero es que no he podido hallar mayores referencias de la autora :-(
Pues bien, vayamos al escrito mismo. De las muchas citas que hay en "El martillo de las brujas" me ha gustado especialmente la que sigue: "No hay cabeza superior a la de una serpiente y no hay ira superior a la de una mujer. Prefiero vivir con un león y un dragón que con una mujer malévola"( Ecclesiasticus, XXV: 23) . Bueno ... no es que el texto plantee que TOOOOODAS las mujeres sean malvadas ( la Virgen María, las santas, las monjas, las vírgenes y las mujeres que van a misa regularmente no lo son) ... pero que las hay, las hay ;-)
El Malleus Maleficarum está dividido en dos secciones. La primera de ellas se titula " Los tres concomitantes necesarios para la brujería, cuales son el demonio, un brujo y el permiso de Dios Todopoderoso " ( vaya problema ¿no?) y está presentada en forma de preguntas y respuestas tales como : "¿Por qué las mujeres son las principales adictas a las supersticiones malignas?" .
El (o los) autor/es responde(n) sin vueltas : "Así como por su primer defecto de inteligencia son más propensas a abjurar de la Fe, por su segundo defecto de afectos y pasiones exageradas buscan, cavilan e infligen diversas venganzas ya sea por brujería o por otros medios. POR LO CUAL NO ES ASOMBROSO QUE EXISTAN TANTAS BRUJAS EN ESTE SEXO. " Y agrega: "Toda la brujería proviene del apetito carnal que en las mujeres es insaciable... para el entendimiento está claro que no es de extrañar que existan más mujeres que hombres infectadas por la herejía de la brujería".
"Fascinante!", diría el Sr. Spock ¿no?.
La segunda sección trata de "los métodos por medio de los cuales obra la brujería, y de cómo puede eliminársela auspiciosamente" . De allí elegimos para comentar :"Sobre los diversos métodos por los cuales los demonios, por intermedio de las brujas, atraen y engañan a los inocentes para crecimiento de sus horrendas artes y compañía".
"Existen ante todo tres métodos por los cuales los demonios, por intermedio de las brujas, subvierten a los inocentes y mediante los cuales aumentan en forma constante la perfidia" .
Y los tres métodos son:
a) provocar infinidad de pérdidas materiales a sus víctimas. De tal manera, ya hastiadas de su triste estado, buscan consejo en las brujas. Estas piden a cambio "pequeños" favores tales como que la beneficiada deje de ir a misa o no confiese todos sus pecados (en especial los pecados mortales)
b) exacerbar las tentaciones carnales. " El primero es el método que las brujas usan con las honestas matronas pero preocupadas por las ventajas terrenales. Pero con las jóvenes - mas dispuestas a los deleites y placeres corporales- trabajan por medio de sus deseos carnales y de los placeres de la carne". Obviamente los demonios están mas ansiosos por seducir a las doncellas vírgenes que a las que ya no lo son "pues como ya posee a los malvados pero no a los buenos, se esfuerza mas por seducir a los buenos - a quienes no puede poseer-, que a los malos- a quienes ya posee."
c) provocar la venganza por despecho. " Cuando las niñas han sido corrompidas y rechazadas por sus amantes luego de copular inmodestamente con ellos con la esperanza y promesa de casamiento con éstos, y se encuentran desalentadas en todas sus esperanzas y en todas partes despreciadas, recurren a la ayuda y protección de los demonios ya sea con fines de venganza, para embrujar a esos amantes o a las esposas con quienes se casaron".
He señalado dos ejemplos de lo que me ha parecido más interesante del libro (en realidad de lectura algo inconexa y soporífera) . Si imagina que va a encontrar descripciones detalladas de las "técnicas de indagación" utilizadas por los inquisidores, se llevará una decepción. En ese punto, el dentista de Moledo estaba equivocado . El Malleus Maleficarum no es un paper .