probabilidad de
que en una habitación con n personas (mostrada a lo largo del eje
horizontal), dos (o más) compartan la misma fecha de cumpleaños
¿Cuantas
veces nos ha pasado que estábamos pensando en alguien, al poco rato ha
sonado el teléfono y quien nos llamaba resultó ser esa persona?
¿Que
probabilidad hay de que esta serie de eventos sea debida al azar? Casi
con seguridad pensamos en una cifra infinitesimal . Sin embargo,
nuestra capacidad intuitiva para evaluar la probabilidad de que un
suceso ocurra es bastante mas débil de lo que suponemos. Es así como
ante un hecho aparentemente extraño, a veces recurrimos a explicaciones
irracionales dejando de lado la posibilidad más lógica.
En el artículo que sigue
se describen tres ejemplos contrarios a lo que nuestra intuición
pareciera indicarnos respecto a la probabilidad de ocurrencia de hechos:
la paradoja del cumpleaños, el problema de Monty Hall y la Ley de
Benford.
En ocasiones, ante una decisión, nuestro cerebro es víctima de determinados sesgos cognitivos que
nos llevan a cometer y repetir sistemáticamente ciertos errores y a
basar algunas de nuestras decisiones en apreciaciones de la realidad
distorsionadas por dichos sesgos. Esto, que dicho así suena muy grave, no significa más que cada uno
pensamos lo que pensamos porque, en lugar de analizar hasta el final
todas las posibles soluciones de cualquier problema, nos basamos en
intuiciones, en elementos como nuestro aprendizaje y experiencia previa
(aspectos que van marcando nuestro razonamiento), y en un determinado
momento decidimos y dejamos de pensar. ‘Seguir leyendo’...
Lectura recomendada:
Nickerson, R. (2004) COGNITION AND CHANCE the Psychology of Probabilistic Reasoning. New Jersey : Lawrence Erlbaum, Ed.
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