16.3.25

El ADN y la identificación de Jack el destripador

 

 
                                                                       Lugar donde fue asesinada Catherine Eddowes el 30 de septiembre de 1888

En la actualidad, en la City de Londres (el distrito financiero de la ciudad), existe una plazoleta de no más de 24 x 24 metros llamada Mitre Square. El 30 de septiembre de 1888, a la 1:45, el agente de policía Edward Watkins, durante su ronda habitual, encontró en su esquina sur ,el cadáver brutalmente mutilado de Catherine Eddowes. En aquella época, el lugar era un pequeño espacio encerrado entre edificios, con muy poca iluminación y que contaba con tres únicas entradas/salidas, como se ve en la foto. Hoy en día, Mitre Square ha sido significativamente remodelada y apenas se parece al lugar donde ocurrió el crimen en 1888.

Este asesinato se destaca de manera particular debido a su proximidad temporal y espacial con el crimen de Elizabeth Stride, ocurrido aproximadamente 45 minutos antes y a menos de un kilómetro de distancia, aunque ya en el área de Whitechapel. Esta coincidencia llevó a los investigadores a acuñar el término "Doble Acontecimiento" para referirse a ambos eventos ya que consideraron que habían sido perpretados por el mismo asesino. La expresión ganó popularidad tras la recepción de una misiva dirigida a la prensa por un individuo que se atribuyó la autoría de los crímenes, autodenominándose Jack el Destripador. Dicha misiva,  fue conocida como la "carta de Dear Boss" ("Querido Jefe") en referencia al jefe de la policía")

 
 Imagen en https://pomboypombo.blogspot.com/2019/09/bromistas-periodistas-y-jack-el.html

La carta fue considerada una broma por la policía en ese momento, pero el término "doble acontecimiento" quedó grabado en la memoria del público y se ha utilizado desde entonces para referirse a los asesinatos de Stride y Eddowes.

En 1931, el periodista Fred Best reveló que él y su colega Tom Bullen, del periódico The Star, habían fabricado las cartas "Estimado Jefe", "Saucy Jacky" y otros mensajes falsos atribuidos al Asesino de Whitechapel, a quien ellos mismos bautizaron como Jack el Destripador. Su objetivo era mantener el interés público en el caso y, por ende, aumentar las ventas de su publicación.

Existen múltiples candidatos para ser el asesino en serie, a quien se le atribuyeron oficialmente cinco crímenes. Pero en las últimas semanas, se ha divulgado a través de diversos canales de comunicación el resultado de un análisis de ADN que, presuntamente, identifica al responsable de los asesinatos como Aaron Kosminski, un barbero polaco residente de Whitechapel en la época de los crímenes.

 


 

En un artículo de 2014 para el Mail on Sunday  el escritor  Russell Edwards (justo antes de la publicación de su libro Naming Jack The Ripper) , anunció que habia comprado un chal de seda que se decía que había sido encontrado empapado de sangre con la víctima Catherine Eddowes y encargó al biólogo molecular Jari Louhelainen que recogiera muestras de ADN en la prenda y las comparara con el ADN mitocondrial proveniente de una descendiente de la hermana de Kosminski. Según Edwards,  Kosminski figuraba en una lista de sospechosos de la policía, pero nunca hubo pruebas suficientes como para llevarlo a juicio . El sospechoso falleció a los 53 años de  gangrena en una pierna en un hospital psiquiátrico de Londres en 1919. 

Según cuenta en ese artículo periodístico,  un trozo del chal había sido tomado de la escena del crimen por el policía Amos Simpson como regalo para su esposa, quien lógicamente rechazó el presente. No obstante ello, Simpson lo conservó y el objeto se transmitió a los descendientes de la familia hasta que uno de ellos lo vendió en una subasta en 2007. El comprador no era otro que Edwards, fanático de la historia de Jack el destripador. 

El análisis del chal realizado por Louhelainen fue publicado en una revista científica después. Louhelainen afirmó: «La primera cadena de ADN mostró una coincidencia del 99,2 %, ya que el instrumento de análisis no pudo determinar la secuencia del fragmento faltante del 0,8 %. Al analizar la segunda cadena, logramos una coincidencia perfecta del 100 %»

En respuesta a ello, el científico forense Alec Jeffreys aseguró que la afirmación presentada como una coincidencia estadísticamente significativa con el ADN de la descendiente de Eddowes (una variación de secuencia descrita como 314.1C y que se afirmaba que era rara) era el resultado de un error en la nomenclatura de la variación de secuencia común 315.1C, que está presente en más del 99% de las personas de ascendencia europea.

Por otro lado, el experto en ADN mitocondrial Peter Gill dijo que el chal "es de origen dudoso y ha sido manipulado por varias personas que podrían haber compartido ese perfil de ADN mitocondrial". Es imposible probar que el chal nunca se lavó y es muy posible que la tela se contaminara antes o durante la prueba de ADN. Además, en su afán por mantener el secreto hasta la publicación del libro, Edwards no ha solicitado ni permitido una segunda ronda de pruebas genéticas realizadas por un tercero imparcial. Como Inquisitr señala

A menudo, se realizan pruebas duplicadas en diferentes laboratorios con distintos científicos para asegurar la misma conclusión. Hasta donde se sabe, las pruebas de ADN que demuestran que Jack el Destripador era Kosminski no se han replicado en ningún otro laboratorio independiente.


Otra interesante objeción en consonancia con la de Jeffreys ,la presenta Mike Hall en un artículo de The Skeptic


El ADN mitocondrial no suele ser capaz de identificar individuos con tal especificidad. El ADNmt puede haber coincidido con el de Eddowes, pero también habría coincidido con miles de otras personas de Londres en ese momento. La coincidencia no descarta que esta fuera la sangre de Eddowes, pero tampoco lo confirma.

Tomando como base ese mismo artículo podemos  establecer una variedad de problemas relacionados con las afirmaciones  de Edwards y Louhelainen:

  • No hay documentación contemporánea que mencione un chal encontrado junto al cuerpo de Eddowes, a pesar de existir un inventario detallado de sus pertenencias
  • El chal es una pieza cara que resulta improbable perteneciera a una mujer que vivía en extrema pobreza
  • El agente Simpson no pertenecía a la división policial que investigó los asesinatos y no hay registros de su presencia en la escena del crimen
  •  El chal no fue conservado en condiciones forenses adecuadas durante décadas y puede fácilmente haber sido sostenido a manipulaciones
  •  El ADN mitocondrial extraído del chal y comparado con descendientes de Eddowes y Kosminski no es lo suficientemente específico para una identificación concluyente
  • Solo se analizó ADN de Kosminski, ignorando otros sospechosos históricos
  •  El investigador principal no pudo proporcionar los datos brutos que respaldaban el estudio (paper) cuando fueron solicitados, citando una "falla del instrumento".
En referencia a éste importante último punto,  Hall señala que:

Tras la publicación del artículo de Louhelainen en 2019, el Journal of Forensic Sciences recibió cartas críticas de dos comentaristas, quienes cuestionaron la validez de sus conclusiones. Louhelainen respondió con refutaciones, pero el debate fue lo suficientemente significativo como para que el editor de la revista solicitara los datos brutos que respaldaban el estudio. Lamentablemente, Louhelainen no pudo proporcionarlos, citando una "falla del instrumento". Como resultado, el Journal of Forensic Sciences emitió una "Expresión de Preocupación", un aviso formal que advierte a los lectores que los hallazgos del artículo podrían ser poco confiables. Este aviso sigue adjunto al artículo en el momento de escribir esto.

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