18.4.24

Acerca de Sybil (1973)

 

 

 

Esta reseña escrita por Ben Harris se refiere al libro "Sybil Exposed: The Extraordinary Story Behind the Famous Multiple Personality Case"de Debbie Nathan, publicado por Free Press (Simon and Schuster) en Nueva York en 2011. Fue publicada en inglés el 21 de octubre de 2011 por la revista Science bajo el título "Sybil, Inc".

 

En 1972 se llevaron a cabo los trámites legales necesarios para establecer legalmente la empresa Sybil. Estuvieron involucradas en este proceso la paciente, su terapeuta y una periodista que había escrito un libro sobre el caso. 

La obra "Sybil", escrita por Flora Rheta Schreiber, narra la historia y curación de una joven que tenía  su conciencia dividida en 16 personalidades separadas. El propósito de la corporación era compartir las ganancias del libro, el proyecto de una película  y productos derivados como camisetas, muñecas, rompecabezas y juegos de mesa. 

Aunque esa corporación no perduró y los productos complementarios no se materializaron, el libro vendió millones de copias y fue dramatizado dos veces en películas para televisión. El producto más notable de los principales creadores de Sybil fue la epidemia de trastorno de personalidad múltiple que afectó a los Estados Unidos en las décadas de 1970 y 1980. 

A diferencia de la mayoría de los casos anteriores, estas variantes del siglo XX presentaban personalidades atrapadas en diversas etapas de la infancia, revelando recuerdos de abuso sexual infantil obtenidos mediante hipnosis. Actualmente, los investigadores y clínicos son escépticos sobre la mayoría de los casos de trastorno de identidad disociativo, que ha sido reconceptualizado y renombrado.

En las últimas dos décadas, han surgido revelaciones que generan dudas sobre la validez del caso de Sybil. Primero, un clínico que había conocido a la paciente disputó el diagnóstico promovido en el libro. Luego, cintas dejadas por la autora de la obra sugirieron que ella se había confabulado con la terapeuta para crear síntomas que se ajustaran a su diagnóstico.

En "Sybil Exposed", la periodista Debbie Nathan narra el ascenso y la caída de Sybil como el caso paradigmático del trastorno de personalidad múltiple. Lo hace a través de tres biografías entrelazadas, comenzando con la de la paciente, Shirley Mason. La crianza de Mason fue estricta (Adventista del Séptimo Día), y aunque su madre era peculiar y propensa a cambios de humor, no era la figura sádica sexual representada en Sybil. A partir de los 22 años, Mason fue tratada por Cornelia Wilbur, una psiquiatra ambiciosa que pasó de tratar a soldados traumatizados de la Segunda Guerra Mundial con hipnosis y pentotal sódico a inducir recuerdos traumáticos en Mason con las mismas técnicas. Esto se realizó de manera intermitente durante más de dos décadas, primero en Nebraska y luego en la ciudad de Nueva York. En Nueva York, Wilbur solía ver a Mason diariamente, realizando visitas domiciliarias por la noche con una maleta llena de medicamentos y una máquina portátil de terapia electroconvulsiva. A partir de 1963, la paciente y su terapeuta colaboraron con Schreiber, una periodista inclinada a hacer que sus historias de revistas fueran más atractivas adornando detalles biográficos. 
 
 Nathan ofrece un relato convincente sobre la creación, empaquetado y venta de este caso de mala praxis médica y periodística. Sus fuentes incluyen transcripciones de sesiones de terapia, cartas de la paciente a amigos de la infancia y antiguos compañeros de habitación, así como entrevistas con conocidos y colegas de las tres mujeres. Las credenciales de Nathan se adaptan bien a este tema, ya que coescribió un libro anterior que ayudó a revertir la avalancha de falsos recuerdos implantados en niños por fiscales y terapeutas inspirados por Sybil. Como feminista, se sintió consternada de que un segmento del movimiento de mujeres canalizara sus preocupaciones sociales en una cacería de demonios psicosexuales que injustamente señalaban a maestros y trabajadores de guarderías.
 
 Analizando la importancia de Sybil, Nathan muestra cómo los dilemas enfrentados por las mujeres de la posguerra ayudaron a dar forma a ese caso y le otorgaron resonancia cultural. Explica que Wilbur se veía a sí misma como una Betty Friedan psiquiátrica, alentando a las pacientes mujeres a explorar nuevos roles sociales e incluso nuevas personalidades. De manera similar, la periodista Schreiber percibía a Mason como una chica del campo que, proveniente de un entorno sofocante, encontró una nueva identidad en la gran ciudad. Tanto Wilbur como Schreiber habían luchado por encontrar aceptación en profesiones dominadas por hombres y se regocijaron en el estatus y la remuneración que Sybil les proporcionó.
 
 Yendo más allá de las tres mujeres que crearon Sybil, Nathan explora tanto el contexto institucional como profesional de ese caso, así como la epidemia que lo siguió. Con sus fronteras cambiantes e historia de incertidumbre diagnóstica, la psiquiatría era una especialidad médica con poca resistencia a la moda y al deseo de avances que alimentaron el fervor por el trastorno de personalidad múltiple. Además, el entusiasmo de los clínicos se vio aumentado por la adopción del trastorno de personalidad múltiple por parte de celebridades, periodistas y productores de televisión.
 
 Nathan lamenta que, al finalizar su narración sobre la complejidad de la sociedad estadounidense, el impulso por el cambio personal haya tomado un rumbo equivocado en un momento crucial de la historia. El resultado fue que "las mujeres y sus luchas sociales se redujeron a una extraña enfermedad. La cura no fue la investigación crítica, ni las marchas de protesta, ni los esfuerzos en las urnas. En cambio, la cura fue mediante medicamentos e hipnosis". 
 
Al leer "Sybil Exposed", esa conclusión parece justificada.

 

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