1.1.22

Las "profecías" de Nostradamus

 

 
Conocer el porvenir a través del horóscopo, de la lectura de la palma de manos, de mirar con profundidad bolas de cristal, de interpretar cartas de tarot, u otros medios equivalentes nos brinda la ilusión de que por conocer al futuro  podremos "dominarlo". Si la "revelación" nos indicara algo promisorio, eso nos dará tranquilidad y, quizás una momentánea satisfacción y agrado. Pero si el futuro es ominoso, querremos cambiarlo para que el hecho presagiado no suceda.
 
El problema está en que si pudiéramos "cambiarlo", eso ya no sería "el futuro". La contradicción lógica resulta obvia y podría, de por sí, hacernos desechar tales prácticas adivinatorias. 
 
Sin embargo las prácticas ocultistas conllevan esa ilusión de "dominar" lo inefable : es decir, algo que no puede ser dicho, explicado o descrito con palabras. A
no asustarse por el término "ocultistas", de eso se tratan  estas prácticas advininatorias , que durante siglos no significaron nada malo, salvo para la Iglesia que generalmente las combatía si eran acompañadas de prácticas de nigromancia o magia negra.
 
Siempre hay un "iniciado" (el mago, el hechicero, el tarotista, el astrólogo) que conoce el secreto para acceder a ese conocimiento vedado a los profanos y con su ayuda, quizás podríamos cambiar los malos designios.
 
Nostradamus quizás sea el más famoso de ellos.


Michel de Nostredame, nació el 14 de diciembre de 1503 en la villa francesa de Saint-Rémy-de Provence (pueblito que no deja de beneficiarse por los turistas que quieren conocer el lugar de nacimiento del "profeta"). Es cierto que tuvo una buena preparación en medicina, lenguas europeas y astrología.
 
Después de enviudar y perder a sus dos hijos en la pandemia de la peste, recorrió Europa y se dice que comenzó a adivinar el futuro visualizando el agua de una vasija. 
 
Gracias a excelentes contactos (se casó con una mujer rica) llegó a ser astrólogo de los reyes franceses Enrique II y Carlos IX. Publicó "almanaques proféticos" que fueron populares en su época (aunque poco precisos). 
 
La primera edición de su libro Profecías (ver imagen del encabezamiento)  se publicó el 4 de mayo de 1555 , pero hubo ediciones posteriores aunque lo que se conserva está en mal estado. Fueron escritas en forma de cuartetas (poemas de cuatro líneas) agrupadas en "Centurias" : son 353 cuartetas proféticas escritas deliberadamente en un lenguaje ambiguo y oscuro. 
 
Los creyentes dicen que fueron escritas en ese estilo críptico para evitar las persecuciones por herejía ya que era un judío converso al catolicismo (sin embargo se constató que quien realmente era judío era su abuelo, no él mismo). La verdad es que nunca fue perseguido, salvo cuando publicó sin la pertinente autorización del obispo. 
 
Los escépticos en cambio, aseguran que ese método favorece la libre interpretación del lector que las acomoda según su propio sesgo interpretativo personal, asegurándose así el autor que por mucho tiempo los expertos se devanen los sesos intentando develar su significado oculto (Hay malpensados como yo, que piensan que -el también francés Jacques Lacan- se valió de la misma técnica para sus Ecrits). 
 
Su profecía más famosa (la muerte del rey Enrique II en un torneo) podría haber sido escrita en realidad LUEGO de la muerte del monarca , no hay precisión al respecto.  
 
No se sabe de ninguna cuarteta de Nostradamus que prediga un evento específico antes de que ocurriera, salvo en términos generales vagos que podrían aplicarse igualmente a cualquier cosa según el gusto del consumidor. 
 
Como bien escribió el profesor de filosofía  Ph.D Robert Todd Carroll  
             "Una cosa que Nostradamus no predijo fue que se convertiría en una industria unipersonal durante los siglos 20 y 21. Las editoriales nunca se arruinarán imprimiendo las últimas predicciones extraídas de los manuscritos de Nostradamus".

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